Hay gente que recibe la llamada de la Historia, y hay gente que hace Historia llamando (por teléfono).
Me pregunto si, ante tal trance, será fácil estar a la altura.
Por ejemplo, y siguiendo con el título de la entrada, ¿cómo se llama a una empresa de seguros para decirles que se acaba de hundir un transatlántico que tienen asegurado y que, por tanto, van a palmar muchísima pasta? ¿Por quién se pregunta?
-Señorita, a ver si usted me puede ayudar...Es para un tema de que se ha hundido el Titanic...
-¿Me puede decir la referencia de poliza?
-No, es que, con los nervios de la catástrofe, no sé donde la he puesto...
-¿Me puede decir quién es su agente comercial?
-Es que tampoco me acuerdo de con quién hablé cuando firmé papeles...
-Pues sin esos datos me es imposible ayudarle, caballero.
-¿Y no lo puede mirar en el ordenador? Titanic.
-Estamos en 1912, todavía no existe la informática como tal.
-Ya...¿Y qué hacemos?
-Le puedo pasar con el señor Watkinshire.
-¿Él me podrá ayudar?
-No, es para alargar la llamada, es que se cobra, sabe usted...
-Ya, bueno, pues si eso, busco los papeles y mañana me acerco por allí.
-¿Seguro que no quiere que le pase con el señor Watkinshire?
-No, no, ya le saludo en persona mañana.
-Muchas gracias por su llamada.
-Vale, hala...
Lo dicho, que afortunadamente, nadie graba este tipo de conversaciones y, por tanto, se puede pasar por el incómodo trance histórico con la dignidad y paz de espíritu que da el anonimato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario