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domingo, 31 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (17).

-Vale, ahora yo te doy las instrucciones y luego tú, para variar, sal y haz lo que te salga de los huevos.

El chistecito de Jock era parte del ritual precarrera entre preparador y jockey, pero hoy "Rouge" no había contestado con la sonrisa picara de costumbre.

-Llévalo pegado a los palos, tranquilito, me da igual que vayas último, pero no hagas un  metro de más, que se cansen los otros...Luego, al entrar en la curva, ataca, por dentro si es posible. Creo que el caballo puede con el resto del lote...

-¿Algo más?

-¡Que ganes!

-Ya..¿Cuánto a ti?

-10.

"Rouge" asintió satisfecho. Al menos esa pandilla de golfos sabían apreciar que era el jockey el que se jugaba la vida.

Normalmente, la presentación individual de los participantes se reserva para las grandes ocasiones, y ésa, hasta hacía unos días, no lo era ni de lejos. Pero las cosas cambian. Ya por fin montado en "One in a Million", "Rouge" esperaba pacientemente su turno muerto de impaciencia. Decidió no girar la mirada hacia las gradas, aunque era inútil: el murmullo resultaba absolutamente ensordecedor, era ese cuchicheo amplificado que hace la máquina de fabricar expectación cuando está en marcha.

Entonces, el locutor empezó a nombrar a los caballos. Eran recibidos con tibios aplausos de cortesía, sin el más mínimo entusiasmo. Incluso había muchos que abucheaban.

"¡Con el número 6, "One in a Million!"

Un chillido de júbilo explotó como si acabaran de decapitar al más cruel de los tiranos ante todo su oprimido pueblo. El caballo comenzó a galopar en dirección a los cajones de salida, deslizándose por un océano borrascoso de vítores, aplausos y flashes, los de los miles de inmigrantes desplazados al hipódromo para apoyar a aquel improvisado paladín de su causa y de su sueño. Todos eran el matrimonio Valera.

Así que eso era lo que sentía, lo que experimentaban los jinetes en las carreras de verdad. Era bonito - sin duda- muy bonito. "Rouge" cerró los ojos e intentó grabarse en el corazón ese instante, porque sabía que no se iba a repetir. Deseaba que aquello no acabara nunca.

Pero se acabó.Allá estaba, en lo cajones de salida. A punto de iniciar la carrera de su vida. En ese momento se percató de que su caballo estaba sereno, pero él estaba a punto de desbocarse.

"En fin, 'Rouge' toma las riendas con firmeza, tú que tan buen jinete dices que eres".

sábado, 30 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (16).

El gobernador del estado sí que se pasaba una o dos veces al año, pero nunca antes un presidente de los Estados Unidos de Norteamérica había pisado ese hipódromo. Ni lo habían visitado tal cantidad de medios de comunicación, ni se había televisado una de sus carrera en directo para todo el país. ¡Pero si hasta habían tenido que improvisar un servicio de control aéreo por el trajín de helicópteros!

El matrimonio Valera también había llegado en este medio de transporte, y habían sido recibidos a pie de palas por una delegación de oportunistas chupacámaras encabezada por el propio presidente y la primera dama.

Y, por supuesto, la "256 Mafia" (y familias) tampoco fue menos y también se dio su paseíto entre las nubes, acompañados del candidato Zack Jones y su séquito. En total, cuatro helicópteros financiados por los muy generosos donantes de la campañas de Jones (ya se sabe, para ganar hay que invertir).

Entrevistas, publicidad, reportaje de dos minutos y diez segundos, más entrevistas, más publicidad, más reportajes cortos...amenizaron la tensa espera hasta que los caballos hicieron acto de presencia en las inmediaciones de la pista, entre una auténtica locura de voces, cámaras y flashes. Justo lo que un pobre animal necesita antes de correr.

-¡Señores, a pista!

"Rouge" había escuchado esas palabras miles de veces, pero en bien pocas se la había hecho un nudo en el estómago. Y nunca tan fuerte como en ese momento.

-¡Bueno, "Rouge", vamos allá! ¡ Que gane el mejor!

Era Mike West, con un tono que se chivaba de los nervios. "Rouge" se limitó a darle mano al tiempo que intentaba poner una sonrisa de tipo duro, también sin mucho éxito.

-Por cierto, ¿cuánto te han ofrecido a ti, "Rouge"?

-¿Cómo?

-Vamos, viejo, que ninguno de los dos nos chupamos el dedo.

-100 de los grandes.

-¡No jodas! A mí sólo la mitad, ¡este Zack es un tacaño!

West le había tendido una trampa psicológica a "Rouge" y había caído como un novato.

Nada más salir del cuarto de jockeys, se toparon con una encerrona periodístico-propagandística de primer orden. La pizpireta reportera Cindy DeBelle, el presidente, el candidato, los Valera, una selecta delegación de la "256 Mafia" y -por supuesto- las dichosas cámaras.

-Perdón, señores, ¿Nos conceden un par de minutos?: aquí hay unas personas que quieren desearles suerte antes de correr.

¿Cómo decir que no?

A "Rouge", esa papilla de plástico se le estaba haciendo cada vez más dura de tragar.

viernes, 29 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (15).

-¡A que está precioso, señor Perdeux!

Cierto, "One in a Million" presentaba un aspecto fantástico, y no sólo porque a aquel mozo le hubieran llovido cien pavos para que se esmerara especialmente a la hora prepararlo.

No parecía lo que realmente era: un caballo aceptable, y nada más, un animal al que habían castrado por no ser excepcional, porque nadie pagaría ni cuatro cifras por un hijo que llevara su sangre. En suma, un caballo que correría hasta que ya no pudiera más, y que finalmente sería vendido a alguna finca como montura de recreo.

Entonces, "Rouge" se percató de que, en realidad, aquel bicho y él mismo eran muy parecidos: un par de mediocres cualquiera llevándolo con la mayor dignidad posible. De pura solidaridad, le acarició el cuello a su montura y éste le bufó las gracias.

-Amiguito, hoy es nuestra gran tarde, la tuya y la mía, aunque mañana de nuevo seamos un par de don-nadies integrales. Te propongo un cosa: vamos a salir ahí fuera y vamos a vender nuestra piel tan cara que, aunque nos ganen, no nos volvamos aquí con la sensación de que hemos perdido. ¿Qué me dices?

"One in a Million" volvió a bufar. "Rouge" se lo tomó como un "trato hecho".

-Sabe, señor, hoy me gane cien dólares extra y los he apostado enteritos por ustedes dos.

-¡Entonces habrá que ganar!

"Rouge" Perdeux seguía muy nervioso, pero de otro modo.

jueves, 28 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (14).

El hipódromo de Fair Grounds estaba más bonito que nunca, con las tribunas abarrotadas de habituales, ocasionales, curiosos, medios y politiqueo en general.

-No creo que lo volvamos a ver esto así en la vida, "Rouge".

-¡Y que lo digas, West!

Los adversarios casi íntimos se enredaron en aquella conversación insustancial -por vencer al siempre incómodo silencio-, aunque ambos sabían perfectamente que tenían otro tema en la cabeza, pero ninguno de los dos lo iba a sacar.

Los jinetes de la segunda carrera fueron convocados por megafonía. Era el estreno para "Rouge" y West aquella tarde. Había que ser profesional, y correrla como si fuera la quinta, aunque no lo fuera.

Los participantes -muy especialmente "Rouge" y West- fueron recibidos con un rugido de gradas al que no estaban acostumbrados. El público novato siempre es el más escandaloso.

-¡Y esto no es nada, "Rouge", ya verás en la quinta! -le dijo el mozo que le acompañó hasta la pista.

En efecto, ya vería.

"Rouge" hizo una de sus montas flojas y llegó en un sexto montonero. Los más pesimistas -con el propio "Rouge" a la cabeza- resoplaron. Los optimistas llegaron a la conclusión de que se estaba reservando (y, en cualquier caso, el caballo era malo).

La tercera tampoco fue mucho mejor. Ni peor, fue igual: otro sexto. Resoplidos más fuertes y signos de flaqueza incluso en los corrillos optimistas.

"Bueno, muchacho, descanso en la cuarta y luego...la quinta: La "Cabildo Cup", se susurró "Rouge" al espejo del lavabo. Sabía que esa espera lo iba a martirizar. ¡Ojalá se corriera ya!

Así que hizo lo único que sabía en esos trances: se fue a dar un paseo hacía las cuadras. No vencería a la ansiedad, pero al menos le plantaría una digna batalla.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (13).

-Señor Perdeux, permítame que me presente. Mi nombre es Bruce Granger. Si no le importa, me gustaría acercarle al hipódromo en mi coche.

"Rouge" no sabía cómo reaccionar. La falta de costumbre, una vez más.

-Muchas gracias, pero prefiero conducir el mío.

-Entiendo su desconfianza, pero no tiene nada que temer. Créame que no hay nadie más interesado en que usted llegue sano y salvo para ganar la carrera.

-¿Ha metido mucha pasta en "One in a Million"?

-No, he metido mi puesto de trabajo.

-¿Cómo dice?

-Pase y se lo explico.

¿Por qué no? Y al fin y al cabo aquel cochazo era mucho más cómodo que su ranchera.

-En fin, señor Perdeux, al grano. Como ya le he dicho, tengo sumo interés en que usted gane esa carrera, tanto que, de la alegría, puede que me diera por regalarle este maletín.

-¿Qué es esto, una broma de tele o algo así?

-No, esto son 100.000 dólares americanos.

-Pero...¿Quién es usted, amigo?

-Pues eso, un amigo.

-Pero...

-No se equivoque, lo que estaría muy feo es pagarle por perder pero por ganar...¡Si es su obligación!

-¡No entiendo nada, paren este coche de inmediato!

-¿Va a ir andando hasta el hipódromo?

-¡Sólo dígame quién es usted!

-Ya se lo he dicho, un amigo.

-Es...es por lo del presidente...

-¡Chico listo el jinete!

-¡Pero esa victoria no vale tanto!

-Eso lo decido yo, que pongo la pasta.

-¡Se han vuelto todos locos! ¿Realmente piensan que la gente va a cambiar su voto sólo porque han montado un circo de película sensiblera de tercera?

-Sí.

-¡Imposible!

-No, todo es posible: esto es América, amigo, y tenemos a un puñado de personas que salen por la tele y hablan por la radio de nuestro lado.

martes, 26 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (12).

Como cualquier otra día de carreras, aunque no lo fuera, "Rouge" Perdeux comprobó que no se dejaba nada y se dispuso a poner rumbo al hipódromo.

-Bueno, me voy.

Alice normalmente no solía ir a ver a su marido correr, y no pensaba darle a aquella maldita tarde la satisfacción de hacerla especial.

-Suerte, cowboy, y vuelve de una pieza.

-Descuida.

Desde aquel lejano día en que empezaron a salir en serio, este había sido su ritual de despedida siempre que él se marchaba a montar. Los jockeys, como toda la gente que se juega la vida por rutina, tienen licencia para ser maniáticos.

-Espera, cowboy.

Definitivamente, no era un día cualquiera. "Rouge" se paró en la puerta y giró el rostro hacía su mujer.

-Mira, haz lo que tengas que hacer en esa dichosa carrera. Si te caes y te abres la cabeza, ¡pues qué se le va a hacer!...Bueno, no me haría nada de gracia, ya me entiendes...En fin, que si esa carrera va a matarte, que sea de golpe, y no poco a poco durante el resto de tu vida.

"Rouge" se limitó a asentir con la cabeza y salir por la puerta. Nunca hasta entonces se había dado cuenta de lo muchísimo que lo debía de amar esa mujer.

lunes, 25 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (11).

Aquella noche, "Rouge" Perdeux dio un par de vueltas de más en la cama, pero no durmió mal del todo. Estaba acostumbrado a tragarse la rabia, aunque nunca tanta.

Lo despertó el teléfono.

-"Rouge", vuelves a montar a "One in a Million".

-¿Qué? ¿Quiés es? ¿Qué hora es?

-Soy "Jock", bella durmiente con fusta. Y vuelves a montar a "One in a Million", ¿recibido?

-Pero...¿Y Rick Sánchez..?

-¿No oíste al abogado de los "mafiosos del 256" anoche? Dijo que querían adulterar la carrera, así que eres tú o se anula todo el tema. En fin, te veo luego.

-¡No me jodas!

Alice no sabía si su cowboy había soltado aquella grosería de alegría y por miedo...Seguramente algo había de ambos.

-¿Qué pasa, cowboy?

-Vuelvo a montar a "One in a Million".

-Tranquilo, es sólo una carrera más. Una de miles.

El teléfono sonó de nuevo. "Rouge" Perdeux volvía a interesar.

-Sabes que no.

-Descuelga ese maldito cacharro y échate otro ratito.

-No la quiero perder, ésta no.

-Tranquilo, limítate a montar lo mejor que sepas, y deja el resto al caballo.

-Sabes...Creo que nunca he montado lo mejor que sé.

-¿Vas a hacer caso a ese charlatán de "Jojo" Stevens?

-Tiene razón, tú y yo lo sabemos...¡Soy un maldito cobarde!

-¡No es cierto, eres un jockey, te juegas la vida a 60 kilómetros por hora encima de un noble bruto sin control!

"Rouge" se limitó a asentir con la cabeza, con la misma convicción con que un escolar recibe la reprimenda de un profesor, y encendió la tele.

"...la mayoría de los analistas políticos coinciden en que el ganador de la carrera de esta tarde podría resultar decisivo para el resultado de las elecciones..."

Zap

"...miles de inmigrantes del estado de Luisiana y vecinos se desplazarán esta tarde al hipódromo de..."

Zap

"...¿Podrá "Rouge" Perdeux, un..."

Apagar.

-Me voy a vestir. Necesito dar un paseo.

domingo, 24 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (10).

Desde que se había enterado de que lo relevaban de la monta de "One in a Million", "Rouge" Perdeux respiraba más despacito y se le había quitado la cara de sudor inquieto.

Alice lo dejó estar. Conocía perfectamente a "Rouge" y sabía que eso era lo mejor. Nada de interrogarle sobre el particular, nada de recordarle a su hombre que, en lo más profundo de su alma de cowboy, había desilusión porque tenía la sensación que aquella era "su" carrera, y también vergüenza por ese alivio tan sincero y tan cobarde que sentía.

Mejor así, "Rouge" ya había tenido sus cinco minutos de fama, ahora disfrutarían de la noche de circo desde la distancia.

Los programas seguían ahí, en todas la cadenas nacionales. Mezclando el análisis político con el hípico. A aquel país se le había vuelto loca la maquinaria democrática. Y le encantaba.

En eso apareció el candidato Zack Jones: "Charlty está desesperado, porque sabe que no va a ganar ni la carrera ni las elecciones. Ni aún haciendo trampa, que es lo que es cambiar a ese jockey inútil de tercera por Rick Sánchez. Da igual, porque mañana y el martes, nosotros tenemos el caballo ganador".

-¡Ese jockey inútil tiene nombre, hijo de la gran puta: Stanley Lee "Rouge" Perdeux!

Cualquier observador imparcial le habría dicho a "Rouge" que era una pena que no fuera tan machito en la pista de carreras, pero Alice no era imparcial. Se limitó a cambiar de canal con el mando. Si no les hubieran quedado un par de plazos por pagar, lo habría tirado directamente a la pantalla plana.

-Vamos a ver qué ponen en el canal porno, cowboy.

Uno puede haber ganado cientos de carreras y, aun así, ser un perdedor.

sábado, 23 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (9).

De repente, todo el mundo quería hablar con "Rouge" Perdeux. Las siempre perfectas reporteras de televisión, los incisivos comentaristas de radio, los premiados articulistas de la prensa, todos esos que durante años habían ignorado totalmente a "Rouge" lo querían entrevistar aquella tarde de sábado.

De repente, la modesta "Cabildo Cup", para caballos de cuatros años en adelante y dotada con 30.000 dólares en premios, se había convertido en la carrera del año.

En efecto, esa poderosísima maquinaria de propaganda política a la que vulgarmente se conoce como "medios de comunicación" había iniciado su particular recta final hacia las elecciones.

Por un lado, aquellos que le eran leales al presidente Charlty no paraban de hablar del matrimonio Valera, de "One in a Million", de Will Knocks -su propietario-, de Jock Jacobs -su preparador-, y, por supuesto, de "Rouge" Perdeux.

Por otro, los medios opositores respondieron enarbolando la bandera del la "256 Mafia". Eran los "muchachos americanos", los hombres de negocio y empresa -sencillos y trabajadores- que hacían grande a los Estados Unidos de Norteamérica, y a los que Charlty estaba arruinando con su penosa gestión. Y con ellos llegaron los reportajes sobre su caballo (muy oportunamente llamado "Southern Patriot") y su jockey, Mike West.

Perdeux y West eran viejos conocidos. Se habían enfrentado en cientos de ocasiones (puede que incluso llegaran a mil) y, aunque no se podría decir que fueran amigos íntimos, si se tenían aprecio y un gran respeto mutuo (en el más amplio sentido de la palabra).

Y, cuando "Rouge" estaba empezando a digerir lo que se le venía encima, cuando Alice bromeaba diciendo que posiblemente ella recibiría ofertas para salir desnuda en alguna revista, sonó el teléfono (de nuevo).

-¿Sí?...¡Hey, Jock, has salido guapísimo en la tele! ¿Qué hay?...Sí...Sí...Claro...Pero, me la pagan igual, ¿no?...Vale...No, no, mejor así, la verdad es que tanta atención me estaba empezando a agobiar...No, tranquilo...Vale, vale...hasta mañana entonces.

-¿Qué pasa, cowboy?

-Rick Sánchez se ha ofrecido a hacer la monta de "One in a Million", ya sabes, solidaridad con unos compatriotas que buscan el mismo sueño que él. Y, lógicamente, el propietario y Jock han decidido aceptar...Pero me pagan como si hubiera montado...Mejor así, cariño...Es un alivio, ¿sabes? A mí tanto presión no me va. Sí, me han hecho un favor...

Ricardo "Rick" Sánchez, mexicano de nacimiento, era uno de los mejores jockeys del país, de esos que corren y ganan carreras "de las de verdad". De esos que no se asustan de nada.

Al contrario que "Rouge" Perdeux.

viernes, 22 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (8).

-No sabía que te interesara la política, cowboy.

Alice Rouge siempre llamaba así a su marido -"cowboy"-, desde los tiempos en que eran novios y él le hacía un montón de promesas. Las de la gloria deportiva y el dinero a palazos no las había podido cumplir, pero sí la de amarla y respetarla. Que no era poco.

-Es por ver qué se cuenta Charlty, que han dicho por la radio que se iba a sacar un as de la manga en el discurso a la nacion.

-Lo tiene más perdido que tú la segunda de mañana.

-¡Igual doy una sorpresa!

-¿Vas a salir a montar en pelotas, cowboy?

¿Cómo no amarla y respetarla?

-Calla, que ya empieza.

"Compatriotas americanos, no soy ningún niñato ingenuo. Es imposible cuando uno ha crecido en las calles de Detroit..."

-¡El rollo chico de la calle, qué pena doy, voten por mí! ¡Qué orginal!

-Shhh.

"...Sé que tengo las elecciones del martes prácticamenet perdidas, sé que pretender ganar no es más que un sueño absurdo, pero hace cuatro años fui elegido para la tomar las riendas de este país cabalgando a lomos de un sueño, y no piendo bajarme de él..."

-¡Mira, éste es jockey como tú!

-¡Silencio, por favor!

"...Es un sueño absurdo, pero no olvidemos que fueron los soñadores los que construyeron América de la nada, y lo que siguen haciendo que gire y se mueva. Somos los hombres que tomanos la más mínima oportunidad y nos aferramos a ella con todas nuestras fuerzas. Somos los hombres como Julián y Almudena Valera, que llegaron a este país sin más patrimonio que su amor y un sueño, y ahora lo tienen muy cerca. A sólo una carrera de distancia en hipódromo de Luisiana..."

Alice ya no hacía bromas.

"...Mañana, los Valera se juegan sus sueños a un todo o nada, como yo el martes. Ganaremos o perderemos, pero nadie nos podrá despojar de nuestras ganas de luchar y soñar. Mañana, yo estaré allí para apoyarles, porque, compatriotas americanos, nuestro sueño, el Sueño Americano, estará allá, en esa carrera, peleando a cada yarda por la victoria..."

-¿Tú corres en la del ""Mississippi Horseshoe Jackpot", verdad, cowboy?

-Sí-le contestó su marido.

"..."One in a Million" es su caballo, el mío y el de todos los soñadores norteamericanos".

-También es el tuyo, ¿no?

-Sí.

-Te acaban de empujar a una enorme piscina de mierda fresca, cowboy.

-Lo sé.

En ese momento, el teléfono empezó a sonar. No pararía en horas.

jueves, 21 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (7).

Por supuesto que sí se sabía (¿para qué están los ordenadores sino?) y, en efecto, había otro boleto todavía vivo, pero las normas marcaban que era el portador el que tenía que salir a la luz.

Y hasta en diez ocasiones revisó éste los números antes de marcar el teléfono que aparecía en vivos colores al reverso.

-¡Llama ya, que está bien seguro!

Su mujer, casi tan nerviosa como él.

Y él era Julián Valera, mexicano de nacimiento, estadounidense de adopción económica. Trabajador de todo lugar donde hubiera trabajo: cargar sacos, vigilar almacenes, cortar setos...Lo que fuera. Lo mismo que Almudena, su mujer. Se habían conocido, casado y decidido probar suerte al otro de la frontera. De momento, habían tenido poquita; de momento, el sueño de ganar un millón de dólares pareciá cada día más lejano e irrealizable. Pero sólo de momento, porque todo podía cambiar, gracias al dólar de la apuesta semanal de Julián, uno de los poquisimos y miserables lujos que se podían permitir. Era como si la Vida les fuera a pagar de golpe toda la Suerte que les debía. Era como si el Sueño -su Sueño- Americano se fuera a hacer realidad.

¿He oído Sueño Americano? Sí, y tan fuerte que aquello no pasó desapercibido a los agudos oídos de los muchachos de Bruce Granger. Leyó el informe apresuradamente redactado y, con una sonrisa de zorro esperanzado, dio tres órdenes a su secretaria:

-Póngame con el presidente, prepare café y llame a mi esposa para decirle que no me espere despierta.

("O sea, que esta noche el amante se lo puede tomar con calma", se dijo para sí la secretaria con una sonrisilla de mala malísima).

miércoles, 20 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (6).

Las carreras del "Mississippi Horseshoe Jackpot" no tenían un calendario fijo. Las únicas normas eran empezar el miércoles (para dar tiempo a los más rezagados para hacer sus apuestas) y terminar el domingo por la tarde.

Aquella vez, las ocho carreras seleccionadas por la comisión como las más complicadas de la semana se celebrarían: dos en miércoles, dos en jueves, tres en viernes y una en domingo. En efecto, los programas del fin de semana habían quedado muy sositos.

Tampoco es que las del miércoles resultaran especialmente complicadas. No, al menos, para las expertas miradas de la "256 Mafia". "Circus Ringo" y "Piccolissimo", era evidente (menos para todos los apostantes que se quedaron por el camino).

Las del jueves ya tuvieron más miga y emoción. "Man Eater" era capaz de lo mejor y de lo peor. Afortunadamente para la "256 Mafia", ese día tocó destapar el tarro de las esencias hípicas. Respiraron todos aliviados, en especial Norm Tates, que lo había defendido a capa y chillido. En lo referente a la otra, preocupaba y mucho que "Burning Bob" metiera la pata. Menos mal que, tras reñidísima pugna, "Kong King" metió la cabeza, que es lo que cuenta.

La peña en pleno se dio cita el viernes por la tarde en "Evangeline Downs" -su hipódromo de cabecera- para seguir la quinta y séptima carreras del boleto (la sexta tocaría verla por una de las pantallas simultáneas).

El cotilla de Karl Moss ya se había encargado de mover por los corrillos la noticia de que "seguían en la pelea", por lo que las miradas más expertas se fueron rápidamente hacia ellos al final de la quinta. Moss se limitó a sonreír requetesatisfecho mientras habría su mano al cielo con los cinco dedos extendidos.

Lo de la sexta fue una auténtica borrachera de egocentrismo apostante para el grupito. Con todo el bar más pendiente de ellos que de la pantalla, cantaron la monta hacia la victoria de "Rouge" Perdeux a lomos de "Shorgy". "Ese Perdeux no es malo, si no hubiera sido tan miedica...", comentó feliz Joe Pecks.

En la séptima se la jugaban a razón y corazonada. La primera estaba representada por "Falcón Leader", el caballo más en forma del lote, mientras que la segunda tenía como protagonista a "Yoyo Boy". Vic Webb había insistido en que aquel potro le gustaba mucho sin razón lógica aparente. Y cuando un tío que se ha hecho de oro comprando muy barato y vendiendo demasiado caro te dice que tiene una corazonada, uno la sigue. En efecto, "Yoyo Boy" ganó por tres cuerpos.

Lo que siguió fue la locura colectiva, el paroxismo hípico: entre los vítores de los centenares de aficionados que había en el hipódromo, la "256 Mafia" fue escoltada hasta el bar, donde corrió la cerveza a cuenta del boleto.

Con tanto ruido, Joe Pecks casi no oía cuando llamó para comunicar a la organización que ese domingo habría candidatos para el "Mississippi Horseshoe Jackpot" (¡como si no se hubieran enterado ya!)

-¿Sabe si hay más?- preguntó Pecks a la señorita del otro lado.

-De momento no se sabe nada, señor, hay que esperar.

martes, 19 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (5).

Los golpecitos del agua contra el metal parecían los latidos del corazón de su propia ansiedad.

-¡A ver cuando arreglan la jodida gotera!

Para Bruce Granger, lo de menos es que fuera lunes, porque, desde hacía meses, para él todos los días eran lunes. Vivía cautivo en una espiral de problemas, estrés y sufrimiento que -casi con toda seguridad- iba a tener su apoteosis el martes de la semana siguiente.

Eso le pasaba por meterse a director de campaña electoral de William Charlty, un presidente chapucero en busca de reelección. "¡Ni de coña, Billy!", había sido el titular de Tribune, resumen del sentir popular de aquel país, decepcionado, sin duda, porque Charlty no hubiera podido cumplir con su lema de campaña: "¡El Sueño Americano Continúa!"

"El Sueño se ha ido, pero yo sé donde ir a buscarle", era la machacona frase con la que Zack Jones, rival de Charlty, se había ido granjeando una victoria que parecía casi asegurada.

A no ser que Granger y su equipo convencieran a todo un país de que el Sueño Americano seguía ahí, entre tanto economía ruinosa y tanto conflicto armado en la otra punta del mundo. Y tenían una semana para lograrlo.

lunes, 18 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (4).

Como los grandes descubrimientos científicos, conseguir el "Mississippi Horseshoe Jackpot" no era tanto fruto de la fortuna individual como de la paciencia, el saber y el esfuerzo colectivo. En otras palabras, que las pocas veces que se ganaba, las agraciadas eran peñas de aficionados, que aunaban sus conocimientos hípicos con la compra de múltiples boletos, (y esa pizquita de suerte sin la que no se va a ninguna parte en la vida).

Muy conscientes de este hecho, doce amigos de la localidad de Lafayette (a menos de veinte millas del hipódromo de "Evangeline Downs") habían decidido unir fuerzas en busca del tan ansiado premio. Curtidos amantes de los caballos y las apuestas, se reunían cada sábado por la noche para analizar las carreras de la semana entrante y seleccionar sus dos favoritos por prueba, de los que adquirían boletos de todas las combinaciones posibles. En total, 256. De ahí que la peña se autodenominara "The 256 Mafia". Cada uno ponía 21 dólares semanales y los cuatro restantes los completaba Joe Pecks, el socio en cuyo bar tenían lugar las reuniones.

Ya lo habían rozado con las yemas de los dedos en un par de ocasiones, con siete aciertos. La primera vez habían pinchado en la segunda carrera, y mucho: cuarto y noveno (aunque ya hubieran perdido, ellos seguían comprobando los resultados hasta el final, en claro ejercicio de masoquismo apostante), mientras que en la segunda, sus candidatos para la séptima carrera ("Beach Boy" y "Alkabir") habían llegado tercero y cuarto respectivamente en ajustado final. En ambas ocasiones, en el bar de Pecks se oyeron multitud de expresiones que es mejor no reproducir por escrito.

Sí, parecía que era sólo cuestión de tiempo que la "256 Mafia" cobrara su jugoso botín de 83.000 pavos por barba (con el pico de 4.000 para Pecks). No obstante, para aquella cuadrilla de hombres de mediana edad y cuentas desahogadas, el mayor incentivo era poder tener un dato objetivo que les facultara para presumir hasta el hartazgo de "lo muchísimo que entendemos de caballos". (Aunque lo del dinero también estaba muy bien, por supuesto).

domingo, 17 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (3).

El "Mississippi Horseshoe Jackpot" era una apuesta combinada que los cuatro hipódromos del estado de Luisiana (Delta Downs, Evangeline Downs, Fair Grounds y Louisiana Downs) habían creado en busca de una publicidad que potenciara el interés por las carreras y, con ello, animara las cifras de beneficios. Las normas eran muy sencillas: se proponían dos carreras por hipódromo cada semana y cualquiera que consiguiera acertar los ocho ganadores, se embolsaba un millonazo de dólares. No estaba mal, teniendo en cuenta que la apuesta era de tan sólo uno. Obviamente, el jugoso premio sólo resultaba viable si acertar fuera tan sumamente complejo, que se entregara muy raras veces. Para asegurarse de ello, los organizadores habían creado tres barreras.

La primera, que no se permitían apuesta combinadas. Todos los boletos eran "de un pavo".

La segunda, que las carreras estaban cuidadosamente seleccionadas para ser de complicado pronóstico, por lo que para la última y decisiva prueba del domingo tarde -la carrera más absolutamente imprevisible de toda la semana, conocida popularmente como la "All or Nothin' Race" ("Carrera del Todo o Nada")- como mucho quedaban dos o tres apostantes en liza (y. muchas veces, ninguno). Aunque, por supuesto, no era obligatorio, los organizadores ofrecían a los afortunados -y nerviosos- portadores de un boleto "All or Nothin'" la posibilidad de salir a la luz y, con el patrocinio de una famosa cadena de casinos, desplazarse (hasta en helicóptero, si era preciso) al hipódromo de turno para seguir la carrera desde un palco VIP. Con la tele cubriendo en directo todo el tinglado, claro está. Sin duda, una obra maestra y sencilla del truco publicitario, cuya guinda era el famoso y atractivo (suponiendo que sea usted una cincuentona de la Luisiana rural) presentador Claude Wilkins ofreciendo, minutos antes de darse la salida, 25.000 dólares al apostante por su boleto. Esa era la tercera barrera de seguridad. Al fin y al cabo, parecía más razonable agarrarse al jugoso pájaro en mano y no seguir tentando a la suerte con alas en una carrera absolutamente alérgica al pronóstico.

Sí, era muy complicado ganar, complicadísimo. Pero había gente que lo lograba y, al fin y al cabo, "un misero dólar no va a ninguna parte".

De no haber estado tan molido aquella noche en el tren, "Rouge" Perdeux se habría percatado de que su última carrera de la semana entrante era la "All or Nothin'"

sábado, 16 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (2).

En el tren de regreso a casa, "Rouge" repasó sus compromisos profesionales para los próximos siete días. Era una semana relativamente tranquila, 12 montas. Algunos nombres de los caballos que le correspondían le resultaban más familiares que otros. Por suerte, aquella revista le proporcionaba toda la información precisa: "Jumbo Dumbo"...ni loco, "Night Shift"...pufff, "Vicar Actor"...claro favorito, "Shorgy"...con un poco de suerte, "One in a Million"...tenía competencia muy dura, pero estaría ahí. Sí, ese caballo era todo un guerrero. Lo había montado unas veinte veces en los cuatro años que llevaba corriendo y, si no recordaba mal, había ganado tres o cuatro. ¡No era mal bicho, no señor!

"Bah, de todos modos, ninguna de estas carreras me va a hacer rico o famoso", se dijo para sí mientras tiraba la revista al vacío asiento contiguo y se acurrucaba sobre la ventana para contemplar el atardecer mientras intentaba arañar un ratito de sueño.

Cuando llegó a profesional, "Rouge" Perdeux soñaba con correr y vencer en las grandes carreras: el Derby de Kentucky, el Preakness Stakes...Como todos. Pero las ilusiones juveniles se fueron diluyendo con los años y ahora ya tenía asumido que hacía mucho tiempo que había llegado adonde iba a llegar. No tenía queja, se ganaba la vida bien ganada y tenía una esposa que no se merecía. Bien pronto colgaría la fusta y se volcaría en su "sueño menor": abrir una tienda de deportes con los ahorros de aquellos años y disfrutar un poco de la vida.

Los que entienden -o dicen entender, o se creen que entienden- decían que "Rouge" era un jockey con clase y maneras, pero que su frialdad y cobardía le habían impedido alcanzar grandes metas. En frase lapidaria de la autorizada voz del periodista especializado Joseph H. "Jojo" Stevens: "A este tío le da mucho más miedo caerse del caballo que perder la carrera".

Ante esto, "Rouge" se limitaba a enfadarse mucho y esgrimir a voces el argumento de que alguien que se lanza a lomos de un animal a sesenta kilómetros por hora es de todo menos un cagueta.

viernes, 15 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (1).

Stan "Rouge" Perdeux enfocó el reojo izquierdo y contempló con rabia como un caballo se le aproximaba a toda velocidad hasta superarlo. Le recetó un energético fustazo a su montura, pero el castigo no obró el milagro. No había nada que hacer, el bicho estaba reventado. "En fin, un segundo nunca está mal", aunque le quedaba el regusto de que quizás esa la podía haber ganado. Ya se sabe, "las carreras las ganas los caballos y las pierden los jockeys". Sí, había sobrestimado las fuerzas del animal, atacado demasiado pronto y al pobrecito ("¿cómo se llamaba?...'Silly Billy' o algo así") le habían sobrado los últimos 100 metros. Le pegó un par de palmaditas en el cuello para agradecerle la honradez en el esfuerzo y comenzó a prepararse mentalmente para la próxima carrera.

"Rouge" Perdeux aborrecía las estadísticas, pues le parecía cruel que sus grandezas y miserias estuvieran tan clara y públicamente reflejadas. Nunca las miraba. Pero Alice, su mujer, por aquello de hacerle rabiar, las consultaba y mencionaba cada dos por tres: hasta el martes anterior, había corrido 502 carreras aquel año, con 71 victorias, 83 segundos, y 58 terceros. Eso le convertía en el 72 del ranking nacional. Otros no habían corrido tanto o ganado menos carreras, pero ahí lo que contaba era la pasta, y las victorias en hipódromos de segunda y tercera no están muy bien dotadas en premios.

Nunca había ganado una carrera de primer nivel nacional (esas que en el mundillo llaman "Grupo 1"), aunque podía presumir de un par de victorias en "Grupos 2" (El "Saratoga Special" de 1990 montando a "Trollero", y el "Fargo Derby" de 1992 a lomos de "Dick The Duck") y hasta siete en "Grupo 3". En total, nueve victorias destacables en 30 años de profesión, o, dicho de otro modo, nueve momentitos de gloria tras casi 18.000 carreras. El resto de sus triunfos habían sido en pruebas perfectamente rutinarias, de esas que tan sólo sirve para mantener engrasada la maquinaria de las apuestas.

En resumen, que "Rouge" Perdeux era uno de tantos jinetes profesionales de segunda fila -absolutamente anónimo fuera del circulo de los muy aficionados-, y, con casi 50 años de edad, en el ocaso de su carrera.

jueves, 14 de octubre de 2010

Si Alguien Come de Tu Problema, Tienes un Problema (Amiguete).

La base de la empresa es la satisfacción de necesidades -naturales o artificiales-. Algunas son eternas, mientras que otras vienen y van.

Es por tanto, misión elemental de todo buen empresario estar al acecho, caza y captura constante de nuevas necesidades. Y, ¿qué necesidad más básica que la de que a uno le solucionen un problema?

Conclusión: cada nuevo problema es un buen negocio. Y, por pura lógica elemental, si acaba el problema, se acaba el negocio. Pero, por otra parte, si no doy una solución, también me quedo sin clientela.

¿Cómo resolver este enigma tan complejo y atrabalenguado?

Pues con una regla de oro tan sencilla y efectiva como esta: "Alivia muchísimo, pero jamás cures".

Así, uno puede hacer una respetable y lucrativa carrera empresarial cimentada en la desgracia ajena, con la ventaja adicional de permitirse el lujo de presumir de bueno buenísimo.

Pero recuerda, jamás permitas que el problema se resuelva por completo...

miércoles, 13 de octubre de 2010

Oración (Válida por Igual para Creyentes y Ateos).

Señor,

Que mi lengua sirva para criticar a las ideas, y no para insultar a las personas.

Que la única censura para la Libertad de mis palabras me la dicte el corazón, y que ese corazón jamás me lo ciegue la ambición, lo guíe el odio o me lo pudra la grosería.

Que la soberbia ni me tape los oídos ni me nuble el entendimiento.

Que, de vez en cuando, tenga la sabiduría y la humildad de reconocer que estaba equivocado.

Que me regale mucho, pero jamás me venda.

Que le pongan precio a mi conciencia, pero jamás la capturen.

Recuérdame a diario que es posible que muchas de mis verdades sean mentira.

No toleres que me vuelva un intolerante.

Permite que respete hasta a los que no me respetan.

En suma, ponme del lado de la alegría y las sonrisas, pues ese el bando en que quiero pelear.

Gracias, Señor.

(Si usted es creyente, por Señor me refiero a Dios, y si no lo es, por Señor me refiero a usted mismo).

martes, 12 de octubre de 2010

(Sé que seguramente no es aposta pero...) Me Siento Insultado Cuando...

...En el transporte público una pegatina me recuerda que hay personas que precisan el asiento mucho más que yo. Yo solito soy capaz de percatarme de que hay que cederle el sitio a una embarazada. Gracias.

...En un anuncio de la tele, un discreto cartelito me indica que el hecho de que un utilitario se lance desde un avión y aterrice grácilmente es una ficción publicitaria. Conozco a Newton, y a sus leyes y consecuencias. Gracias.

...Un producto vale 39,90. Lo compraría o dejaría de comprar igual si valiera 40 euros. Gracias.

Aunque, si uno lo piensa mejor, igual más que ofendido debería sentirme alarmado.

...Porque haya gente a la que el corazón y la cabeza no le lleguen para ceder el sitio cuando deben, y de ahí el cartel.

...Porque haya gente que se cree que todo lo que sale por la tele es verdad, y de ahí el cartel. (Aquí me consuela que también hay mucho letrado golfo dispuesto a forrarse con aquello de la "publicidad engañosa").

...Porque hay gente que sigue tragándose los trucos de siempre, que sale a la calle olvidando que este mundo de ellos, de usted y mío no es más que un gigantesco espectáculo de ilusionismo.

Un show en el que el mago nos dirige la mirada a donde a él más le interesa, mientras con la otra mano se guarda la moneda en el bolsillo.

¿El candidato al que dará su voto? ¿La compañía telefónica con la que firmará un contrato?...

lunes, 11 de octubre de 2010

Vocablos Fascinantes Cubiertos de Óxido: Ladrones para Vegetarianos (Alternativas al "Chorizo").

De entrada, me sienta mal que ese tan delicioso -tanto frito como despierto- "chorizo" sea rebajado a sinónimo de "ladrón". Es, además, rebaja injusta, puesto que el alimento viene del Latín "salsicĭum", mientras que el delincuente viene del término Caló para un ladrón ("chori").

Y, como todo sabemos las molestas y desagradables a los sentidos consecuencias de que el chorizo siente mal, aquí van algunas alternativas.

-Bajamanero: Ladrón, ratero.

-Birlesco: Ladrón, rufián.

-Garduño: coloquialmente, ratero que hurta con maña y disimulo.

-Randa: coloquialmente, ratero, granuja.

Y dejemos al chorizo en paz, por favor.

(O, mucho mejor, dejémoslo en pan).

domingo, 10 de octubre de 2010

Gracia del Río (Un Pueblo con Poco de Ambas): Que Pase el Siguiente, Sagrario.

Si visita usted alguna vez al doctor Pérez-Piñón, prepare la paciencia o la cartera.

En efecto, Sagrario, diligente enfermera-recepcionista del galeno, es también una corrupta de cuidado. Vamos, que si no ofrece usted una discreta -por la acción y no por la cuantía- propinilla al llegar, verá impotente e impaciente al resto de los pacientes pasar antes que usted.

También se produce el efecto contrario: a aquellas señoras -con Doña Soledad a la cabeza- que van a la consulta del médico a echar la tarde de charla en la sala de espera, las pasa rapidito, a no ser que previamente haya habido un "toma-para-que-te-compres-una-cosita".

El doctor Pérez-Piñón es perfectamente consciente de los trapicheos de su enfermera, pero no hace nada al respecto. Usted podría pensar que es porque se lleva un porcentaje del expolio, pero no es así. De hecho, está profundamente indignado y más que decidido a hablar muy en serio con Sagrario.

Un día de estos.

El doctor Pérez-Piñón no es mal médico, pero es un pusilánime de campeonato.

sábado, 9 de octubre de 2010

La Scala (Pero a Mucha Menor Escala).

-¡Pero esto es una humillación!

-Sin duda. Ahora, sal y canta.

-¡No pienso rebajarme a este nivel!

-Mejor limítate a no pensar a secas. Ahora, sal y canta de una vez.

-¡Yo no he pasado por tantos años de sacrificio personal en un conservatorio para terminar amenizando la pachanga de una convención de peleteros!

-Pues mira, a lo mejor te habría ido mejor sacrificando visones en una granja como a los tío de ahí fuera: ellos tienen la pasta, ellos ponen las reglas. Ahora, sal y canta de una vez, amiguete.

-¡Antes muerto!

-¡De hambre y yo contigo, gilipollas! ¡Ahora, sal y canta de una vez, amiguete, o te saco yo a guantazos!

* * *

-¡No llores, hombre, que tampoco ha sido para tanto!

-¿Que no? ¿Tú has oído lo que he tenido que cantar?

-No, ni yo ni nadie. Con las voces que daban esos energúmenos y la pobre megafonía...

-¡Mi prestigio!

-No te preocupes, nadie se va a enterar: estaban todos tan borrachos que no se acordarán de nada.

-¡Yo, que fui premio extraordinario de fin de carrera!

-Sí, una vergüenza nacional. El lunes a primera hora vamos tú y yo al Ministerio de Cultura, preguntamos por el ministro y nos cagamos en su puta madre. Y ahora, te invito a unos churros, que te los has ganado.

viernes, 8 de octubre de 2010

Historias Imaginarias de un Colegio que Jamás Existió: El Arma Secreta de Dios.

Paola Rubio es agradable y acogedora, además de poseer el superpoder de oler la tristeza ajena y el valor de plantarle cara.

Paola Rubio no trata a los profesores como si fueran el enemigo, y ellos lo saben apreciar. Mucho.

El Padre Perales se había quedado sentadito a la puerta de la capilla. La mirada, en ningún sitio en particular. Los curas también tienen derecho a deprimirse, aunque ellos tienen más claro a quien recurrir.

Y en eso paso Paola, sin duda no por casualidad.

-¿Qué tal, padre?

-Aquí, repasando mentalmente la misa de hace un rato...Oye, ¿tú crees que alguien se ha enterado de mi homilía?

-No, estábamos charlando en voz bajita, en nuestro mundo o dormidos sin más.

-¡Ya, me lo temía!

-Bueno, pues como los adultos. ¿Usted se piensa que sacan algo en claro de tanta boda, bautizo y comunión?

-¡Hija, que me hundes!

-No, padre, de ningún modo. ¡No se lo vamos a poner tan fácil al enemigo! Usted deje de comerse el coco con lo de que sus homilías son feas, y siga ayudando a la gente que lo necesita, que eso es lo que más le jode al Diablo.

-Eso haré, hija...Por cierto, no digas palabrotas.

-Perdón, Padre...¿Más animado?

-Sí, ahora sí.

-Pues eso, que no se raye. ¡Hasta luego!

-Adiós.

Y Paola se alejó sonriendo por el pasillo.

jueves, 7 de octubre de 2010

Toreo de Sala de Espera.

Piedita se aburre en las salas de espera. Bueno, en realidad, Piedita se aburre en cuanto no está charlando. Cochino silencio.

Y lo de hoy parece que va para largo, que al caballero del bigote todavía no le han llamado, y ya estaba cuando ella llegó. Se revuelve nerviosa. Lleva un rato enseñándole la muleta a la desconocida señora del asiento contiguo, pero la condenada no tiene un pase.

Ni por el pitón de la charla intrascendente y eufemística:

-¡No sé si me voy a poder levantar de aquí, es que estos sofás no están hechos para la gente gruesa y de edad como yo!

-Ya.

Ni por el lado de las desgracias propias y ajenas:

-Además, que yo estoy operada de la rodilla. Me lo hizo un doctor muy bueno de Bilbao, que me lo recomendó mi nuera, que también la trató a ella.

-Me alegro.

Ni tan siquiera por lo regional:

-Yo es que no soy de aquí. He venido a posta a consulta desde Bercinuño, mi pueblo, que es muy bonito ¿Usted lo conoce?

-No.

Piedita se saca la funda del bolso, y de la funda las gafas, y toma una revista. La cotillea como mandan los cánones: mojándole levemente la yema de los dedos a cada cambio de página y reaccionando con exagerada expresividad ante todo lo que lee.

-¡Pues mira ésta, que no sé qué le habrá visto al otro!

A esto, ni contestación ha recibido. Está claro que no hay nada que hacer.

-¡Piedad Dontierra!

-¡Servidora!

Y Piedita enfiló la puerta con el intimo dolor en su vergüenza torera de charlatana de que aquella señora se le iba viva para el corral.

Aunque -por otro lado- entraba antes que el caballero del bigote.

(La que no se consuela es porque no quiere).

miércoles, 6 de octubre de 2010

Con un Corazón que no le Cabía en la Gaita (Bill Millin de Normandía).

Lo mismo que usted no sale sin su tarjeta de crédito, un brigadier escocés no sale sin su gaitero de cabecera.

Tampoco son muy amigos los oficiales escoceses de eso de dar órdenes a distancia, lo suyo es el terreno.

En resumen, que el brigadier Simon Fraser, decimoquinto Lord Lovat, (del mismo Inverness) se plantó aquel 6 de Junio del 44 en plena playa de Normadía al frente a sus tropas de la Primera Brigada del Servicio Especial. Y Con él, Bill Millin, su gaitero.

"Vamos pa'llá, muchachos. Y tú, Bill, tócate algo, joé", así (o algo parecido) arengó Lovat a sus hombres.

El gaitero le contestó que el reglamento prohibía ese tipo de alardes "músico-desembarquiles", a lo que Lovat replicó -muy en frase histórica- "Pero esa norma es del Ministerio de la Guerra inglés, y tú y yo somos escoceses".

Ya estaba todo dicho: las tropas (con Lovat a la cabeza) se lanzaron a la playa y Millin detrás, arrancándose por "Hielan' Laddie" and "The Road to the Isles".

Según propio relato postguerrero, los tiradores alemanes estaban tan flipados con la estampa, que ninguno disparó al bravo gaitero.

Bill Millin fallecía el pasado 17 de agosto de 2010. El año antes había tenido la oportunidad de volver a visitar aquella "Sword Beach", escenario de su gesta.

El viaje se lo pagó el diario "The Sun", porque el gobierno de Su Majestad no tenía presupuesto.

En fin...¿Qué se puede decir?

















La foto "histórica del que te cagas" en cuestión (cortesía del capitán J.L. Evans). En primer término, Billy Millin. Lord Lovat es el que está a la derecha de la fila.

martes, 5 de octubre de 2010

Genialidad de lo Absurdo.

Un Genio es alguien que tiene la capacidad -y siente la necesidad- de hacer cosas absolutamente absurdas.

Absurdo es "contrario y opuesto a la razón". La Razón que nos indica e impone límites a la creatividad o la grandeza. La Razón que desprecia y condena las nuevas soluciones a viejos problemas. La Razón que dice: "esto no puede ser o no se puede hacer, y punto".

Pero, también, absurdo es "extravagante, irregular, chocante, contradictorio". Y debe ser por eso que a los Genios tantas veces les da por hacer esas tonterías, o aquellas barbaridades (las cuales, afortunadamente, suelen ser disculpadas por mor de la grandeza del personaje).

Son las dos caras de la misma moneda, esa que se acuña para los "Elegidos de Curso Legal". Y no hay una sin la otra. Ese el precio que uno tiene que pagar por la Genialidad:

Hacer cosas absurdamente tontas...


















...a cambio de hacer otras absurdamente grandes.

lunes, 4 de octubre de 2010

Esclavitos Arrastrados por el Viento de las Arenas: Jinetes Infantiles de Camellos.

Vender a un hijo. ¿Se le ocurre una expresión más perfecta de la miseria, en todas sus acepciones?

Se hacía en Sudán, Pakistán o Bangladesh -enviándolos a los ricos países del Golfo Pérsico-, y el precio no era demasiado elevado. El destino de esos niños no era otro que convertirse en jinetes de carreras. No de caballos, sino de camellos.

Cuanto antes empecemos a sacarle jugo a la compra, mejor. Y, por supuesto, que compita con el menor peso posible. Es por esto que críos de incluso cuatro añitos -con una dieta diaria de un par de galletas y un poquito de agua- acababan a lomos de un camello lanzados a 50 kilómetros por hora por el desierto. Se caen con frecuencia, se parten brazos y piernas...Da igual, si se rompe, se compra otro.

¿Cómo es el resto de la jornada? Pues vivir en campamentos desérticos rodeados de alambres de espinos, cuidando de sus monturas en jornadas maratonianas y con el suelo por único lecho.

Todo esto, me perdone la obviedad, sin percibir ningún tipo de compensación económica.

(¡Joder, pero si eso es esclavitud!)

Exactamente.

Allá por 2005, las ONGs que luchaban contra esta práctica atroz calculaban que 40.000 niños purgaban sus inexistentes pecados en este infierno. (Las carreras de camellos son así de populares por esas tierras de arenas).

Y decidieron hacer algo, y se hizo. Se denunció y se luchó.

Hoy, es ilegal que los jínetes de camellos tengan menos de 16 años y el uso de "jockeys-robot" es crecientemente popular (se trata de un aparato por control remoto que acciona una pequeña fusta).

Lógicamente, que sea ilegal no significa que no se haga -es así de triste-, pero parece innegable que los pasos se están dando y en el camino correcto.

¿Y qué pasa con los niños que son rescatados?

Lamentablemente, no hay una solución sencilla. No tiene mucho sentido devolver a los niños con las familias que los vendieron, así que la mayoría acaban en residencias dirigidas por las ONGs. No hay muchos lujos. O eso pensaría usted, porque a los niños les parecen de 5 estrellas.

Y es que allí muchos tienen la oportunidad de dormir en una cama por primera vez en su vida.

La ONG "Anti-Slavery" tomó esta instantánea este mismo año en Emiratos Árabes. ¿Tienen todos los jinetes los 16 años reglamentarios? Juzgue usted.

domingo, 3 de octubre de 2010

Gracia del Río (Un Pueblo con Poco de Ambas): Teoría Política Para Niños de Primaria.

Cuando "Peralín" se indigna, parece que le fuera a pedir a la Vida el libro de reclamaciones. Sólo hace falta ver ese ceño fruncido.

Peral tiene experiencia con estas situaciones, lo que -tratando con niños- queda aún lejos de la victoria, pero no es mal comienzo.

-¿Qué pasa, chaval?

-¡Que me han estafado!

-¿Quién?

-¡Los japoneses!

-¿Todos?

La mirada de "Peralín" le recordó a su padre otra de las normas de oro del "domador de críos": lo que para ti es una anécdota sin importancia, para ellos puede ser el fin del mundo.

-A ver, explícate.

-"Assault Squad III"...La publicidad prometía que es el mejor juego de guerra del año, y, después de jugar tan sólo dos minutos, está claro que es muchísimo peor que "Crisis Team Al-Shad" o, si me apuras, hasta que el mismo "Laguna Commando".

-Bueno, pero esa es tu opinión.

-¡No, es la opinión de cualquiera que entienda un mínimo de vídeo-juegos!

-Ya, pero a lo mejor el que hizo el anuncio no sabía nada de vídeo-juegos.

-¡Entonces que se dedique a otra cosa!

-Pero el caso es sólo puedes protestar si la publicidad te prometía algo que, sin opinión de por medio, no te da.

-¡Pues mira, lo hay! Aquí dice que se puede jugar con otros chicos a través de Internet, pero va tan lento que es un rollo.

-Pero, poderse, se puede.

-Sí...

-Entonces, no te miente.

-Y también dice que es compatible con gafas de 3-D, pero te tienes que comprar unas especiales para el juego, las viejas no sirven.

-Pero, compatible, es.

-¡Es que son verdades que te engañan!

-Sí, hijo mío, es la suerte suprema de esas dos caras de la misma moneda que son publicidad y política: que tu boca pronuncie verdades que en las mentes de las personas se transformen en las mentiras adecuadas a tus intereses.

- ¡Pues que los políticos japoneses dejen en paz los vídeo-juegos y se metan en sus asuntos!

sábado, 2 de octubre de 2010

Gracia del Río (Un Pueblo con Poco de Ambas): La Confesión de Olegario.

-Ave María Purísima.

El Padre Cosme estaba acostumbrado a confesiones escasas y poco originales, o sea, los pecadillos de señora de provincias de Doña Soledad. Por eso, aquella inesperada voz masculina le hizo dar un respingo.

-Sin pecado concebida.

-Padre, que soy yo, el Olegario. Ya sabe, el mayor del S'abolla mediano.

-No hace falta que me digas quién eres.

-En fin, usted lo mío..Ya se lo figura, ¿verdad?

Sí, el Padre Cosme ya se lo figuraba.

-Pero lo tuyo no es un pecado que confesar, hijo. De hecho, el amor que sientes por esas muchacha es todo lo contrario del pecado.

-Ya...Pero, ¿qué hago?

-¿Pero no le diste el poema aquel?

-No, se lo mandé por correo.

-¿Anónimo?

-No, del normal, que es más barato.

-¡Que si pusiste el nombre!

-No. ¡Menuda vergüenza!

-Mira hijo, yo creo que lo que tienes que hacer es lanzarte.

-¿Y si me dice que no?

-Pues te aguantas, no serás el primero ni el último al que rechazan.

-Que pensaba que...¿por qué no se lo dice usted?

-¡Porque el enamorado eres tú!

-¡Écheme una mano!

-Bueno, ya veré qué se me ocurre.

Él que se pensaba que una parroquia de pueblo debía ser lo más sencillo del mundo...

-Muchas gracias, padre.

-De nada, chaval.

-¿No me manda rezar nada?

-No, bastante penitencia llevas ya con "lo tuyo".

viernes, 1 de octubre de 2010

Historias Imaginarias de un Colegio que Jamás Existió: La Duda de Poblá.

-José Luis.

Poblá es tímido entre los tímidos, por lo que pregunta muy poquito y siempre amparado en la privacidad que da el final de la jornada escolar. Jose Luis Trestuestes es uno de sus consultores predilectos, casi el único.

-Dime.

-Te quería preguntar...

-Sí. (Arranca, hijo, que llevo prisa).

-Es de lo de...

-¿Lo de qué?

-Ya sabes, lo de...eso.

La mímica, providencial asilo y salvación de los tímidos.

-¿La masturbación? (¡No me jodas, Poblá!)

-Sí...que...que qué piensas tú.

-Hombre, no quiero meterme en donde no me llaman...Eso es mejor que lo hables con tu padre, creo yo.

-Ya...bueno.

Trestuestes era perfectamente consciente de lo absurdo de su respuesta. ¿Quién habla de eso con un padre? Le podía sugerir que se dirigiera al Padre Perales, pero sabía que ese chaval nunca hablaría del tema con un hombre que le cuadriplicaba la edad...¿Por qué siempre le tocaba a él pasearse por esos berenjenales?

-Mira, Poblá, yo, sinceramente, es que no sé qué decirte...

-Pero, ¿se queda uno ciego?

-No, eso no.

-Ah...Bueno...Vale...

Poblá salió por la puerta, con un inequívoca gesto de alivio en la cara. Se cruzó con Leopoldo, el profesor.

-¡Vamos, Jose, que te estamos esperando!

-¡Voy, voy! Es que me he entretenido con Poblá.

-¿Y eso?

-Nada, que -como dirían algunos- le he estado adoctrinando la moral.