Buscar en Mundo Jackson

sábado, 21 de enero de 2012

Tortura.

El comisario entró en la sala de interrogatorios y contempló el cuerpo inerte del muchacho tendido en el suelo, boca abajo, sobre un macabro charco de sangre, sudor y orina. A su lado, con cara de cansancio y rabia, dos policias se refrescaban con unas cervezas.

-¿Qué tal?

-Nada.

-¿Ni palabra?

-Ni una sílaba.

-¿Cómo es posible?

-Yo tampoco me lo explico...Lo hemos intentado todo, pero nada...

-¡Qué hijo de puta es!

-Eso ya lo sabíamos sin necesidad de todo esto.

-¿Seguro que habéis sido suficientemente duros?

-¡Por favor, la duda ofende! Hemos sido tan crueles como él lo fue con la niña, puede que incluso más.

-¡La niña era inocente!

-Por supuesto, por supuesto, no vaya usted a pensar que insinúo yo nada...

-En fin, habrá que seguir intentándolo. Llamad al médico para que reanime a ese cabrón, descansad mientras y, tan pronto como vuelva a estar consciente, a seguir hasta que cante.

-Eso...eso no va a ser posible, señor comisario.

-¿Cómo que no va a ser posible?

-Usted nos dijo que llegáramos hasta donde hubiera que llegar para conseguir la verdad, y resulta que hemos llegado hasta el final del tío, y la verdad no estaba por ninguna parte.

-¿No querrás decir que?

-Sí, se nos ha muerto.

-¿Cómo que se os ha muerto? ¡Pero qué matones de mierda sois!

-¡Usted nos dijo: "¡Hacedle todo lo que haga falta, no os cortéis!"

-¡Joder, me cago en mi madre, ni para esto valéis, inútiles de mierda! En fin, ya no hay solución...Llama al gabinete de prensa y que preparen el comunicado. Ellos ya saben qué poner: se os escapó, salió corriendo por las escaleras, cayó mal y se desnucó. Y con vosotros, ya hablaré...

El comisario salió de la sala, tras pegar un portazo seco.

-¡Gilipollas, me habría gustado verle a él aquí! ¡Es imposible hacerle todo lo que le hemos hecho a alguien sin matarlo!

-Sí, ¡qué par de pelotas tenía el chaval!

-¡Para mí las quisiera!

-Si te soy sincero, entré en esta sala sintiendo asco por este cabrón, pero ahora casi que le admiro.

-¡No te pases, coño!

-He dicho casi. Pero, hasta hace unas horas, éste para mí era un asesino hijo de mala madre, sanguinario y cobarde, y ahora retiro lo último.

-Me parece a mi que esto de torturarle quizás no ha sido tan buena idea.

-Igual tienes razón.

No hay comentarios: