Conseguido el apoyo de la Asamblea del Partido, Sanzgorri se dispuso a dar el siguiente paso a la hora de lograr alguna -o algunas- de las ansiadas y jugosas subvenciones gubernamentales para organizaciones no-gubernamentales.
Para ello, Pablo Gómez Adriaga, de la Oficina de Cooperación Intenacional, era su hombre. Él le iba a orientar sobre cuál era el camino a seguir (y también quitaría alguna que otra piedra burocrática del camino). Todo esto, a cambio, claro está, de un porcentaje del dinero que saliera de la operación.
-Mira, Sanzgorri, esto es muy sencillo: para redactar tu proyecto, limítate a cumplir el principio básico de "MaMeMiMoMu".
-¿Qué diablos es eso?
-Muy sencillo: Malnutridos, Menores, Minorías, Moribundos y Mujeres. Cuanto más de esto tengas, más sencillo es que te den la pasta.
-Ya veo.
-Así que búscate un grupito que cumpla estos requisitos y yo te ayudo a redactar el proyecto. Aquí va a ser difícil, ya está todo cogido, pero en África, Ásia y América del Sur hay a puñados. Además, que eso tiene la ventaja de que se viaja. Ya sabes, supervisar y evaluar el proyecto sobre el terreno. ¡La de fines de semana que me he pasado yo con mis ligues en El Caribe con la excusa de redactar informes sobre proyectos de desarrollo integral de las niñas con carencias nutricionales!
-¡Ah, que encima te llevas a chavalas!
-Bueno, uno siempre tiene que ir acompañado de una secretaria...
-Ya, ¿y luego son muy estrictos aquí a la hora de que rindamos cuentas del dinero gastado?
-¿Pero no te acabo de decir que el que va a evaluar todo esto soy yo? Lo único que puede pasar es que al Director de la Oficina algún proyecto le parezca tan interesante que vaya él a visitarlo en persona.
-¿También con secretaria?
-No, el de ahora suele ir solo. Contrata personal en el lugar de destino. El objetivo es potenciar la economía local.
-Entiendo.
-¡Él sí que entiende! No sé si me entiendes...
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