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lunes, 9 de julio de 2012

El Anochecer Sobre la Sierra (8).

Servicio de alerta: 24 horas metido en un bunker esperando que algún enemigo intente bombardear España para inteceptarlo y derribarlo. ¿Un domingo de julio a las 4 de la tarde? Poco probable. Pero, claro, había que estar.

No obstante, a Percañón le solían parecer mucho más absurdos de soltero. Ahora, le ponían de cierto buen humor. Después de todo, una de esas salidas se había traducido en su numerito prenupcial. Decididamente, el matrimonio le estaba ablandando.

Pisuerga, por su parte, se aburría como está mandado en estas situaciones.

-Perca, voy a traer al "Chato" a la base.

Desde su primer encuentro, hacía ya más de dos años, Pisuerga y el aviador republicano -al que llamaba cariñosamente el "Chato"- habían mantenido contacto regular: uno estaba encantado de contar batallitas y el otro de escucharlas. Además, Pisuerga había llevado un par de veces al anciano a conocer la moderna base de Torrejón y los flamantes reactores que albergaba.

-Tú ya sabes lo que opino de que metas a un "rojo" en Torrejón.

-No es un "rojo", es un piloto de combate español, un tío que vivió lo de ahí arriba de verdad, que se jugó el bigote en serio. No como nosotros, que a lo más que llegamos es hacer el cabra con los Mirages de Los Llanos o Manises.

-¡Te recuerdo que yo de alférez me tuve que eyectar!

-¡No me jodas. Perca! ¡El "Chato" derribó dos aviones enemigos, eso si que tiene mérito!

-¿Cómo que "enemigos"? ¡Mató a dos de los nuestros, un héroe!

-No hay mujeres ni niños ahí arriba, macho. Tú mismo lo dices: "el combate aéreo es el juego sin reglas para tramposos más noble del mundo".

 -Bah, ¿y cómo sabes tú que es verdad? ¡Igual te miente!

-¿No viste la foto? Estuvo en el Jarama, amigo. Se midió con tu venerado García Morato y su gente en combate cerrado, cara a cara...¡Y tú no quires oír su historia! En cambio, al soplagaitas yankee del coronel Peters, que todo su mérito es que le pasó un Mig vietnamita por encima, tú no paras de hacerle preguntas.

-Vale, vamos a dejarlo.

-No, antes te tengo que pedir un favor.

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