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domingo, 15 de enero de 2012

Gracia del Río (Un Pueblo con Poco de Ambas): "Manolito Submarino".

La ventaja de ser tan poquitos en Gracia del Río es que se puede luchar contra el paro de modo individual. En otras palabras, que a todo el mundo -con un poco de buena voluntad- algo donde colocarse se le encuentra.

Por ejemplo, a Manuel Bahadeño Lucianíni siempre le encantó el agua, desde bien chiquitín (tanto que pronto se le empezó a conocer como "Manolito Submarino"). En cambio, en los estudios le fue de mal en peor, y tampoco parecía tener otras habilidades o dones que canjear por un salario digno.

Siendo, como es, Gracia del Río un pueblo sin puerto ni playa, parecía difícil encontrar un empleo para todo el año para Manolito.

En esto que Marcial se enteró de que desde la Comisión Europea se concedían ayudas para "el fomento y preservación de la vida acuática". Dicho y hecho, se empadronó a "Manolito Submarino" en el Río Guirlachuelo, se enviaron los papeles a Bruselas y, desde ese día, Manolito se gana honradamente la vida como especie acuática autóctona protegida.

Pero no crea que no cumple con las obligaciones de su cargo, porque lo hace, y a conciencia. Todas las mañanas a las 8 en punto, haga frío o calor, ya se está zambullendo en las turbias aguas del río, y ahí se pasa sus ocho horitas reglamentarias, comportándose de acuerdo a las características de su especie: dando vueltas río arriba y río abajo, y alimentándose de los contenidos de una tartera que él mismo se deja en la orillita. Y todo esto con la ventaja de no tener que preocuparse por los depredadores naturales, ya que, en las turbias aguas del Guirlachuelo, salvo Manolito, no hay bicho que sobreviva.

Fijése si es profesional, que hasta para lo del apareamiento le toca a la santa de su Loli bajarse al río (aunque ella sea más bien de secano). De momento, no han tenido alevines (o sea, niños), pero, cuando lleguen en el futuro, a "Manolito Submarino" le haría muchísima ilusión que siguieran sus pasos profesionales.

A Loli, en cambio, la idea no le hace tanta gracia.

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