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domingo, 24 de marzo de 2013

Tu Fan Número 1. (y 10)

La presión estaba siendo testimonial, más por orgullo torero en versión baloncestística que porque pensaran en serio que aquellos catorce puntos se podían remontar en menos de medio minuto.

Entonces Bob Vilkers hizo una falta innecesaria, por lo brusco y por lo inútil. Así es la frustración en estado sumo. De inmediato, se percató de su error y ayudó al contrario a levantarse del suelo.

-Perdona, tío.

-Tranquilo, no pasa nada.

Nadie mejor que "Style" Galdom para perdonar esa falta: él sabía a la perfección lo que se siente en esas circunstancias y, además, "Style" estaba de un humor buenísimo.

Se dirigió a la línea de tiros libres y transformó los dos. Siete puntitos, no estaba mal.

Ni se molesto en defender el saque de fondo de los contrarios....5, 4, 3, 2, 1...¡Ya estaba!

A su alrededor, todos sus compañeros empezaron a chillar, saltar y abrazarse. "Style", en cambio, dio preferencia a ir a saludar a los contrarios e intentar darles un poco de consuelo. Pero las buenas intenciones duraron lo que "SuperStyle" tardó en agarrarle por la espalda y llevárselo.

"¿No te lo dije, no te lo dije? ¡Ya eres campeón!"

"Style" se limitó a devolverle el abrazo con un gran sonrisa de serenidad, como el que se ha quitado un tremendo peso de encima, un peso que le impedia casi vivir.

Y todos gracias a ese chaval, a ese cabezota caprichoso que se había empeñado en sacarle del pozo negro y lo había logrado casi a guantazos. Le debía muchísimo a ese niño. "Style" apretó más su abrazo.

Entonces por el rabillo del ojo vio que Lee Bells se acercaba micrófono en mano. Tenía la oportunidad de restregarle su victoria por la cara a ese gili. No, mejor no perder el tiempo con él.

"Lo siento, Lee, ahora no podemos atenderte, estamos celebrando que somos campeones".

Un par de días después, por fin, se pudo sentar en el sofá de su casa de nuevo. Todo era diferente, todo era mejor. Los recuerdos del baloncesto ya no eran dolorosos, con su última e inesperada victoria, toda su carrera profesional había cobrado un nuevo significado. Ahora podía volver a disfrutar de un buen partido por la tele. Ahora por fin se había retirado en condiciones.

A su lado, su esposa lo abrazó. Ella también había notado el tremendo cambio a mejor: su hombre había vuelto a ser aquel tipo del que ella se había enamorado, y no sólo en lo físico.

-Ese chaval nos ha cambiado la vida, "Style".

-Sin duda, amor mío.

 -¿Crees que aprobará los exámenes?

"Style" pegó un respingo. Con toda aquelle emoción, ni se acordaba del origen de aquella maravillosa aventura.

-Ahora mismo le llamo para recordárselo.

-Vale, pero ten cuidado, no vaya a ser que otra vez te saque de la jubilación. 

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