Buscar en Mundo Jackson

sábado, 14 de febrero de 2009

Historias Imaginarias de un Colegio que Jamás Existió: Cabrero.

Los dos babosos de atrás no habían estado callados ni diez segundos seguidos: chistes, cotilleos, cuchicheos varios...¡Qué asco de asistentes por compromiso a un funeral!

"¡Qué asco de funerales!", se repitió a sí mismo David Cabrero. Ése en especial. El de un chaval de 16 años.

Germán Torreón jamás había sido su alumno favorito. Era el típico adolescente irresponsable absolutamente exento de seso y madurez. Un chorlito volando en círculos de carcajadas compulsivas.

Ni siquiera la noticia de su corazón tan enfermito había conseguido hacer aterrizar a aquel agridulce pájaro de juventud. El asunto parecía hacerle gracia, e incluso daba la sensación de que disfrutaba de la fama entre sus compañeros a costa del morboso y cotilla interés por los detalles de su mal y la delicadísima operación que acarreaba.

La misma mañana que el director del colegio le comunicó al claustro el fallecimiento de Germán Torreón, David Cabrero tachó su nombre de su cuaderno de notas. Tenía pendiente una primera evaluación que jamás recuperaría ya.

A la salida de la ceremonia, David Cabrero decidió acercarse a los padres del chaval. Habían tenido sus diferencias, pero lo cortés nunca quita lo valiente.

"¡Que putada te ha hecho la vida, Manuel!", se abalanzó lloroso un particular sobre el padre de Germán. Era uno de los dos babosos de los chistecitos. Cabrero estuvo por decir algo.

Pero, al final, decidió que era mejor callarse.

No hay comentarios: