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jueves, 7 de enero de 2010

Los Carrillos de Santiago (y de Juan, y de Sara...)

Yo, bruto que es uno, me creía que Talión era un juez bíblico, o una localidad del mismo Israel donde eran todavía más brutos que yo. Pero resulta que no, que lo de la "Ley del Talión" viene del latín "talis" (igual, semejante).

Pues a mí me da "talis", no me gusta eso de "ojo por ojo, diente por diente", por mucho que los que invocan este principio legal de dudosa legalidad (generalmente, a grito pelado) digan que está en la Biblia. Y razón no les falta, porque la cosa sale (y por triplicado) en el Antiguo Testameto.

Lo que pasa es que luego vino el Nuevo Testamento (la versión 2.0 de la Palabra de Dios).

"En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda". (Mateo 5, 38-42).

Así que, ya ve, la próxima vez que alguien le afirme categórico y aplomado que es "católico practicante", hágale revisión de mejillas, a ver cómo andan de señales de dedos. Igual así hace usted que se le pongan muy coloradas al fulano en cuestión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vengándote te muestras igual a tu enemigo; perdonandole te muestras superior a él.

Francis Bacon