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martes, 16 de abril de 2013

Una Juerga en Condiciones.

Los genios redefinen actividades y conceptos, y los llevan un paso mas allá, a menudo a lugares que parecía imposible.

Dicho lo cual, y segun esto, los galeses Rhys Owen Jones y Keri Mules son auténticos genios de la juerga, el cachondeo y la borrachera con consecuencias en general.

¿Volcar contenedores? ¿Robar señales de tráfico? ¿Los cantos regionales? ¿Enviar a un colega difrazado de gnomo a Burgos en tren? Estas niñerias son logros más que superados, al alcance de cualquier pelagatos de provincias que se toma cuatro copas solo o en compañía de otros.

Despertarse con un animal exótico al pie de la cama, eso sí que es el broche de oro a una noche de juerga en condiciones.

Eso les pasó a estos dos galeses durante un viaje a Australia (para colmo, de trabajo, lo que le da todavía más carácter si cabe a la hazaña) en 2012.

El caso es que se fueron a una fiesta playero-nocturas, bebieron más vodka del que se recomienda en la etiqueta y, ya de recogida, decidieron darse un bañito con los delfines de un parque acuático que les pillaba de camino de vuelta al apartamento, y, claro está, una cosa llevó a la otra.

Tras el chapuzón, vaciaron un extintor cerca del tanque que acoge a los tiburones (sin duda, todo un homenaje a un clásico de las borracheras descerebradas) y, por último, decidieron llevarse a un pingüino a su habitación.

Cuando amanecieron, Dirk -que así se llamaba el animalito- estaba asustado, hambriento y seco. Los colegas intentaron darle pan y meterle en la ducha, pero aquello no funcionaba, por lo que tomaron la decisión de llevarle a un canal cercano y dejarle allí abandonado. Por fortuna, unos vecinos lo vieron y avisaron a la policia.

Conclusión: Dirk volvió sano y salvo a su parque acuático (y con una buena historia que contar) y nuestras dos leyendas vivas de la juerga etilica se vieron ante un juez, que los sentenció a pagar mil dolares australianos por barba.

Salió un poco caro, pero seguro que la satisfacción de poder presumir ante los amigotes del incidente no se la quita nadie.














El bueno de Dirk posa para los medios, mientras un camarada chupa cámara de un modo un tanto descarado.

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