"Peralín" siempre le pide al Padre Cosme que le corrija las redacciones del cole. Bien sabido es que el niño no tiene un piojo de tonto, y se da perfecta intuición de que el cura sabe mucho de letras. De hecho, muchísimo más de lo que el niño se figura. Pero eso es otra historia...
-A ver, a ver -el Padre Cosme siempre coge las cuartillas del chaval con el mismo entusiasmo que lo último de un Premio Cervantes.
"La diferencia entre ser bueno y ser malo.
Para mí, es muy sencillo explicar la diferencia entre ser bueno y malo.
Empezaré por lo que es ser malo, que así se entenderá mejor qué es ser bueno.
Malo es aquel que, como el vecino ha hecho ruido todos los días durante una semana con la excusa de una obra, cuando le toca a él la reforma, también hace ruido él y dice: '¡Si yo me fastidié por su culpa, que se fastidie él también por la mía!'
Bueno es aquel que, como se acuerda de lo mucho que le fastidiaba el ruido del vecino cuando hacía su obra, les dice a los obreros: 'por favor, procuren hacer el menor ruido posible, que no quiero molestar a mi vecino'.
Tristemente, cuando uno es bueno, la gente te dice que 'eres tonto', que 'eres manso', que 'te dejas avasallar' y cosas mucho peores.
Más tristemente todavía, cuando uno es malo, la gente lo ve normal, te da una palmada en la espalda y te dice: '¡Muy bien, donde las dan, las toman!'
De todos modos, yo voy a intentar ser bueno en la vida, aunque me digan que soy gilipollas".
-¿Que le parece, Padre?
-Que las homilías las deberías escribir tu, hijo.
-No sé, igual debería quitar lo de "ser gilipollas".
-Sí, tienes razón, cambialo por otra palabra.
De corazón, el Padre Cosme le habría aconsejado que la dejara.
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