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miércoles, 20 de octubre de 2010

Una Entre Un Millón para "Rouge" Perdeux (6).

Las carreras del "Mississippi Horseshoe Jackpot" no tenían un calendario fijo. Las únicas normas eran empezar el miércoles (para dar tiempo a los más rezagados para hacer sus apuestas) y terminar el domingo por la tarde.

Aquella vez, las ocho carreras seleccionadas por la comisión como las más complicadas de la semana se celebrarían: dos en miércoles, dos en jueves, tres en viernes y una en domingo. En efecto, los programas del fin de semana habían quedado muy sositos.

Tampoco es que las del miércoles resultaran especialmente complicadas. No, al menos, para las expertas miradas de la "256 Mafia". "Circus Ringo" y "Piccolissimo", era evidente (menos para todos los apostantes que se quedaron por el camino).

Las del jueves ya tuvieron más miga y emoción. "Man Eater" era capaz de lo mejor y de lo peor. Afortunadamente para la "256 Mafia", ese día tocó destapar el tarro de las esencias hípicas. Respiraron todos aliviados, en especial Norm Tates, que lo había defendido a capa y chillido. En lo referente a la otra, preocupaba y mucho que "Burning Bob" metiera la pata. Menos mal que, tras reñidísima pugna, "Kong King" metió la cabeza, que es lo que cuenta.

La peña en pleno se dio cita el viernes por la tarde en "Evangeline Downs" -su hipódromo de cabecera- para seguir la quinta y séptima carreras del boleto (la sexta tocaría verla por una de las pantallas simultáneas).

El cotilla de Karl Moss ya se había encargado de mover por los corrillos la noticia de que "seguían en la pelea", por lo que las miradas más expertas se fueron rápidamente hacia ellos al final de la quinta. Moss se limitó a sonreír requetesatisfecho mientras habría su mano al cielo con los cinco dedos extendidos.

Lo de la sexta fue una auténtica borrachera de egocentrismo apostante para el grupito. Con todo el bar más pendiente de ellos que de la pantalla, cantaron la monta hacia la victoria de "Rouge" Perdeux a lomos de "Shorgy". "Ese Perdeux no es malo, si no hubiera sido tan miedica...", comentó feliz Joe Pecks.

En la séptima se la jugaban a razón y corazonada. La primera estaba representada por "Falcón Leader", el caballo más en forma del lote, mientras que la segunda tenía como protagonista a "Yoyo Boy". Vic Webb había insistido en que aquel potro le gustaba mucho sin razón lógica aparente. Y cuando un tío que se ha hecho de oro comprando muy barato y vendiendo demasiado caro te dice que tiene una corazonada, uno la sigue. En efecto, "Yoyo Boy" ganó por tres cuerpos.

Lo que siguió fue la locura colectiva, el paroxismo hípico: entre los vítores de los centenares de aficionados que había en el hipódromo, la "256 Mafia" fue escoltada hasta el bar, donde corrió la cerveza a cuenta del boleto.

Con tanto ruido, Joe Pecks casi no oía cuando llamó para comunicar a la organización que ese domingo habría candidatos para el "Mississippi Horseshoe Jackpot" (¡como si no se hubieran enterado ya!)

-¿Sabe si hay más?- preguntó Pecks a la señorita del otro lado.

-De momento no se sabe nada, señor, hay que esperar.

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