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martes, 29 de diciembre de 2009

El Antiguo Testamento según las Escuelas de Negocios. (Parte 3).

Cuidado con Moisés, pues fue el primer líder sindical de la historia. Paradójico, teniendo en cuenta que había crecido perfectamente integrado en el sistema social egipcio y hasta era amiguete del Faraón (lo que, como todos sabemos, le habría permitido prosperar en el mundo de la empresa con total facilidad).

Pero Dios le encomendó liberar al esclavo pueblo de Israel, a lo que el Faraón, comprensiblemente, se oponía en rotundo (renunciar a la mano de obra gratuita no es fácil). Como la huelga no estaba inventada, Moisés recurrió a la plagas como medida de presión. Ahí ya tuvo que claudicar el soberano.

Así fue como el Pueblo de Israel fue libre y pudo llegar a la Tierra Prometida (con división del Mar Rojo y travesía por el desierto incluida), y así fue como al Faraón se le descuadraron todos los presupuestos de sus obras faraónicas.

Salomón (hijo de David, el de Goliat) es célebre por su sabiduría, que quedó probada en su famoso juicio.

El "Juicio de Salomón" tuvo lugar cuando dos mujeres le presentaron un bebé del que ambas afirmaban ser la madre. Salomón, con espíritu empresarial, decidió sacar a Bolsa al niño de un tajo de espada y darle a cada una la mitad de las acciones. Una de ellas se negó, y así fue como Salomón supo que ésa era la verdadera mamá.

Aparte de su labor en Magistratura de Menores, Salomón también estuvo muy metido en el negocio de los metales de todo tipo, que obtenía de sus célebres minas.

Y a esta particular (abstenerse agencias) narración del Antiguo Testamento, como a la mayoría, se le va a acabar la gasolina al llegar aquí.

Versionar libros tan largos tiene estas cosas, que uno empieza fuerte, pero va perdiendo fuelle.

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