Frasquito, "El Buenazo".

Frasquito era tan buenazo que decían muchos que no sólo iría al cielo, -que eso se daba por supuesto- sino que San Pedro en persona le pediría un autógrafo.

Enterado del comentario, Frasquito se limitaba a reírse, ponerse un poco rojo y bastante nervioso.

"¡Qué exagerada es la gente, coñe!", decía.

Interrogado por el secreto de su extrema Bondad, él se limitaba a encogerse de brazos y decir: "Nunca supe ser malo, jamás tuve por qué: ni hijos, ni ambiciones, ni envidias, ni rencor ninguno contra nadie":

Con estos antecedentes, usted ya intuirá que Frasquito tiene lo justo de todo (menos de Bondad, se entiende). Nunca se casó, porque su teoría es que los corazones hay que robarlos, y a él nunca le salió eso de apropiarse de lo ajeno, su empleo es uno por el que nadie jamás estuvo dispuesto a trampear y su casa sería consideraba más como una ratonera por muchos.

Y la mayoría de los que admiran su Bondad, también le reprochan paternalistas que así no va a llegar a ninguna parte, que en esta vida, a veces, hay que ser un  poco listo y aprovecharse un poquito de las circunstancias, aunque sea entrando por la puerta falsa.

Frasquito se limita a negar con la cabeza y rechazar tales consejos con un "pero es que a mí me gusta mucho dormir tranquilo por las noches".

Y sin duda que lo debe de hacer, porque nunca ha hecho mal a nadie, porque -es impepinable- cuando se muera todo el mundo recordará lo bueno que era sin necesidad de mentir y porque, no lo dude ni por un instante, cuando se muera el mismísimo San Pedro le pedirá un autógrafo antes de franquearle la puerta grande del Cielo.

Y, si no me cree, al tiempo.