La Redención de "Tazo" Sanz-Olavide (6).

Sonia se estaba divirtiendo con todo aquello incluso más de lo que ella misma se habría atrevido a soñar.

Al principio, el chaval se había acercado a ella con su chulería marca de la casa y su sonrisita prepotente. Eso sí, al menos ahora tenía la delicadeza de llamarla por su nombre en las entrevistas.

Pero, a medida que sus ofertas de "ir a tomar algo después de las carreras" eran rechazadas sintemáticamente por Sonia, el muchacho parecía cada vez más nervioso y desconcertado. La falta de costumbre sin duda.

Para complicar todavía más las cosas, "Puyazo" estaba cada día mejor. Ganador en Francia y uno de los gallitos de moda en España, las apuestas le daban como favorito para el Premio Ciudad de Madrid, la gran cita de la temporada capitalina, que se iba a celebrar la semana próxima.

"¡Es el caballo de tu vida, chaval!", le solían decir con frecuencia en el paddock.

Debió de ser por eso que "Tazo" intensificó su asedió, y, algo totalmente inaudito, empezó intentar la baza de la ternura y la vulnerabilidad.

-Mira, Sonia, sé la fama que tengo y que seguramente piensas que no soy de fiar, y con razón. Pero eres muy especial para mí, cada día más, estoy empezando a sentir cosas por ti que jamás había sentido por ninguna chica. Sólo te pido que me des una oportunidad, que me dejes que nos veamos como amigos y que me conozcas de verdad. Puedo ser un buen chico, de verdad. Estoy dispuesto a cambiar por ti, a volverme lo que tú quieras que yo sea...Solo te pido una oportunidad, todo el mundo debería tener la posibilidad de intentar hacer realidad sus sueños...y ahora mi sueño eres tú.



-¿De verdad piensas eso? -respondió Sonia, mientras se sorprendía de lo mal actor que era el tío. Acababa de tener un idea simplemente genial.

-Sí, sí...

-Bueno, pues si tú quieres una oportunidad para tí, también se la tendrás que dar a los demás...Mira el pobre Anselmo Barrial, toda la vida en el hipódromo y nunca ha ganado un Ciudad de Madrid.

Barrial, el muy veterano Barrial, era un duro fajador de la monta. Uno de los peores jockeys del cirtuito -si no el peor- se recurría a él cuando no quedaba otro remedio o, principalmente, para tareas sencillas de entrenamiento.

-¿Qué insinúas?

-¡Pues que montar a "Puyazo" le daría una oportunidad única de ganar al fin el Ciudad de Madrid, después de tantos años dando tumbos por los hipódromos!

En otras palabras, Sonia le estaba pidiendo a "Tazo" que tirara el Gran Premio por la borda. Ella era perfectamente consciente, y apenas podía contenerse la risa.