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viernes, 30 de noviembre de 2012

Historias Imaginarias de un Colegio que Jamás Existió: El Presunto Paladín de la Educación.

José Luis Trestuestes nunca fue mucho de ver la tele, pero la veía -como todo el mundo-, aunque normalmente sólo admitía en público la mitad del consumo real -también como todo el mundo-.

Pero aquella vez procedía ver la pantalla con cierta atención. Al fin y al cabo, la noticia era de su negociado: había habido una manifestación por las calles de la capital en defensa de la Educación.

Quizás él debería haber estado allí esa mañana, pero tenía clase a la misma hora. Se le antojaba una curiosa ironia el dejar de ir al colegio para defender la Educación. Aunque, para ser sinceros, quizás tampoco habría ido si la hubieran convocado por la tarde. A partir de ciertas edades la sangre guerrera y reivindicativa se enfría mucho.

Pero, ¿era posible, le engañaban sus sentidos?

Sí, sí era posible: No, no le engañaban los sentidos. En la tribuna de oradores, Felix Camazuelgo daba lectura a un ardiente manifiesto. No había confusión posible, el rotulo sobreimpresionado era concluyente: "Felix Camazuelgo, portavoz de la Plataforma Autónoma de Estudiantes Universitarios por la Calidad Educativa (PAEUCE)".

Sí, era el mismo Feliz Camazuelgo al que él en persona se había pasado cuatro años de su vida mandando callar explicación tras explicación, el mismo Felix Camazuelgo que se había saltado más de una clase para irse con los colegas o, simplemente, para quedarse durmiendo en casa.

Era irónico, sí, ver a un muchacho pelear de modo tan vehemente por algo que él mismo se había pasado años y años despreciando del modo más descarado, por una Educación que, en sus propias palabras: "sólo vale para hacernos perder el tiempo y jodernos estudiando gilipolleces", frase que había pronunciado hacía tres años, cuando se fue del colegio tras superar la Secundaria a trancas y barrancas.

En fin, lo mejor era cambiar de canal, que a esa hora siempre daban documentales de animalitos, y eso relaja mucho para echarse la siesta.

jueves, 29 de noviembre de 2012

El Muy Cruel Círculo de los Apostadores Morbosos: Rapunzel.

Demasiado dinero, demasiado tiempo libre, ya haber hecho y probado de todo múltiples veces, la necesidad de aplacar su acaudalado tedio les unió, y ellos formaron el Círculo de los Apostadores Morbosos.

Es lo bueno que tienen las indegentes, que nadie las echa de menos. Eso da múltiples posibilidades. Tampoco es complicado secuestrar a una: si no hay nadie para extrañarse de su ausencia, muchos menos para defenderla.

Conseguido el objeto de la apuesta, ya sólo quedaba preparar el escenario. Nada complicado si se disponía de la cantidad adecuada de dinero. Un antiguo caserón en el centro de una finca en mitad de ninguna parte, que es ese sitio donde nunca pasa nadie para oir gritos.

Con la mujer todavía sedada, se la introdujo en el desván. Luego, de inmediato, ellos mismos tapiaron la puerta y así, emparedada, la abandonaron, sin alimento alguno (aunque con varias botellas de agua). Rematada la primera parte de la preparación de la apuesta, sólo quedaba la segunda.

Condenada la puerta, ahora la única comunicación del desván con el exterior era un pequeño ventanuco por el que apenas cabía una persona. Justo debajo, cubriendo un buen radio de terreno, plantaron un gran puñado de estacas bien altas y bien afiladas. La pared era lisa y encalada, sin posibildad de aferrarse a nada.

La apuesta, pues, estaba dispuesta: la infeliz mujer -a las que los miembros del Circulo habían apodado como Rapunzel- estaba ya condenada a muerte, tan sólo le restaba elegir la manera: de inanición, saltando sobre las estacas (o, acaso, dándose cabezazos contra la pared hasta reventarse el cráneo). La opción que ella -en su extrema desesperación- tomaría era el objeto de la apuesta.

Terminada la faena, los miembros del Círculo abandonaron la finca. Estaba alquilada por tres meses. Un día antes de cumplirse ese plazo, volverían a comprobar quién había resultado vencedor y a limpiar todas las huellas del crimen.




miércoles, 28 de noviembre de 2012

La Magia del Liderazgo.

No es normal que dos centenares de jóvenes reciban puestos en pie y aplaudiendo a un octogenario, y menos incluso si se tiene en cuenta que el anciano era un enemigo, o lo había sido.

El director de la academia militar ordenó con un simple gesto que sus cadetes de último año tomaran asiento y se callaran, aunque él mismo estaba tan emocionado como sus muchachos por conocer al octogenario.

Hans Jacob Brock había pasado por el fuego a casi dos centenares de aviones aliados, mas de eso hacía ya casi seis décadas. Por aquel entonces era el temido y odiado "Chacal de Munich". Pero ahora, cerradas ya las heridas, era solo un maestro del que aprender y una leyenda a la que idolatrar.

La charla no fue una antología de estupidas batallitas de guerra maquilladas por la imaginación y el paso de los años. Muy al contraio, Brock les brindó a aquellos aprendices ave de presa casi dos horas impagables enseñanzas y sabios consejos.

Terminada la exposición, turno de preguntas. No debía de haber una sola mano que no se hubiera levantado en la sala, profesores incluidos.

-Le puedo hacer una pregunta que no tiene nada que ver con el combate aéreo.

-Por supuesto.

-¿Por qué...? -dubitativo.

-¿Por qué le seguí, por qué combati por él? -los ojos seguían tan incisivos y azules como lo había sido durante la guerra. La mirada de un guerrero nunca envejece.

-Sí -incluso más timido.

-Sé que me debi haber dado cuenta...que todos nos deberíamos haber dado cuenta...Pero era como un ilusionista, nos hacía mirar a otro lado mientras ejecutaba sus trucos, sus sucias trampas...Sí, eso era él: un grandioso ilusionista. Nos ilusionó a todos, a todo un país, ¡y de qué manera! Y nos hizo olvidar que las ilusiones a menudo no son más que humo....¡pero el humo que se produce cuando te arden las ganas de vivir! ¿Quiere usted ser un buen lider, muchacho? ¡Pues ilusione, hijo, ilusione!



martes, 27 de noviembre de 2012

Recursos Presuntamente Humanos,

-Pase y siéntese.

El jovencinto encorbatado, gominoso y prepotente torció el gesto y tomó asiento.

-Pense que me entrevistaría el señor Puigborgoy en persona.

-El señor Puigborgoy tiene cosas más importantes que hacer que entrevistar a candidatos, para eso me tiene a mí y a mi equipo. No obstante, puede usted sentirse orgulloso: el señor Puigborgoy ha insitido en que sea yo en persona el que le haga la entrevista.

-¿En serio?

-¿Le resulta curioso?

-¿Curioso?

-He visto que se ha reído.

-¿Ha empezado ya la entrevista?

-Puede.

-En fin, dejémonos de tonterías. Mi tiempo es tan precioso como el suyo o el del propio señor Puigborgoy. Deme el sobre y terminemos con esto.

-¿Cómo sabe usted lo del sobre?

-Yo sé muchas cosas, más que usted, me temo.

-¿Más que yo?

-Sí, por ejemplo, el puesto al que opto.

-Eso no es relevante para mí. Me limito a hacer un informe psicológico sobre candidatos que paso al señor Puigborgoy.

-Por supuesto. En fin, deme el sobre, ande.

-Está bien, aquí está...Entonces, supongo que no hará falta que le dé más instrucciones sobre qué hacer con él.

-No. Dentro del sobre hay un nombre, se trata de un empleado de la empresa al que he de comunicar su despido de inmediato y a sangre fría. De esta manera, demostraré mi capacidad de realizar tareas duras y desagradables sin titubeos ni remordimientos.

-Bravo, veo que es usted un chico listo.

-Más que listo, soy adivino. Abra el sobre usted mismo, encontrará su nombre escrito dentro de él. Señor Zocaite Díaz, lamento comunicarle que está usted despedido.

-¿Cómo dice?

-¡Ha, perdón, no me he presentado! Soy el nuevo jefe del Departamento de Recursos Humanos de esta empresa. ¿Me equivoco, señor Puigborgoy?

"En absoluto. Prueba superadad. Bienvenido a bordo".

Resonó por un altavoz oculto la voz del señor Puigborgoy.




lunes, 26 de noviembre de 2012

Permítame Intentar Convencerle de que Intente Convencerme.

"No intentes convencerme".

No me gusta la frase, por más que le dé vueltas a sus posibles significados para encontrarle una puerta a mi corazón.

¿Se dice acaso porque es inútil intentar que yo cambie de opinión, porque estoy tan convencido de estar en posesión de la Verdad Absoluta que es del todo imposible lograr que me apee de dicho convencimiento? Grave error, gravísimo. No hay error más grande que pensar que uno no puede estar en el error. En otras palabras, que, visto así, "no intentes converceme" no es otra cosa que una demostración de totalitarismo a pequeña escala, un desprecio a la apertura de mente y la opinión ajena, y a una falta absoluta de fe en el poder de la razón a través de las palabras.

¿O es acaso miedo lo que realmente se esconde detrás del "No intentes convercerme"? La total inseguridad en las propias ideas, argumentos y convicciones, y el pánico producido porque alguien nos las pueda cambiar de un plumazo de voz. Pues más de lo anterior, si uno está cerrado a otros puntos de vista, está absolutamente perdido.

Es todo esto, en suma, una invitación a la apertura de miras, a la escucha serena, a la reflexión abierta, a tener el valor de reconocer que uno se había equivocado, que uno estaba mirando el asunto desde el angulo incorrecto. En resumen, a tener saber pronunciar esa frase que tanto le duele -si se pronuncia de corazón- a la Soberbia Patria: "Tenías razón, me has convencido, estaba equivocado".

Aunque, después de todo, no sé por qué me complico con esta reflexión, si, a la hora de la verdad de la buen, a cualquiera se le puede convencer de cualquier cosa a cambio de la cantidad adecuada de dinero.

(Y si no me cree, haga la prueba conmigo).

domingo, 25 de noviembre de 2012

Gracia del Río (Un Pueblo con Poco de Ambas): El Sociopatoso.

Joaquín Logaina es un buen chico, e incluso muy bueno a ratos. Si tú le pides un favor, seguro que te lo hace si puede, y puede que aunque no; no va por ahí hablando mal de la gente a sus espaldas y sonríe con cierta frecuencia, aunque sea de un modo tímido.

Y, pese a esto, a Joaquín Logaina no le sobran las amistades, y las pocas y tibias que tiene las cultiva con cuentagotas y con largas temporadas de barbecho.

Debe de ser porque tiene un don innato para meter la pata -siempre sin querer-, para hacer el comentario menos oportuno en el peor momento -aunque sea siempre con la mejor de las intenciones-, a hacer gestos con vocación de ayuda que muchas veces le salen por la culata.

En realidad a nadie le cae mal Joaquín Logaina. De hecho, todo el mundo te asegurará sin pestañear que es muy buena persona -entrañable, si me apuras-, aunque poco afortunado en ocasiones. Les cae bien, sí, pero si no va a la fiesta tampoco pasa nada, nadie le echa demasiado en falta. De ahí tanta sequía de amistades, porque se puede vivr y ser muy feliz sin Joaquín Logaina, porque no se le extraña. Y uno elige por amigos aquellas personas que te hacen la existencia más bonira.

Quizás por eso, porque él intenta encajar pero no entra, Joaquín Logaina es bastante dado a la soledad. Pasea consigo mismo por las calles del pueblo, cruzándose con vecinos a los que se limita a saludar con una sonrisa, no vaya ser que habra la boca y diga lo que no debe.

Los psicólogos y aledaños sentenciarían tajantes que lo que le pasa a Joaquín Logaina es que le faltan  "habilidades sociales" o incluso pondrían de manifiesto su escasa "inteligencia interpersonal. Pero en Gracia del Río, que son más sencillos y ocurrentes, se limitan a afirman que, a falta de peligrosos, "sociópatas", en el pueblo lo que tienen es un "sociopatoso".

sábado, 24 de noviembre de 2012

Fenómeno Paranormal en La Condomina.

Iván Jesús "Metralleta" Pinto era un periodista deportivo, radiofónico y de raza. Vivía cada gol, penalty, fuera de juego e, incluso cada fuera de banda, como si fuera un acontecimiento de transcendenia histórica. Y a voces, claro esta.

Manuel "Manolo" Vázquez Lugareño se lo tomaba todo con más calma. Él era más de "minuto y resultado". Vamos, lo que viene siendo un soso sobreviviendo milagrosametne en la selva del histrionismo de las ondas que son las retransmisiones deportivas.

"Metralleta" y "Manolo", pese a trabajar para cadenas rivales, compartían cabina radiofónica y monitor, y eso -domingo tras sábado durante años- une mucho.

-¡¡¡Fueeeeeeeeeeeeeeeeeeeera!!! ¡¡¡El latigazo del manito de oro, del terror que vino de Acapulco, del arriete azteca, del mejicano José William García se marchó rozaaaando el palo de la meta local!!!

Manolo Vázquez Lugareño dirigió sus ojos hacia el monitor para ver la repetición del acrobático remate, pero contempló al portero de casa sacando de puerta. "¡Este tío está tonto! Quedan cinco minutos y ganan uno a cero, ¿qué prisa tiene por sacar?"

Levantó la mirada y vio al portero local colocar el balón sobre el borde al área chica con todo mino, iniciar la carrera, detenerse a mitad de camino y pedir perdón al árbitro con la mano. El truco más viejo del libro para perder tiempo.

¡¿Cómo?!

Devolvió la mirada al monitor. Allí, el lateral zurdo visitante sacaba a toda prisa de banda. Volvió al campo, en el justo instante en que el balón se la iba por línea lateral a la estrella de la casa.

¡¡¿Cómo?!!

Manolo Vázquez Lugareño se quedó paralizado durante unos instantes. Hizo tembloroso una tercera comprobación, que arrojó el mismo resultado que las anteriores: el monitor le ofrecía las imágenes del partido unos segundos antes de que éstas se produjeran en el mundo real.

Aún con la impresión a cuestas, Manolo Vázquez Lugareño se levantó de su silla y se encaminó a la cabina de al lado. "Metralleta" estaba tan metido en el partido que ni se enteró.

En la cabina colindante, otra pareja de titanes de la retransmisión pasional se dejaban alma, corazón y vida en un corner.

-Perdón, señores, una cosa: ¿en vuestro monitor también se ve el partido antes que en el campo?

Según hacía la pregunta, Vázquez Lugareño se percató de cómo sonaba y decidió cerrar la puerta de la cabina y hacer como si nada hubiera pasado.

De vuelta a su asiento, Vázquez Lugareño clavó los ojos en el misterioso e inquietante monitor. Con timidez, tocó en la pierna de su compañero hasta conseguir su atención.

-¿Qué pasa?

-¡Pues que las cosas pasan antes en la tele que en la vida real!

"Metralleta" le miró sorprendido e indigando y se limitó a decir:

-¡Ya me he dado cuenta hace un rato, Manolo, y sí, es bastante desagradable para radiar el partido! Al final del partido se lo decimos a Toñín el de mantenimiento y ya lo arreglará para el próximo. ¡Y no me molestes por estas tonterías, macho, que estoy muy metido en el partido y pierdo el hilo!

viernes, 23 de noviembre de 2012

Historias Imaginarias de un Colegio que Jamás Existió: Love Story.

Javi Quesada y Ainhoa Bruelo -del último año- son novios desde hace un par de meses (la cosa que llevaba ya tiempo gestándose, para el chaval no se decidía y ella no sabía cómo darle pie, menos mal que hubo un providencial empujón externo). No es ningún secreto, pero tampoco hacen alarde del tema. La máxima expresión pública de pasión -si es que según están las cosas a eso se le puede llamar así- es que él le robe un casto besito en los labios al bajar al recreo. Ella se limita a apartarle con un sonrisa. En resumen, que no son Fernandito Cleofil y su amadísima Laurita, los reyes del exhibicionismo sobre los capós en la vía pública.

Tampoco son Javi y Ainhoa mucho de ir de la manita por la calle, aunque sí se suelen coger un rato en sus largos paseos de los domingos por la tarde por el parque. Pero, claro está, como también les gusta comer pipas -con sal-, les toca soltarse.

La mayoría de los compañeros ven el romance con grandes dosis de mofa, como el conductor de coches de carreras que se burla del dominguero que guía su utilitario con las dos manos sobre el volante y respetando hasta la última norma del código de la circulación. Ellos, claro está, ya pasaron por esa fase de los paseitos dominicales y los castos besos robados hace cinco o seis años. Ellos ya son mayores, ellos ya van directos "al grano".

José Luis Trestuestes, por su parte, tiene una visión muy diferente del romance: le hace gracia, pero no le provoca risa.

Le hace gracia verles tan inocentes. Le recuerda que, después de todo, el Amor deberia ser inocente, y que la Inocencia no es mala (malo es el mundo que la ha convertido en mala).

Le hace gracia verles sonreír tan felices. Le recuerda que, después de todo, el Amor no debería ser sino la expresión más pura y sencilla de la Felicidad.

Le hace gracia verles tan cursis, porque prefiere sus sonrisitas tontas y sus mofletes rubirozados antes que la terrorífica veteranía con la que otros de sus compañeros de clase encaran las relaciones con el sexo opuesto.

Le hace gracia, en suma, comprobar que en este mundo en el que tantos y tantos chicos y chicas llegan a los veinte ya de vuelta de todo, todavía quedan chavales que se toman el camino de la Vida con calma, que no tiene prisa por recorrerlo y que, por encima de todo, deciden caminar juntos de la mano (menos cuando comen pipas, claro está).





jueves, 22 de noviembre de 2012

¡Bravo, Don Álvaro! (y 9)

A Presidencia, el espectáculo le parecíó un tostón insoportable, aunque sólo lo admitió en la intimidad. Ante las cámaras, "esta primorosa obra de arte de la dramaturgia contemporánea ha dado un inmejorable pistoletazo de salida a la aunténtica maratón de las artes escenicas de calidad en que vamos a convertir la actividad diaria de este nuevo espacio público".

Álvaro Aspidilla, perro viejo, jugó sus cartas inmejorablemente y, a fuerza de criticar públicamente a sus antiguos correligionarios, logró ser nombrado director artístico del "espacio escénico público" que él mismo había inaugurado. Pero duro poco, un par de meses después se hizo cargo de la Consejería de Cultura en sustitución de García-Cortijero. No obstamte, siguió siendo director de los "Vagabundos de la Tramolla", los cuales dejaron de tener problemas para lograr subvenciones.

García-Cortijero pasó a ser consejero delegado de un banco. Un cargo más propio para él que el de Consejero de Economía. Después de todo, las tres carreras que había empezado y sin terminar ninguna eran Económicas, Empresariales y Derecho.

Eugenio "Geni" Hubiol abandonó la vanguardia teatral y se convirtió en un muy destacado guionista de teleseries, con éxitos tales como "La Ley de Marquina", "Brigada Juvenil" o "Chiflado y Asociados, Abogados de Pleitos Pobres". Normalmente se reunía con su equipo creativo en una marisquería cercana a su domicilio. Decía que las mejores historias siempre brotaban entre langostino y langostino. Jorge Vintacón, integrante del equipo, no podía estar más de acuerdo.

Un cazatalentos televisivo internacional se fijó en Sarita (¡como para no hacerlo!) y la fichó para presentar un programa musical en Miami. Tras dos temporadas en antena, se la entiende regular cuando habla en inglés, y absolutamente nada cuando habla en español (pero sigue igual de buena que siempre, eso sí).

Azarías Romera abandonó el "Club Medici-Europa". No ha vuelto a gastarse un duro en el teatro, ni tan siquiera como espectador.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

¡Bravo, Don Álvaro! (8)

El público asistía perplejo al espectáculo (los pocos que no estaban en el bar del hall, se entiende): cuatro actores disfrazados de tramoyistas (o quizás, tramoyistas de verdad) simulaba (o no) intentar reducir a otro actor (se suponía) que había saltado al escenario de improviso y no paraba de gritar algo sobre la vergüenza y la traición a los propios principios, mientras que otro grupo de actores vestidos de legionarios romanos (se suponía que no lo eran de verdad), contemplaban la pelea desde una esquina de escenario. Al fondo, una chica con las tetas al viento cantaba "La Minifalda" de Manolo Escobar, cuarto pieza de  un completó popurrí del almeriense que había comenzado con el clásico "Mi Carro". Entonces, pero rematar la escena (¿era una escena?), tres gorilas de la seguridad de Presidencia (pero, ¿estos son actores o no?) subieron a las tablas y se llevaron al (presunto) espontáneo a discreta punta de pistola.

En resumen, que aquello se notó algo, pero no mucho. Ventajas del teatro experimental.

Entra bambalinas, un par de policías ya estaban listos para llevarse a Jorge Vintacón a comisaria. Lo que él quería, lástima que no le hubiese dado tiempo a terminar el monólogo.

Y en eso, Vintacón vio a Álvaro Aspidilla.

-¡Vendido, traidor, cabrón! ¡He hecho para recordarte quién fuiste y restregarte en la cara en lo que te has convertido y has convertido a los "Vagabundos"!

Aspidilla, impertérrito, le hizo un gesto a los policias para que retuvieran un instante al muchacho. Salio y volvió a los pocos segundos. Traía un langostino en una mano y una aceituna en la otra, sin duda procedentes del ambigú que ya estaba listo para después de la función.

-¡A ver, bocazas de mierda, cómete esto! -sorpresa generalizada- ¡Que te lo comas, coño, que tengo que salir a escena en nada!

El pobre muchacho, estupefacto e intimado a partes iguales, se zampó oliva y marisco.

-Vale, bocazas, ahora dime, ¿qué está más rico? -prosiguió Aspidilla.

-Pues...el langostino.

-¡Exacto, el puto langostino! ¡Pues déjame que yo me gane los langostinos tranquilamente, y te voy a dar un consejo gratis, deja de hacer el imbécil y empieza tú a ganarte los tuyos también, mamarracho!

-Pero, ¿y la lucha por la igualdad de las personas, la fraternidad entre los pueblos...los ideales?

-Los ideales no compran langostinos, tarado. ¡Agentes, llévense a este individuo de una vez!

martes, 20 de noviembre de 2012

¡Bravo, Don Álvaro! (7)

-Perdón, pero los empleados del catering entran por la puerta de atrás.

-¿Cómo que catering? ¡Oiga, señorita, que yo soy el señor Azarías Romera, y financio todo esto. ¡Quiero hablar de inmediato con su supervisora!

La pobre azafata se puso colorada, sabía que el trabajo con la agencia era temporal, pero esperaba por lo menos durar más de un día.

-No se preocupe, señorita, ha sido un simple malentendido -tercíó la señora de Romera, siempre tan sensible con el trabajador.

-¿Cómo que un malentendio?

-Que sí, querido, que te tengo dicho que a ti el esmoquin no te sienta bien. ¡Anda, déjalo estar y vamos a prepararnos para recibir a la gente!

Por fin, había llegado la noche de la gran inauguración del teatro -o "espacio escénico", según la pedante denominación oficial- y el estreno de la obra de teatro.

Todos los nombres destacados de la política, la cultura, la vida social y el gorroneo zángano en general estaban invitados, y, dado que Presidencia en persona había confirmado su asistencia, lo más seguro que es no faltara ninguna a la cita. A Presidencia siempre le gustó tener el culo bien lamido.

Sarita estaba menos nerviosa de lo que esperaba. Al fin y al cabo, su papel no era tan difícil: salir de riguroso top-less (a ella no le importaba, pero convencer a Azarias había costado un poquito) y, literalmente, cantar cualquier canción que se le viniera a la cabeza. Era la solución que "Geni" Hubiol había encontrado para los graves problemas de dicción y vocalización de la chica. Y no era mala solución.

Los policías del exterior, uno cada veinte metros en las seis manzanas más próximas al teatro (perdón, "espacio escénico"), asintieron nerviosos radio en mano. El coche de Presidencia estaba a punto de llegar. Los empleados que habían estado fregando la acera por la que iba a pasar el séquito de Presidencia se retiraron raudos, justo cuando en el flamante Mercedes acorazado hizo su entrada triunfal y se detuvo junto a la puerta.

El público en pleno (casi) se puso en pie para aplaudir cuando la entrada de Presidencia en el palco de honor fue anunciada por megafonía. Entre los que permanecieron sentados, en una de las entradas de precio medio, estaba Jorge Vintacón, joven aspirante a actor con los ideales revolucionarios propios de la edad, y uno de los mayores admiradores de "Los Vagabundos de la Tramoya" en general y de Alvaro Aspidilla en particular. Aunque, la verdad sea dicha, le gustaba mucho más la primera etapa del grupo. Bueno, para ser totalmente sinceros, el cambio de chaqueta política de los "Vagabundos" le tenía asqueado.

Vintacón idolatraba al Aspidilla de los primeros setenta, ése que saltó a un escenario en mitad de una representación de Don Juan Tenorio para encajarle a la sorprendida concurrencia un monólogo de protesta política de cosecha propia. Fue la primera vez que Álvaro Aspidilla durmió en comisaría.

Esa noche, Vintacón estaba totalmente decidido a rendir un sincero homenaje a aquella hazaña del Álvaro Aspidilla que él admiraba tan profundamente.

lunes, 19 de noviembre de 2012

¡Bravo, Don Álvaro! (6)

Azarías Romera estaba emocionado, no tanto porque el estreno de la obra fuera al día siguiente, sino porque, como parte de la campaña de promoción, le iban a entrevistar en el programa de Vicente Gargela. En principio, la idea era que estuvieran sólo Alvaro Aspidilla y "Geni" Hubiol, pero a Romera se le había encaprichado salir con su admiradísimo Gargela, y aquí el que paga pone las normas. Por esa misma razón, también Sarita era de la partida. Resumiendo, que casi no cabían en la mesa.

Los iban a tratar bien, muy bien. Venían respaldados por Presidencia, y eso era una tarjeta de visita inmejorable con Gargela.

En realidad, el responsable de la sección cultural era el escritor e intelectual Juan Ricardo Prelaña, en una de las múltiples colaboraciones con las que compensaba las pocas ventas de sus obras, pero Gargela siempre estaba y siempre metía baza en su programa. Como un Gran Hermano de las Ondas que cree que entiende de todo pero realmente no sabe de nada.

-Don Azarías Romera, empezamos por usted, que es el que pone las perras. ¿Como a un empresario de éxito, serio, de los que faltan y no sobran en este país, de los que abren en persona la fábrica a las cinco de la mañana y la cierran agotados a las diez de la noche, le da por aventurarse en las túrbias aguas de la producción teatral?

-A mi siempre me ha gustado el mundo del arte, don Vicente, y cuando me ofrecieron la posibilidad de pasar a engrosar las filas del "Club Médini-Europa", no me pude resistir.

Azarías Romera había cantando la respuesta pactada -y memorizada- a la perfección, como el niño más aplicado de la clase.

-Muy bien, don Azarías, y se zambulle usted en el mundo del teatro de la mano de un hombre que...que bueno, estuvo un poco bastante tonto de joven, que le pasa a todo el mundo, pero que ahora por fin se ha dejado de majaderías experimentales pretenciosas teñidas -quizás desteñidas- de rojo, y se dedica a demostrar que tiene verdadero talento como actor. ¡Bien, hombre, bien, ya era hora! Alvaro Aspidilla. Ya sabe usted que tuvimos algún que otro roce en el pasado, pero eso es ya...pues eso, pasado.

(Quizás frases como: "titiritero insoportable, actorucho chillón y descerebrado, y traidor a su país", por el lado de Gargela, y "enamo deforme y gangoso", por parte de Aspidilla, se pudieran considerar algo más que un "roce").

-Así es, buenas tardes, Vicente.

-Háblemos del autor de la obra, de esta brillántisima y emergente figura de la dramaturgia patria, Eugenio Hubiol

-"Geni" es un verdadero genio, y creo que el texto que vamos a presentar es lo mejor que se ha visto sobre la escena de este país en mucho tiempo.

-¡Muy bonito nos lo pinta, habrá que pasarse a ver la obra! ¿Tú que piensas de este nuevo autor, Prelaña?

-Sin duda, el cuasi neófito en la Hermandad de las Letras Escénicas Hubiol, pese a lo escaso de su producción dramática, ya destaca con luz propia en el por demás acartonado y anodino panorama del teatro español, aprisionado entre la tentación facilona y rentable del vodevil prefabricado y las ínfulas huecas de piezas que, por su propia naturaleza de experimentales, acaban explotando en las mismas narices de la compañía de que las representa y los espectadores que las sufren. 

(-¿Y a mí cuándo me preguntan, Aza?)

(-Psst, calla, Sarita, que estos micrófonos son muy buneos y se oye todo. Ya te preguntarán en su momento y, recuerda, dices lo que has ensayado, y despacito para que se te entienda bien).

domingo, 18 de noviembre de 2012

¡Bravo, Don Álvaro! (5)

-¡Fue acaso aquel demi...demi...!

-¡Demiurgo, Sara!

-Eso...¡Fue acaso aquel demiurgo el padre de mi infelicidad...!


(-Macho, que no se la entiende nada, Álvaro).

(-Da igual, "Geni", la obra tampoco se entiende de todas maneras).

(-¡Sí, que se entiende, lo que pasa es que hace falta preparación literaria!)

(-Bueno, bueno, no te alteres, que el tío esta aquí al lado y nos va a oír).

(-No podemos coger a esta tía).

(-No es que podamos, es que debemos, es la querida del colega, y él nos subvenciona todo el asunto).

(-¡Pero es que lo va a arruinar todo!)

(-Que no chilles, coño, que nos va a oír).

(-Pues ya me contarás qué hago).

(-Eso ya como tú veas, ¿no vas por ahí presumiendo de joven genio de la Literatura? Pues demuéstralo saliendo de ésta).

(-Le puedo escribir un papel de una frase).

(-Que no, que ya le has escuchado al colega, que tiene que ir de protagonista).

(-Pero es que eso es imposible).

(-¡Búscate la vida, que luego para recoger los premios bien chulo que te pones!) ¡Gracias, Sara, ya puedes parar, muchas gracias!

-¿Qué les parece Sarita?, que ya les he oído de cuchicheaban mientras hacía la prueba.

-¡Muy buena, un auténtico descubrimiento, don Azarías! ¿Verdad, "Geni"?

-Pues...

-Exacto. ¿Cómo es posible que hasta ahora no haya protagonizado ninguna producción de primera fila? ¡Hacía años que no veía tanto potencial artístico en una joven intérprete!

-Entonces, ¿la cogen de protagonista?

-¡Por supuestísimo, de protagonista absoluta! De hecho, el autor aquí presente va a retocar el texto de la obra para darle incluso más protagonismo a Sarita, ¿verdad, "Geni"?

-Pues...

-¿Lo ve, don Azarías? ¡En una semana, empezamos los ensayos!

sábado, 17 de noviembre de 2012

¡Bravo, Don Álvaro! (4)

-No hay problema, se lo encasquetamos al paleto de Romera.

De esta manera tan sencilla había propuesto solucionar Espinosa el tema del patrocinio de la obra teatral.

-¿Peró tú crees que ese tío va a estar dispuesto a dejarse tanta pasta en producir una función a fondo perdido.

-¡Tú déjame a mi, Alvaro!

*         *         *

-¡Me parece a mí que esos son muchos duros para gastarse en un teatro, Espinosa!

-¡Es mucho más que eso, Azarías, es conseguir que tu empresa entre en el exclusivísimo "Club Médini-Europa"!

-¿El qué?

-El "Club Medici-Europa", reservado a aquellas empresas que apoyan a la cultura siendo mecenas de proyectos de entidad. ¡No hay ninguna firma de relevancia que no tenga ya este sello en sus productos, cartelería y papelería!

-Luego, ¿dan un sello?

-Sí, precioso, con la cara de Lorenzo de Médici.

-¡Ah, Lorenzo de Médici...Sí, muy importante! ¿Y cuánto dices que sería?

-¡Una miseria en comparación con el prestigio y la publicidad que vas a sacar de esto! Y no es sólo el sello: serás protagonista del estreno de la obra y de todas las ceremonias en las que le entreguen premios, por no hablar de las entrevistas en los medios...

-¡Me has convencido, Espinosa!

-Estupendo.

-Por cierto, te quiero comentar un tema relacionado...Verás, igual ya sabes que tenga una "amiga muy amiga" en la fábrica...Sarita...

-Ya.

-Pues es que lleva un par de meses que está todo el día calentándome la cabeza con que ella quiere hacer cine y televisión...y yo digo que un teatro le dará igual.

-¿Y quieres que se la recomiende al director?

-¡Hombre, ya que pago yo todo el saraó, qué menos!

-Sin problemas, considéralo hecho, Azarías.

viernes, 16 de noviembre de 2012

¡Bravo, Don Álvaro! (3).

En efecto, la idea cayó estupendamente en Presidencia. La conversión del "revolucionario ese de Aspidilla", su mansa entrada redil de la gente de orden era todo un triunfo polítco que Presidencia ciertamente apetecía. Además, se había construido un nuevo y flamante teatro público y "qué mejor que la última producción de los prestigiosísimos 'Vagabundos de la Tramolla' para inaugurarlo". Irónico, dado que la boca que pronunció esas palabras había calificado no hacía tanto al grupo teatral como "pandilla de pelmazos sin talento y golfos que viven de chupar de la teta pública".

El único problema era encontrar el dinero para financiar todo el proyecto. La cantidad era bastante importante -los traidores no se suelen vender baratos- y el presupuesto del Área de Cultura era escaso y ya estaba más que castigado.

"Pues busca una solución o seré yo quien te busque un sustituto" había la respuesta de Presidencia ante la queja de García-Cortijero.  Y Presidencia era notoria por cumplir con sus amenazas -nunca más de una- de un modo fulminante.

Por fortuna, los amigos están para algo, y Emiliano García-Cortijero tenía unos cuantos (todos interesados, claro está). Uno de ellos era Álvaro García-Borcigueitia, propietario del Grupo Empresarial Garborsa y antiguo compañero de correrías juveniles.

-¿Esa cantidad y por una obra de teatro? ¡Va a estar difícil, macho!

-¡No me jodas, Álvaro!, ¿hace falta que te recuerde que os concedimos a Garborsa tres contratos de la construcción del teatro?

-¡Ya, ya, macho, pero es que esto es mucha pasta...!

-Pues tú veras, amigo, o me patrocináis desde Garborsa u os podéis ir olvidando de la obra pública.

-¡Bueno, bueno, Emiliano, no hace falta amenazar, coño! Mañana a primera obra se lo comento a Espinosa y seguro que él te encuentra una solución.

jueves, 15 de noviembre de 2012

¡Bravo, Don Álvaro! (2)

-Mire, señor Aspidilla, no le voy a negar que su propuesta es más que interesante y nos encantaría que usted trabajara con nosotros, pero en el contexto económico actual...

García-Cortijero quería jugar a hacerse el duro, pero Aspidilla era un perro mucho más viejo que él.

-Mire ahora usted, señor García-Cortijero, no es ningún secreto que su partido está un poco escaso de figuras cultulares destacadas. "Nombres de reconocido prestigio", usando ese idioma que a ustedes tanto les gusta, y resulta que yo innegablemente tengo ese prestigio teatral que ustedes tanto necesitan. En otras palabras, que la gente se aburre sin rechistar viendo mis obras aunque no se estén enterando de nada, y luego a la salida nadie tiene las narices de admitir que no les ha gustado.

-Pero, comprenda usted, señor Aspidilla, que un nombre de su pasado, de su historial ideológico...

-¿Qué pasado? ¡Un puñado de obras de mierda que ni se representan ni nadie conoce! De hecho, esto es otro triunfo para ustedes: "¡Ya ven, Álvaro Aspidilla -el azote dramático del conservadurismo- ha visto la luz, nosotros teníamos razón, los otros están equivocados!" Además, puedo despotricar a diestro y siniestro de sus adversarios políticos cada vez que me pongan un micrófono delante de la boca, se lo incluyo en el paquete sin coste adicional.

-¿Y esta producción que usted propone..., supongo que no resultará incómoda...!

-¡No, todo lo contario, comodísima! Le pueden ustedes echar un vistazo antes de estrenarla y le cambian lo que quieran...¡Censura, como en los viejos tiempos, sólo que ahora estoy muy viejo para plantarle cara!

-¿Y al autor, al señor...Hubiol, no le importara que le cambien la obra?

-¡Bah, no se preocupe de eso me encargo yo!

-Bueno, pero todo esto lo tendré que consultar con Presidencia...

-¡A Presidencia le va a encantar!

miércoles, 14 de noviembre de 2012

¡Bravo, Don Álvaro! (1)

-Nada, ni una perra.

-¿Pero has hablado con Verdiña?

-¡Él en persona me lo ha dicho!

-¡Joder, entonces estamos en la mierda de verdad!

Alvaro Aspidilla -fundador, director y actor del grupo teatral "Los Vagabundos de la Tramolla"- se mesó los cabellos con un resoplido. La noticia que le acababa de dar Goyo Gafull -su amigo de décadas y mano derecha dentro y fuera de escena- no podía ser peor. Si a Goyo le había dicho que no Verdiña, no había nada que hacer.

-Oye, ¿y por qué no pasamos de las subvenciones oficiales y buscamos a un productor teatral privado?

Eso lo había dicho Eugenio "Geni" Hubiol, flamante Premion Nacional de Dramaturgia Joven y el más reciente fichaje de "Los Vagabundos de la Tramoya".

-¿Y un tío que dice un gilipollez de tal calibre nos va a escribir la obra de teatro? -replicó Gafull.

-¡Oye, sin faltar, eh!

-Es que, ¿cómo te lo explicaría yo?, no hay mucha gente dispuesta a pagar por ver lo que nosotros hacemos.

-¡Pero si es arte puro!

-A ver, chaval, ¿cómo te lo explicaría yo?, no es conveniente mezclar arte y dinero.

-¡Callaos, coño, que estoy pensando! -zanjó Aspidilla-. Creo que lo mejor es llamar a García-Cortijero, igual nos echa una manilla.

-¿Perdón?

-¡No pongas esa cara, "Geni", ése seguro que nos subvenciona!

-Pero...¡García-Cortijero no es de los nuestros! ¡Si fueron los suyos los que te metieron en la cárcel!

-Bah, de eso hace ya treinta años, no seamos rencorosos.

-Pero...¡nos vas a vender!

-Ya, es lo que tiene, que normalmente para sacar dinero hay que vender algo a cambio.

-¡Qué vergüenza, Álvaro!

-Ves, macho, lo que yo te decía, este fulano es un gilipollas integral que no tiene ni puta de idea de nada -cerró Goyo.

martes, 13 de noviembre de 2012

El Padre que Los Parió.

-Entonces, ¿éste que vamos a ver ahora es el que tuviste con la modelo valenciana?

-Exacto.

-Que tiene...¿cuántos años?

-Pues espera que piense, si el pequeño es el de la romana y tiene 12, pues...este...15.

Javier Andrés "el Gallego" García, famoso ex-futbolista y entrenador argentino (obvio, dado su apodo), tomó un sorbo de su cerveza fresquita y dejó que el sol del mediodía le ayudara a relajarse. Le acompañaba en aquella céntrica terraza un periodista que estaba escribiendo la autobiografía de "el Gallego". Al menos, la editorial iba a tener el detalle de poner también su nombre en pequeñito en la portada del libro. Esa mañana tocaba conocer a uno de los cinco hijos reconocidos de "El Gallego".

-¿Es ese chaval de allí?

-Sí,...¡Pibe, acá!

-¿Cómo se llamaba?

-Eh...El de la valenciana es Omar.

-¡Debe de ser tan raro tener cinco hijos de cinco mujeres en cinco países diferentes!

-Bueno, siempre fui enamoradizo, y en el amor yo lo doy todo -como en el terreno de juego-, y no dudes de que estaba convencido de que cada una de sus madres era el amor de mi vida. Estaba loco por Anita, por Anuska, por Sharon y por Eva.

-Te falta una.

-¿Dije cuatro?

-Sí.

-Espera...Anita en Argentina, luego fiché por el Bayern que es Anuska, Sharon cuando el año del Arsenal, Eva con el Valencia...¡Ah, carajo, me faltaba Claudia, la de la Lazio!

-Ahora sí.

-Pero yo soy un padre macanudo, nunca les falta de nada a mis hijos. Admito que me ven poco, pero tienen de todo, incluyendo camisetas firmadas de todos los futbolistas importantes, ¡yo misma se las remito por correo!...¡Omar, sentate, pibe! ¿A que yo soy un padre regio?

-Omar es el de Anuska, papá, yo soy Andrea.

-¿Seguro, pibe?

-Seguro.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Pero, ¿Qué Demonios Va Por Dentro?

Era una de las múltipludes dudas que jamás me quitaron en sueño, pero me hacían parpadear mosqueado de tarde en tarde.

Resumiendo: lo que va por dentro...¿era "la profesión" o "la procesión"?

Pues resulta que, tras las oportunas pesquisas, estoy en condiciones de asegurarle que es "la procesión va por dentro". Si, la procesíón, o sea, un colectivo más o menos nutrido de señores tapados hasta los dientes y las orejas que acompañan -cirio en mano- a una Imagen en Semana Santa. En otras palabras, que puede usted sentirse muy compungido por sus adentros aunque sea un simple aficionado del tema, por no hace falta ningún tipo de profesionalidad.

Mas, ahora que caígo, ¿por qué retruécanos le llamaran "cirio" a una trifulca o alboroto? ¡Si no hay nada más pacífíco que una pacífica procesión -vaya por dentro o por fuera-!

A no ser, claro está, que hubiera alguna vez alguna procesión que terminara en pelea, y obviamente, con tanto cirio se debió de repartir mucha "cera".

¿Se trató, acaso, del infame "Rosario de la Aurora"? Sí, esa expresión de la que usted pueden escuchar miles de explicaciones etimológicas, pero que todas desembocan en que hubo una multitudinaria tangana en mitad de una procesión (que es lo malo de ese tipo de broncas, que uno se pega y no sabe con quién, aunque, por otro lado, los bandos están perfectisimamente definidos).

En fin, que parece que todo encaja: procesiones internas, cirios, cera en general y el dichoso "Rosario de la Aurora".

E incluso así admitiré con una sonrisa que esta entrada de hoy es tirando a bastante flojita.

Sonreiré, sí, pero la procesión irá por dentro.

(Eso ni lo dude).




domingo, 11 de noviembre de 2012

Gracia del Río (Un Pueblo con Poco de Ambas): Los Secretos del Gran Mago.

Algunas tardes, "Peralín" va a la parroquia a echar una mano en lo que se pueda. En realidad, es la excusa que necesita Don Cosme para invitarle a merendar. Lo haría aunque el crío no le ayudara, pero Peralín jamás aceptará nada que no sea suyo porque lo ha comprado o se lo ha ganado. Dice que eso sería robar.

-Padre, ¿ustedes los curas entienden siempre a Dios?

Preguntó "Peralín" entre galleta y galleta. ¡Y vaya pregunta!

-¿A qué te refieres?

-Pues que a veces pasan cosas en este mundo que uno no se explica la razón, y como Dios manda en todo, pues que uno no le ve el sentido...¿Y ustedes?

Un nuevo reto "made-in-Peralín". ¡A intentar salir otra vez del paso!

-Pues la verdad es que a nosotros también nos pasa eso, pero aprendemos a vivir con ello. Mira, es como cuando tenía tú edad y veía a los magos por la tele. Me fijaba con mucha atención en el truco, ponía todos mis sentidos y toda mi inteligencia, pero nunca adivinaba cómo lo hacía. ¡Y lo peor era cuando creía que le había pillado el truco y se demostraba al final que no! Entonces, un día, decidí que lo mejor darme por vencido, admitir que ese tipo era más listo que yoy limitarme a relajarme en el asiento y disfrutar de la magia. Pues con Dios hago un poco lo mismo. No intento pillarle los trucos, porque sé que jamás lo voy a conseguir. ¿Lo entiendes?

"Peralín" se limitó a asentir y mojar otra galleta muy pensativo. La masticó despacito y en silencio.

Don Cosme desconocía la razón de que "Peralín" le hubiera preguntado eso, y no quería saberla a menos que el niño se la contara motu proprio. Era la vida privada del chaval. Así pues, hizo lo único que podía hacer, y lo mejor.

"Pero no te preocupes, puede que este Mago te meta en una caja y -aparentemente- te sierre por la mitad, pero al final siempre te va a sacar de una pieza y entre aplausos del público".

"Peralín" asintió con una sonrisa.



sábado, 10 de noviembre de 2012

A Propósito de la (Mal Llamada) Pluma.

Contemplo a las aves, alzando majestuosas el vuelo por el cielo azul, y se me pone una mala uva que usted ni se imagina.

No porque vuelen los pájaros en sí (que hasta me gusta), no porque me hagan caca encima (que puede ser), sino porque la imagen me trae a la memoria una injusticia, una inexactitud, una aberración que me quita casi hasta el sueño: ¿Qué esa tontería de llamar "pluma" a un cacharro totalmente artificial que no sirve para volar, sino para escribir?

¡Alta traición al idioma y a la naturaleza!

En efecto, "pluma" es un término latino que -en su naturaleza más esencial e íntima- hace referencia a la parte del ave que le hace único y distinto, a eso que le permite volar y no a cualquier otra cosa.

Acepto que se utilice "pluma" para referirse a aquellas que en otros tiempos se usaban para escribir, pero en el momento en que se inventa un artilugio para guardar y segregar tinta, que le busquen otro nombre, porque -lo siento mucho- eso no sirve para volar, ni lo tienen las aves, por tanto no es una pluma y usar tal término es absolutamente caprichoso y radicalmente contrario al orden y la ley natural.

Y, peor todavía, los ladinos que pretenden pervertir el lenguaje le pusieron el apellido de "estilográfica" como para queder disimular, para intentar que no nos percatáramos de su artera maniobra de perversión de nuestra amada lengua. Además, no contentos con esto, esa misma pandilla de degenerados empezo a usar el término "pluma" para referirse a una persona que escribe. ¿Pero qué es esto? ¿Equiparar a un señor hecho, derecho y con bigote con la parte de un pájaro? ¡Hasta ahí podíamos llegar!

En suma, que lo llamen como quieran, pero lo que está claro es que ese cacharro con tinta dentro para escribir es cualquier cosa menos una pluma.

He dicho.



viernes, 9 de noviembre de 2012

Historias Imaginarias de un Colegio que Jamás Existió: Lo Justo y La Justicia.

"Llamadme Gus" resoplaba y corregía, corregía y resoplaba. Normal. Por fortuna, con el tiempo y la experiencia, este complejo de ballena se le va pasando a todos los profesores.

-¿Qué pasa, insigne colega?

Jose Luis Trestuestes, una vez más al rescate del novato.

-¡El golfo de Nogalar, que podría sacarme dieces y sólo me saca cincos!

-Pero eso es problema de Nogalar, y de sus padres, si es que son buenos padres de verdad.

-¡Y nuestro también, nuestro deber es sacar lo mejor de cada chico!

-¡Tranquilo, hombre, la abulia académica del adolescente común es una enfermedad de muy difícil curación! ¡Ya me gustaría ver a más de un médico intentando curarla!

-Lo que tengo que hacer es subir el nível, pedir más. ¡Eso sería lo justo!

-¿Seguro? Si subes el nivel sabes que gente como Cortedesa no aprobará ni en mil años. Y el chaval se deja la piel para arrañar el cinco por el que Nogalar ni rompe a sudar.

-¡Es que la vida es tan injusta! Unos tan listos y otros tan torpes...

-Pero eso ni tú ni yo podemos cambiarlo...Es lo que hay, y con eso tenemos que lidiar. ¿Y sabes lo peor del asunto? Que este país esta plagado de "Nogalares", de chicos que hacen lo justo para lograr el dichoso aprobado y que sus padres no les riñan por no pasar de curso...¡La legión del cinco escolar! Pero, ¡ha, amigo!, luego esos estudiantes de cinco se convertirán en adultos que querrán llevar un tren de vida de diez, y eso si que no va a ser posible. Y entonces vendrán las lamentaciones, la rabia, la frustración...

-En eso tienes razón.

-¡Como de costumbre! Así que, insigne colega, no te agobies. Tarde o temprano, la vida le acaba dando a cada uno lo que se merece, de eso estoy absolutamente convencido.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Agallufo en el Laberinto de Sí Mismo.

-Señor Caspagoñi, el señor Kells.

-Hágale pasar, Elena.

-En seguido, señor Caspagoñi.

Arturo Caspagoñi -presidente y propietario de la empresa "Nubecita"- llevaba casi tres décadas especializado en el mundo del entretenimiento infantil, y no le había ido nada mal. Irónico, dado que no ejemplificaba ninguna de las características propias de la infancia: estaba de mal humor con mucha frecuencia y era totalmente alérgico a la ilusión y la fantasía. Era, en suma un hombre de negocios, un empresario, alguien que le da al cliente lo que busca y se forra gracias a ello. "Darle al cliente lo que busca", un concepto básico que el tal John Kells no parecía haber asimilado, y de ahí la entrevista urgente.

-Buenos días.

-Siéntese, Kells. Mire, he estado echando un vistazo al comic que ha dibujado usted para la nueva serie de "Agallufo, el Patito Valiente" y he de confesarle que me ha sorprendido mucho...

El tal Agallufo era uno de los personajes estrella de "Nubecita". Había iniciado sus pasos como personaje de tebeo, pero una cosa llevó a la otra y ahora había serie de televisión, juguetes, línea de ropa y material escolar. El personaje lo había creado José Miguel Perdiz ("Joper"), también encargado de dibujarlo durante el último cuarto de siglo, pero "Joper" se había jubilado y tuvieron que buscar un sustituto. El elegido había sido John Kells, emergente y prestigiosa figura del comic norteamericano.

-¿Le ha gustado?

-Pues mire, Kells, la verdad es que no. O, para ser más preciso, no lo sé, porque no me he enterado de nada.

-¿De nada?

-No, soy incapaz de seguir la historia. Mire, estábamos acostumbrados a que Agallufo fuera por un mundo de colorines rescatando a animalitos en peligro de los malvados cazadores...¡Y aquí no veo nada de eso, tan sólo páginas y páginas en blanco y negro en que Agallufo da vueltas por un río diciendo cosas raras, y sin hacer nada".

-Es que las historias anteriores eran muy previsibles y, además, Agallufo era un personaje muy plano. Lo que yo he intentado es explorar la psicología del pato, e incluso sacar a la luz ese lado oscuro que todos tenemos.

-¿Psicología? ¿Lado oscuro? ¡Qué tonterías dice! Agallufo es un adorable patito destinado a niños de hasta 8 años, no tiene nada de eso.

-Es que a mí me parece un personaje que tiene muchas facetas, y yo me he dedicado a explorarlas...

-Mira, Kells, usted habrá ganado muchos premios y todo eso, pero yo quiero una divertida historia en colorines que un niño de 6 años -o incluso yo- pueda entender, y la quiero para el lunes o le rescindo el contrato.

-¡Usted no tiene ni idea de arte!

-Y usted no tiene ni idea de negocios. No puedo dedicarle más tiempo. Ya sabe, o me da lo que le pido y le pago por hacer, o se va usted a jugar a los artistas pedantes y pretenciosos a otra parte. ¿Comprendido?

-OK.

Y así fue como "Agallufo en el Laberinto de Sí Mismo" pasó a ser "Agallufo, el Patito Valiente, contra los Ladrones de Polluelos".




miércoles, 7 de noviembre de 2012

...Aunque No es Para Tanto. (Ácida Crítica a los Críticos Ácidos y 2)

Noviembre de 2012

La catedrática de mediana edad untó cuidadosamente la mantequilla en la rebana de pan y tomó un pequeño bocado. Luego, se ajustó sus gafas a la moda y, al tiempo que retiraba una miguita de la chaqueta de su traje de ídem, continuó con su discurso destinado a su compañero de mesa de hacía ya dos décadas y media.

-¡Ordenadores nuevos! ¿Esa gente se cree que los regalan o qué? ¡Que no van rápidos! ¿Tanto les cuesta a los señoritos esperar unos segundos! ¡Que están viejos! ¡Pero si no tienen ni diez años! Además, si la mayoría de esos pijos metidos a salvamundos alternativos tienen sus portátiles que les ha comprado papá.

-Encima luego siempre te salen con que en Europa las instalaciones son mucho mejores. ¡Joder, pues veta a Europa si tanto te gusta y déjanos en paz de una vez! Además, si nosotros tuviéramos los presupuestos que tienen ellos...

-¡Exacto, que con la porquería que nos da el gobierno y las cuatro perras que pagan esos golfos de matrícula, bastante que conseguimos que algo marche!

-¡Quejarse, quejarse, no saben hacer otra cosa! ¿Sabes lo que me soltó el otro día una pedorra de esas? ¡Que hace siete años que no publico nada, que no investigo! ¡Lo que faltaba, que una mocosa llena de roña me organice a mí la vida! Vamos, que hice yo una tesis doctoral que esa estúpida ni en mil años la podría igualar.

-Sí, es lo que pasa, que esos gilipollas que tenemos por alumnos han leído cuatro libros, no han entendido ninguno y se creen los más listos del mundo...¡En mi puesto me gustaría verles a ellos, a ver qué hacían los enteradillos de mierda!

-¡Si es que ahora entra en la universidad cualquier mamarracho!

-¡En nuestros tiempos de estudiantes si que había nivel!

-¡Pero si hasta las aulas nos quieren organizar! ¡Que muchas están vacias dicen!

-¡Qué imbéciles son, macho!

martes, 6 de noviembre de 2012

Todo Está Mal... (Ácida Crítica a los Críticos Ácidos 1)

Noviembre de 1987

La joven estudiante de las gafas a la moda, el pelo corto y el vestuario de mercadillo continuó masticando su bocadillo con un gesto de profunda reflexión, pegó un trago de su lata de cerveza y prosiguió con su discursó estilo mitin a su compañero de clase, mesa y vida universitaria en general:

-¡Y es que esta universidad en una mierda, macho! ¡Y no lo digo sólo por los profesores, que también, sino por las instalaciones! ¿Tú ha visto un ordenador por alguna parte? ¡Joder, pues en Inglaterra la mayoría de universidades ya tienen uno por clase, por no hablar de los americanos! ¿Y qué me dices de la gestión del aulario? ¡La cantidad de aulas que se ven vacías! ¿No se podrían aprovechar para activades? ¡Organizar, coño, organizar, sacar provecho a los recursos! 

-¡Y encima que pagamos una pasta por las matrículas! -replicó el correligionario.

-¡Esa es otra! ¿Cuánto dinero se destina a becas? Yo no sé cuánto le darán a los inútiles de los profesores, que seguro que será una pasta, pero no me salen las cuentas. ¡Se están llevando el dinero público esos golfos, se reparten el pastel, nos están robando de nuestros impuestos!

-Y con esta universidad no vamos a ninguna parte...

-¡Exacto, tío, hay que revitalizar esto o nos vamos a la mierda! Investigación, ¡esa es la base de la universidad! ¿Tú crees que lo vagos esos investigan? ¡Seguro que no han pisado un archivo desde que terminaron el doctorado!

-¡Menos mal que estamos tú y yo, nuestra generación, para cambiar todo esto!

-Sí, será diferente, muy diferente. ¡Vamos a cambiar todo esto, vamos a sacar a la universidad de la mierda de la paletocracia nacional de vagos y la vamos a llevar a Europa!

lunes, 5 de noviembre de 2012

Con el Señor Coronel No se Bromea.

"¡Jessy, dale un beso al yayo!"

Grave error pronunciar estas palabras, y mira que la intenión de Antonio había sido buena: congraciarse con su suegro, pero el efecto había sido el contario. Le bastó la mirada que le disparó el Coronel para darse cuenta.

-Mira, Antoñito, pase que te hayas casado con mi única hija, pase que le pusieras a mi primera nieta ese nombre tan cursi en vez de "María del Carmen", como su abuela y su bisabuela, pero como me vuelvas a llamar "yayo" en presencia de la niña o, de cualquier otro ser humano, te pego un tiro.

Todo esto, por supuesto, dicho en susurro. El que sabe amenazar de verdad jamás tiene necesidad de chillar, se limitá a cumplir la amenaza.

Antonio tragó saliva, el Coronel nunca habla en metáfora, como bien a las claras había dejado en el banquete de su boda, cuando había encañonado a un representante de la Sociedad General de Autores que pretendía cobrarles el canon por poner música.

"¡Baje eso, que está usted borracho!", había dicho el SGAE-man con tono desafiante, a lo que el Coronel se limitó a responder con cuatro certeros disparos que volaron las bombillas de una lámpara que había sobre el molesto invitado.

"Nunca se empuña un arma estando bebido, mamarracho, y ahora vete, o la próxima bombilla en reventar va a ser la de tu calva".

(Esto, obvimante, susurrado al oído).

No se supo más de la SGAE.

Pero volviendo a Antonio, se limitó a coger a su Jessy y decirle: "Hija, dale un beso a tu abuelo el señor Coronel!"

-Ves, eso está mejor, Antoñito.

Antonio se limitó a sonreír y marcharse cojeando. Cojera perpetua fruto de una rótula reventada por una bala, recuerdo de bodas o, mejor dicho, de la temeridad que supone decirle a un suegro armado: "¿Es usted gilipollas? ¡Cómo le contesta así a ese hombre de la SGAE!"

domingo, 4 de noviembre de 2012

Gracia del Río (Un Pueblo con Poco de Ambas): Cross Popular Graciarriero.

El enésimo intento de fomentar el turismo en Gracia del Río lo promovió el doctro Pérez-Piñón durante su etapa en la alcaldía. Se trataba del "Cross Popular Graciarriero", una prueba atlética campos de Castilla a través sobre una distancia de 10 kilómetros con salida y llegada en la plaza del pueblo, y con una discreta dotación en premios (copas menguantes para los tres primeros y medallas de ración para el resto de los participantes).

Se inscribieron un total de siete participantes, todos ellos forasteros (los lugareños decían que ya tenían el pueblo y sus alrededores muy vistos). Tomaron la salida (poniendo todos en marcha el cronómetro de sus relojes de pulsera, como mandan los cánones) una soleada mañana de abril. Recorrieron las calles del pueblo en compacto grupo -y ante la indifererencia general (excepto Doña Virtudes, que salió al balcón para vitorearlos)- y se internaron en la llanura castellana hasta que se les perdió de vista.

Hoy, casi veinte años después, no se sabe absolutamente nada de ninguno de ellos.

Circulan por el pueblo varias teorías sobre las suerte de los siete fondistas aficionados, pero todas toman como punto de partida el hecho de que nadie de la organización se molestó en acompañar a los participantes durante la prueba o, al menos, marcar el recorrido más allá de las afueras del pueblo.

Marcial, quien en principio era responsable de haber señalado el camino a los atletas, siempre se excusa diciendo que: "¡si no saben volver al pueblo, que no salgan de él!"

En lo referente a las teorías, una afirma que los corredores se perdieron y todavía vagan por los inhóspitos campos de Castilla en busca del Gracia del Río, aunque también hay otra, más verosimil, que dice que, tan pronto como se dieron cuenta de que aquello no estaba organizado, los atletas pararon en una cercana área de servicio, se tomaron un café y llamaron a unos taxis para que fuera a buscarlos para ir de vuelta a la civilización.

Sea cual sea la verdad, los trofeos y medallas todavía aguardan en un cajón de ayuntamiento (junto a un cronómetro ya sin pilas que mide el tiempo oficial de la prueba) por si acaso un día aparece alguno de los participantes.




sábado, 3 de noviembre de 2012

La Secta de los Simplones.

La "Secta de los Simplones" se junta en cualquier sitio donde puedan reunirse: una casa, un bar, un parque (si hace calor, claro).

Nadie es más importante que nadie, ni se lo cree, ni actúa como si lo fuera. Se sientan todos en círculo, se cuentan sus penas y sus alegrías, porque a todo ser humano le hace falta alguien con quien llorar y con quien reír.

Nadie juzga a nadie, felicitan al que siente de corazón que ha hecho el Bien, y apoyan de corazón a aquel que trae el alma pesada porque cree que ha obrado mal. Le ofrecen comprensión y entre todos buscan maneras de subsanar el daño hecho. Es algo que sabe a Perdón y Redención.

Siempre encuentran un rato para leer la Biblia, no porque haya que leerla, sino porque todos están convencidos de que esta plagada de enseñanzas. Comentan lo leído e intentan buscar la manera de aplicarlo a sus vidas diarias.

Rezan poco pero bien, porque saben de sobra que si se reza de veras -o sea, si uno no se limita a repetir palabras como un loro- el alma se queda exhausta.

Y siempre terminan compartiendo un poco de pan y algo de vino.

Entonces, pagan entre todos si es que hay algo que pagar, y se despiden hasta la próxima reunión. Cada uno se va a su casa, a seguir viviendo su vida intentado ser lo más feliz posible e intentando hacer a los demás felices, en la medida de sus posibilidades. En otras palabras, intentan ser buena gente.

Ninguno de los "Simplones" ha estudiado Teología en universidades de toda Europa, se ha dirigido a auditorios cultos y refinados, o ha pasado horas midiendo cada palabra y cada coma de una carta pastoral.

Son gente sencilla a la que le gusta pasar un rato agradable con otra gente sencilla (por ejemplo, un Carpintero de pueblo).





(Obviamente, los "Simplones" no existen, pero quizás no sería tan mala idea que lo hicieran).

viernes, 2 de noviembre de 2012

Historias Imaginarias de un Colegio que Jamás Existió: Paripé.

Gonzalo Rosales va para figura del fútbol, aunque sabe perfectamente que ir a menudo no significa llegar y por eso se toma sus estudios tan en serio como sus entrenamientos. Chico listo.

No obstante, a menudo llaman al colegio de un club muy grande y muy importante para justificar que Rosales faltará a clase uno, dos e incluso puede que hasta tres días (o una semana), pues tiene partido en Reus, en Oporto o en el mismo Turín.

Esto, claro está, trastoca a menudo los planes de los profesores, aunque, por suerte, Rosales es de esos alumnos a los que se examina por imperativo legal, o por la simple curiosidad de saber si sacará un 9,5 o un 10.

"Rara avis" en esto Rosales, porque la mayoría de sus camaradas de pase en corto y subida por la banda son más bien cobardes para eso de los libros y la ecuaciones, pero, por supuesto, los muchachos tienen que tener una educación. ¡Faltaría más!

En resumen, que para conciliar los exámenes con el fútbol juvenil, se decidió crear una comisión oficial del Ministerio de Educación y Deporte, encargada de examinar a los muchachos, y así quitar de líos a los pobres profesores obligados a examinar aparte a los futboleros.

Eso era la teoria.

En un aula de un instituto cercano al hotel de concentración, los componentes del combinado nacional hacían su examen de Lengua.

Rosales, por supuesto, entregó el primero. Aquello había sido tan sencillo, que era casi insultante.

El profesor ojeó el examen recién entregado (no hay mayor deformación profesional de un docente que ésta).

"Apartado b: Defina 'paripé'"

Repuesta: "¿Qué es paripé? -dices mientras clavas en mí tu pupila azul. Paripé es este examen".


Eso era la práctica.

En fin, Rosales en estado puro (una vez más).

jueves, 1 de noviembre de 2012

Vocablos Fascinantes Cubiertos de Óxido: Escusa.

Escriba usted "escusa" en cualquier examen de Lengua -o similar-, y todo lo que recibirá en pago va a ser verla cien veces rodeada -o quizás tachada- con bolígrafo rojo, una regañina del profesor o profesora de turno y, lo peor, una muy probable penalización en la nota del ejercicio.

Sin embargo, "escusa" existe, ¡vaya que si existe, existe con creces! En concreto, "escusa" resulta ser:


1. f. escusabaraja (o sea, una cesta de mimbre, con tapa).

2. f. Provecho y ventaja que por especial condición y pacto disfrutan algunas personas según los estilos de los lugares.

3. f. Derecho que el dueño de una finca o de una ganadería concede a sus guardas, pastores, etc., para que puedan apacentar, sin pagar renta, un corto número de cabezas de ganado de su propiedad, y esto como parte de la retribución convenida.

4. f. Conjunto de las cabezas de ganado a que se aplica este derecho.

5. f. Entre ganaderos, res o cabeza de ganado horra (o sea, que no se queda preñada).

6. f. Acción y efecto de esconder (‖ ocultar).

Lo complicado, me temo, es encontrar un contexto donde utilizarlas, aunque, con un poco de buena voluntad, algo siempre se sacará:

1. Muy útil si se escribe sobre escantadores de serpientes -preferentemente cobras, y mejor si son de la India-.

2. Escriba cien palabras sobre Política. La oportunidad de meter esta "escusa" se presentará con toda claridad.

3. Úsese para dar un toque culto y refinado a su próximo relato navideño sobre el Nacimiento de Jesús.

4. Ídem del anterior.

5. Complicado, complicado.

6. La acepción más sencilla, lástima que sea la última.

En conclusión, que ya no tiene usted excusa para no escribir "escusa".