Buscar en Mundo Jackson

jueves, 8 de marzo de 2012

La Sabiduría del Tribuno.

El Bravo Centurión se detuvo a un par de metros del Tribuno -que se encontraba en cuclillas- y golpeó virilmente su puño contra su pecho acorazado en señal de saludo.

-¡Ave, Tribuno!

Éste, sin duda poco impresionado por aquella exhibición de fanfarronería, se giró lento y aburrido, como quien se dispone a atender a un hijo pesado por enésima vez.

-¿Qué queréis, Centurión?

-¡Buenas noticias, Tribuno, la victoria es completa, la insurrección ha sido sofocada!

-Ya...Y supongo que los cabecillas han sido convenientemente ejecutados, y el resto: hombres, mujeres y niños serán trasladados a Roma para ser vendidos como esclavos...

-¡Por supuesto, Tribuno, fieles a nuestra costumbre!

-Entiendo...Centurión, ¿le gusta la naturaleza?

-¿Perdón?

-Que si le gusta la naturaleza: animales, plantas...Todo eso.

-Pues, no lo sé, Tribuno, supongo que sí, lo normal...La verdad es nunca lo he pensado.

-No se preocupe. Pues a mí sí, me apasiona. Mire, por ejemplo, desde que llegué a este país y fije en esta villa mi residencia, me ha fascinado esta colonia de hormigas: son grandes, son poderosas, todas son guerreras. Las he estado siguiendo la pista y me he percatado que, de vez en cuando, salen en busca de hormigueros de otras especieas más débiles para robarles las larvas por la fuerza. Las traen de vuelta a su propio hormiguero, donde las crían para luego forzarlas a ser sus obreras. Mire, ¿ve este grupito de chiquitas cargando y esas cuatro grandes controlándolas? ¿No le parece apasionante?

-Sí, supongo que sí.

-Lo es, Centurión, lo es. Ya ve, tan grandes que somos los humanos, tan evolucionados que nos creemos, tan cultos, tanto Latín y tanto Virgillio y tanto Ovidio, y, a la hora de la verdad, no somos mejores que unas simples hormiguitas de mierda. ¿Qué le parece?

(Pues la parecía que al Tribuno, otrora gran caudillo militar, al sol de Hispania le había derretido los sesos. Tendría que informar a Roma, para que mandaran a otro en condiciones).

-No sé qué decir, Tribuno.


El Tribuno se puso de pie y, como si la locura más extrema y feroz se hubiera apoderado de él, comenzó a pisotear el hormiguero hasta dejar bajo sus sandalias una auténtica masacre de hormigas.

-Ve, Centurión, es lo malo de la razón de la fuerza, que siempre acaba apareciendo uno mucho más fuerte que tú.

(Confirmado, era urgente dar parte a Roma de todo aquello).

No hay comentarios: