Claudio Sanzgorri asomó la cabeza por la puerta de la sede del partido. Manolo Fontajo le estaba esperando...
-¡No sé como tienes las narices de aparecer por aquí, después del lío en que nos metiste!
-¿Yo qué sabia, compañero? ¡Además, que el rencor es de reaccionarios burgueses y capitalistas! ¡Nosotros siempre mirando al frente, compañero! Y, encima, vengo con una propuesta concreta.
-¿Otra?
-¡Y las que hagan falta, Manolo! ¡Todas iniciativas son pocas en nuestro combate por la utopia!
Claudio Sanzgorri había pronunciado la palabra mágica. En cuanto escuchaba lo de la "utopía" a Manolo Fontajo se le nublaban la vista y el entendimiento. Sin duda, Sanzgorri le conocía bien.
-¿Y qué proyecto es ese, compañero?
-¡Una ONG!
-¿Una ONG?
-¡Por supuesto, en la Organización No-Gubernamental encontrará nuestro partido la herramienta de gestión más eficaz para el diseño y concrección de nuestros proyectos de utopía social!
-Pero...¡Nosotros somos un partido político, ¿cómo vamos a tener una ONG?!
-Pues precisamente por eso: ni estamos en el Gobierno, ni lo hemos estado jamás ni lo vamos a estar, el menos en un futuro próximo. ¡Nadie es más No-Gubernametal que nosotros!
-Pero...¿Qué proyectos vamos a llevar a cabo, y con qué dinero?
-¡Tú consigue que la Asamblea del Partido apruebe el proyecto y de lo demás me encargo yo!
-Pero....Sin más datos....
-¡Tú fíate de mí, compañero!
-Pero...Tendrá un nombre, por lo menos.
-Gestoras del Auxilio Obrero Internacional.
-¿GAOI?
-¡Las GAOI?
-¡Suena bien, me gusta!
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