José Manuel Díaz Pintada (nombre clave "Puma Delta") estaba a punto de morir. Iba a hacerlo por su Patria, como tanta veces había soñado de chiquillo, o quizás no. Quizás iba a dar la vida tan sólo a cambio de tratar que una señora conservara la butaca de presidenta de la nación. Había sido democráticamente elegida, eso sí. Pero ganar unas elecciones significa que el Pueblo te presta el poder, no que te regalen el país en propiedad.
Mas no era momento de filosofar sobre política. Era el momento de intentar salir de aquella, aunque parecía prácticamente imposible: lo tenían acorralado y eran tan profesionales como él. Confirmado, iba a morir ¡Y todo por un maldito pedazo de papel amarillento!
Bueno, en realidad eran dos, grapados.
El asunto había empezado hacía un par de semanas, cuando una noticia aparentemente anecdótica e intrascendente había removido -en silencio- las más altas esferas de la Nación: Don Fabián había fallecido a los 83 años de edad.
Don Fabián había sido profesor de Historia de la señora presidente allá por los lejanos tiempos del Bachiller y, campechano como era, había tenido su ración de fama y gloria cuando le entrevistaron en un programa de la televisión estatal. Las preguntan se centraron -como era de prever- en cómo era la señora presidenta en su etapa escolar.
-¡Excelente, excelente, alumna de un diez tras otro!
La entrevista se cerró -obviamente- con una espontánea llamada telefónica de la señora presidenta, la cual, -incluso más obvio- había sido oportunamente preparada con antelación.
En realidad, toda la entrevista había sido precocinada al milímetro. Al fin y al cabo, eso era alta política, señores.
La figura de Don Fabián caló en eso que llaman el "Imaginario Popular" y, aunque no volvió a asomarse a los medios, la señora presidenta lo citaba de tanto en vez en sus declaraciones públicas.
Y, como no podía ser de otro modo, también hizo un hueco en su siempre apretadísima agenda para realizar una visita relámpago al tanatorio, donde los chicos de la prensa ya la esperaban oportunamente.
Y allí fue donde todo se empezó a complicar para el pobre agente "Puma Delta".
No hay comentarios:
Publicar un comentario