Buscar en Mundo Jackson

sábado, 10 de noviembre de 2012

A Propósito de la (Mal Llamada) Pluma.

Contemplo a las aves, alzando majestuosas el vuelo por el cielo azul, y se me pone una mala uva que usted ni se imagina.

No porque vuelen los pájaros en sí (que hasta me gusta), no porque me hagan caca encima (que puede ser), sino porque la imagen me trae a la memoria una injusticia, una inexactitud, una aberración que me quita casi hasta el sueño: ¿Qué esa tontería de llamar "pluma" a un cacharro totalmente artificial que no sirve para volar, sino para escribir?

¡Alta traición al idioma y a la naturaleza!

En efecto, "pluma" es un término latino que -en su naturaleza más esencial e íntima- hace referencia a la parte del ave que le hace único y distinto, a eso que le permite volar y no a cualquier otra cosa.

Acepto que se utilice "pluma" para referirse a aquellas que en otros tiempos se usaban para escribir, pero en el momento en que se inventa un artilugio para guardar y segregar tinta, que le busquen otro nombre, porque -lo siento mucho- eso no sirve para volar, ni lo tienen las aves, por tanto no es una pluma y usar tal término es absolutamente caprichoso y radicalmente contrario al orden y la ley natural.

Y, peor todavía, los ladinos que pretenden pervertir el lenguaje le pusieron el apellido de "estilográfica" como para queder disimular, para intentar que no nos percatáramos de su artera maniobra de perversión de nuestra amada lengua. Además, no contentos con esto, esa misma pandilla de degenerados empezo a usar el término "pluma" para referirse a una persona que escribe. ¿Pero qué es esto? ¿Equiparar a un señor hecho, derecho y con bigote con la parte de un pájaro? ¡Hasta ahí podíamos llegar!

En suma, que lo llamen como quieran, pero lo que está claro es que ese cacharro con tinta dentro para escribir es cualquier cosa menos una pluma.

He dicho.



No hay comentarios: