"Hace tres jornadas que no voy al baño como se debe, nada de nada...,¡por más fuerza que emplee! ¡Desesperada me hallo"
(O, de modo análogo, nos pueden presentar el caso opuesto: "¡No paro, te juro, que es un no parar! ¡No se puede estar más descompuesta que yo! ¡No salgo del aseo! ¡Que lo que echo por el ojo del culo no es caca, que es totalmente agua! ¡Y un color más feo, y un olor más repugnante...! Deber ser algo que me sentó mal, apuesto que las condenadas croquetas congeladas pasadas de fecha que tomé ayer, o acaso algo que me zampé durante la semana en Cancún y que ha tardado en hacer efecto. ¡La Venganza de Moctezuma!)
¡Por favor, señora, eso a su doctor!
Para colmo de males, a menudo lo hacen durante el desayuno, almuerzo o la cena, y rematan la faena con aquello de: "con perdón de la mesa".
Por supuesto que la mesa y yo la perdonamos, corazón, pero, sea usted tan amable de no hacerlo más.
Y no se reduce esta desagradable costumbre a los problemas del defecar. Granos por todo el cuerpo; fuertes dolores de cabeza y barriga; muelas negras y rotas (que van y te muestran); cortes y arañazos aún frescos, rojos y sangrantes; y malestar general. ¡Todo esto te cuentan!
Mas se preguntará usted (con más razón que un santo):"¿Cómo es que juzgando el autor del blog de tan mal gusto sacar el tema de las cacas, va el tunante y lo saca?"
Le doy toda la razón del mundo, y es por eso que este momento justo voy, paro y me callo la boca.
(Hacer un lipograma sin la letra "i" no es excesivamente difícil. La verdad es que me ha salido con bastante fluidez. ¡Veremos con la "o"!)
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