Buscar en Mundo Jackson

sábado, 3 de noviembre de 2012

La Secta de los Simplones.

La "Secta de los Simplones" se junta en cualquier sitio donde puedan reunirse: una casa, un bar, un parque (si hace calor, claro).

Nadie es más importante que nadie, ni se lo cree, ni actúa como si lo fuera. Se sientan todos en círculo, se cuentan sus penas y sus alegrías, porque a todo ser humano le hace falta alguien con quien llorar y con quien reír.

Nadie juzga a nadie, felicitan al que siente de corazón que ha hecho el Bien, y apoyan de corazón a aquel que trae el alma pesada porque cree que ha obrado mal. Le ofrecen comprensión y entre todos buscan maneras de subsanar el daño hecho. Es algo que sabe a Perdón y Redención.

Siempre encuentran un rato para leer la Biblia, no porque haya que leerla, sino porque todos están convencidos de que esta plagada de enseñanzas. Comentan lo leído e intentan buscar la manera de aplicarlo a sus vidas diarias.

Rezan poco pero bien, porque saben de sobra que si se reza de veras -o sea, si uno no se limita a repetir palabras como un loro- el alma se queda exhausta.

Y siempre terminan compartiendo un poco de pan y algo de vino.

Entonces, pagan entre todos si es que hay algo que pagar, y se despiden hasta la próxima reunión. Cada uno se va a su casa, a seguir viviendo su vida intentado ser lo más feliz posible e intentando hacer a los demás felices, en la medida de sus posibilidades. En otras palabras, intentan ser buena gente.

Ninguno de los "Simplones" ha estudiado Teología en universidades de toda Europa, se ha dirigido a auditorios cultos y refinados, o ha pasado horas midiendo cada palabra y cada coma de una carta pastoral.

Son gente sencilla a la que le gusta pasar un rato agradable con otra gente sencilla (por ejemplo, un Carpintero de pueblo).





(Obviamente, los "Simplones" no existen, pero quizás no sería tan mala idea que lo hicieran).

No hay comentarios: