Oficialmente, había sido el fruto de una corazonada irrefrenable. "Tazo" Sanz-Olavide se había fijado en un potrillo de un año que Manolo Cullerel tenía en su cuadra y había presentido que era el caballo de su vida. "Bueno, pues si crees que va a ser mejor que 'Puyazo', cámbiamelo", había dicho el propietario de la cuadra "Sol y Sombra" y "Tazo", ante la incredulidad de los presentes, había aceptado. A tres días de correrse la Copa de Oro.
Obviamente, todo comedia. Cuando Cullerel le confesó que Sonia estaba al tanto de la apuesta desde un principio, "Tazo" deseó llorar, aunque milagrosamente consiguió tragarse las lágrimas.
-Bueno, pues ya que se confirma que la apuesta está más que perdida, ¿para qué esperar más? ¡Llévate ya mismo a "Puyazo"!
-¿Estás loco, y la Copa?
-La Copa me da absolutamente igual.
-Pero...Mira, vamos a hacer una cosa, yo me quedo a "Puyazo", pero llévate a alguno de mis caballos en compensación...¡Llévate a "Soplidito" si quieres!
-No, gracias, Manolo. ¡Eres un señor y yo también!
-Acepta alguno de los potrillos al menos.
-Bueno, gracias. ¡Dame un abrazo!
El intercambio había conmocionado al mundillo del turf nacional, pero -alejada de él- Sonia no se había enterado. Ahora, deseaba hablar con "Tazo". Y sabía dónde encontrarle.
A la mañana siguiente, madrugó más que de costumbre. Antes de ir a grabar a la tele quería pasarse por el hipódromo.
-¡Hombre, Sonia! ¿Ya han cancelado el nuevo programa?
El guardía de la puerta, tan agradable como siempre.
-No, vengo de visita.
"Tazo" Sanz-Olavide estaba con su nuevo potrillo, dándole de comer.
-¡Hola!
-Hola.
-¡Qué guapo! ¿Cómo se llama?
-No tiene nombre todavía. Cullerel lo había comprado en una subasta en Irlanda hacía unos días.
-Tiene buena pinta, ¿eh?
-Sí, supongo...La verdad es que tampoco me importa mucho...
-¿Por qué lo hiciste?
-Mira, una vez -de crío- me abuelo me dijo que algún día se cruzaría en mi camino una chica que sería más importante que cualquier carrera -incluso que la mismísima "Copa de Oro"-, y sólo quería que supieras que tú eres esa chica. Creo que merecías saberlo. Lo puedes ir contando por ahí y presumir, hasta puedes escribir un artículo para la revista del hipódromo: "¡Yo domé a 'Tazo' Sanz-Olavide'". Pero no te preocupes, ya está todo claro, no te voy a molestar más.
-Haces que me sienta culpable.
-Perdón, no era mi intención. Además, ¡que me lo tengo bien merecido por chulo y por prepotente! En fin, lo mejor es que coja el coche y me vaya. ¡Hasta siempre, Sonia!
-¡Espera!...¿Por qué no vamos a tomar algo y pensamos juntos un nombre para el potrillo?
-No sé si es una buena idea.
-Seguramente es horrible: lo último que me conviene es estar con un tío como tú que ha hecho algo así por mí, pero tú y yo somos jugadores, vamos a arriesgar. ¡Todo o nada, nene!
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