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domingo, 26 de febrero de 2012

Gracia del Río (Un Pueblo con Poco de Ambas): ¿Hay Alguien Ahí?

-Buenas.

El recién llegado introdujo la tarjeta en la maquinita de fichar, tiró al suelo una almohada que traía bajo el brazo y se echó a dormir.

Otras dos personas compartían la sala con él: una, con los pies sobre lo que sin duda era un complicado panel de mandos, leía una novela de evasión. La otra, por su parte, contemplaba la luna acodada en el quicio de una ventana, al tiempo que disfrutaba de un refresco.

Fue una comisión de reputadísimos científicos norteamericanos la que se hizo el lío padre. Resulta que enviaron a las galaxias una sonda espacial con la misión de vagar sin rumbo fijo por tiempo indefinido, y la esperanza de que alguna forma de vida inteligente la encontrara y decidiera ponerse en contacto con los terrícolas. Y ahí llegó el lío, porque pusieron unas coordenadas de contacto que deberían de haber sido las de una base militar del mismo Michigan, pero acabaron siendo las de una loma a las afueras de Gracia del Río.

Total, que desde hace ya la tira de años, nueve personas, en grupos de a tres, se turnan para controlar la Estación de Seguimiento Espacial de Gracia del Río. Los horarios de mañana y tarde son un poco más animados, porque vienen estudiantes de múltiples edades, periodistas faltos de ideas, autoridades a comer gratis a la comarca, comisiones científicas varias, grupos de jubilados aburridos y curiosos en general, por lo que hay que guardar la formas, toquetear los botones y mirar las pantallas con mucha atención, aunque no sirva para nada.

Pero el turno de noche, el turno de noche es otra cosa.

El de la ventana es el guarda de seguridad, presente para actuar si cualquier loco intenta robar toda aquella chatarra cuarentona que forma la Estación de Seguimiento.

El de los pies sobre la consola, obviamente, es el operador de la misma.

En lo referente al de la almohada, es el comisionado oficial de la NASA y jefe de turno. Áquel al que el destino podríar deparar la histórica misión de guiar al Género Humano en su primer contacto con seres de otros planetas...

-Ya sabéis, si nos contactan los marcianos, me despertáis, de lo contrario, hasta mañana a las 8.

Y empezó a roncar.

 -¡Qué facilidad tiene este tío para quedarse dormido!

-Tremenda.

-Buena, deja de leer tanto y vamos a echarnos una partidita.

-OK.

El operador extrajo una video-consola de su mochila y, gracias a un hábil apaño que él mismo había hecho, la conectó a una de las pantallas de su puesto de control y observación.

De algo le tenían que haber valido los seis años de la carrera de ingeniería.

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