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sábado, 10 de marzo de 2012

Conflicto de (In)Competencias.

Al principio, los vecinos -que habían salido alertados por las voces- habían disfrutado del surrealista espectáculo acodados en sus balcones, pero, después del primer tiro, se habían metido todos en sus casas en busca de refugio.

Si, el primer tiro, es que el subinspector Abojaira es muy macho, a Abojaira no le toca las narices ni su padre.

Y, claro está, a los otros no le había quedado otra que responder.

La situación es, pues, la siguiente: en un extremo de la calle, la policía municipal parapetada tras un coche patrulla; en el otro, la policia nacional haciendo tres cuartos de lo mismo. Y, entre ellos, balas que vienen y van.

El origen, la directriz del señor concejal de que, con motivo de un desfile municipal, por esa calle no podía pasar ningún vehículo "bajo ningún concepto", y, claro está, el sargento Colmenete -que es igual de macho que el subinspector Abojaira- se vio obligado a dar el alto a ese coche de la policía, por mucho que llevaran la sirena puesta.

-¡Le ordeno que nos deje pasar! -había voceado Abojaira asomando la cabeza por la ventanilla.

¿Uno de ésos dando órdenes al sargento Afrodisio Colmente? ¡Y una mierda!

-¡No se pasa, por orden del señor concejal de distrito!

-¡Deja de tocarme las pelotas y quita el coche, imbécil!

-¡Imbécil lo será tu padre, si es que lo conoces, hijo de la grandísima!

Y fue entonces que vino el primer tiro. En honor a la verdad, fue al aire, con ánimo de amedrentar. Pero, ya lo sabe usted, al sargento Colmente no le achantan ni los 300 espartanos de las Termópilas.

De ahí al tiroteo, un suspiro.

Por supuesto, los ladrones del banco donde se dirigía el subinspector Abojaira ya están en casa y duchados, mientras que el desfile -por no mentir- no es hasta dentro del seis horas, lo que pasa que el señor concejal es muy previsor.

País.

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