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viernes, 16 de marzo de 2012

Historias Imaginarias de un Colegio que Jamás Existió: La Apisonadora Lógica.

Pocas expresiones más puras de medidas desesperadas hay (aunque sin duda existen) que las que se pueden encontrar durante  una entrevista entre dos padres y un profesor a principios de septiembre.

En efecto, como en el Amor y en la Guerra, también todo vale en pos del aprobado. Se apela a toda la lógica, imcluida la más ilógica; así como a los sentimientos más puros, y también a los más rastreros.

Los señores de Trevi (alias "Los Ferreteros") eran unos auténticos maestros en el tema.

Pero, en el otro extremo del ring de entrevistas, se iban a medir con Jose Luis Manzano, cuya inflexibilidad a la hora de mantener una calificación también era de la materia de la que están hechas las leyendas.

En suma, combate de pesos pesados a las 12:15 en la salita azul de reuniones. "Lo deberían televisar", dijo "El Trestuestes" (que ya sabemos cómo es).

La manzana de la discordia, la calificación de Física de Chema -el primogénito Treví-, en concreto, un 4,9 (o sea, suspenso).

Huelga reproducir -y tampoco lo aconseja el decoro- la ráfaga de minuto y medio de insultos, blasfemias y lenguaje grueso en general con la que el patriarca don José María Treví recibió la noticia, hasta que, por fin, acertó a decir: "¡Quiero hablar yo con ese fulano!" Doña Pilar, como siempre mucho más fría, se limitó a asentir con la cabeza.

Frío fue también el saludo, casi tanto como correcto, un apretón de manos y una mirada directa a los ojos que se asemejó a dos púgiles midiéndose antes de liarse a guantazo limpio.

-Bueno, pues ya se imagina la razón de nuestra visita.

-Sí, y supongo que desearán ver el examen.

-Por supuesto.

-Muy bien, aquí está.

-Perfecto...

-Si hay algún detalle que quiere que le aclare...

-No, porque, la verdad, la Física la tengo un poco oxidada...Pero ha venido un íntimo amigo nuestro que sí sabe del tema. Está ahí furea, le voy a decir que pase si no le importa.

-Por supuesto, hágalo.

Era una de las típicas jugadas de "Los Ferreteros", el "testigo sorpresa", al más puro estilo de una peli americana de juicios.

-Mire, le presentó a Jose Juan Pegóñez, licenciado en Ciencias Físicas. -dijo José María Trevi con una sonrisa de superioridad en la boca.

-¿Cómo estás, estimado colega? -respondió Jose Luis Manzano, al tiempo que extendia relajado su mano. Él era un perro muy viejo, curtídisimo en estas lides, y haría falta mucho más que eso para doblegarle.

Quince minutos después, el bueno de Pegóñez revisaba -por quinta vez- el segundo folio del examen, al tiempo que "Los Ferreteros" le miraban con un inefable rostro mezcla de pánico e irritación.

-¿Algún comentario, estimado colega?

-No, -replicó Pegónez con un resoplido de guarnición- está perfectamente corregido.

-Pero...La decimilla se podrá arañar de algún lado, digo no.

-No, Jose, cada pregunta tiene expresado bien clárito el valor preciso de cada apartado, y lo que está mal, está mal. Esto son ciencias, ya sabes.

-¡No me jodas, Joseju!

-Lo siento, Jose.

En ese momento, la íntima amistad entre Jose Juan Pegóñez y "Los Ferretos" había quedado rota para siempre. Ellos eran así.

Dado que el (brillante) "Plan A" había fracasado estrepitosamente, era el momento de que mamá Pilar entrara en acción para poner en marcha el plan alternativo.

-Mire, don José Luis, deje que le sea sincera. Sé que nuestro hijo no ha trabajado lo suficiente, que ha hecho mucho el vago, y que, como ha quedado suficientemente probado, se merece este 4,9, pero permita que apele a su bondad, permita que le ruegue que le dé una oportunidad a nuestro hijo, un voto de confianza, que permita que él le demuestre en Segundo Curso todo lo que vale.

-Bueno, igual me lo puede demostrar repitiendo Primero...

Estaba claro, no quedaba otra que jugarse el todo por el todo: solicitud de clemencia a través de compadreo masculino en estado puro.

-¡Mira, José Luis, entiéndenos, joder! ¡Que es un 4,9, coño! ¡Repetir así es una putada! ¿Qué te cuesta darle el empujoncito, macho?

-Usted tiene una empresa de ferretería, ¿verdad?

-Sí...

-Y si se aplicara un impuesto especial a partir de los 50.000 euros de beneficio, y usted tuviera 49.999, ¿lo pagaría?

-Pues...

-En fin, señores, con su permiso, tengo mucho que hacer. Ha sido un placer.

Manzano 1-"Ferreteros" 0

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