Traiciones, Tradiciones y Contradicciones.

Curioso que "traición" y "tradición" compartan el mismo origen. Ambas vienen del verbo latino "tradere" (entregar).

Curioso, digo, porque, según parece, mostrarse crítico con cualquier tradición del entorno en el que uno vive es interpretado por muchos como un acto de alta traición.

Como traidor es tratado el hijo que decide romper con la tradición familiar ("¡Ni actor ni leches, tú serás arquitecto, como lo soy yo y como lo fue el abuelo!")

Como traidor es tratado el que se inhibe de la cogorza colectiva que en la práctica resultar ser muchas celebraciones tradicionales (¡Aquí en fiestas todo el mundo bebe, joder, así que no se vengas con gilipolleces!)

Como traidor es tratado el que intenta parar y plantearse si eso que llevamos tanto tiempo haciendo es bueno o malo, o si el mero hecho de que tenga cientos de años lo convierte automáticamente en sagrado e incontestable ("¡En esta universidad llevamos con las novatadas desde el siglo XVII, así que no nos vengas con tonterías!")

Es curiosa esta hostilidad contra los que desean ejercer su individualidad, contra los que se niegan a ser peleles que siguen ciegamente una práctica al cobijo del grupo y son críticos con su propia realidad...

Aunque, según yo lo veo, cualquier tradición a la que ya no se le encuentra la diversión o el dinero, se pierde sin remisión.

(Por ejemplo,ya pocos niños piden el aguinaldo. ¿Para qué? Los papis les dan toda la pasta que precisan y, hay que reconocerlo, es más divertido irse a jugar a la Play Station que andar de puerta en puerta cantado como gilipollas villancicos de zambomba, botella de anís y pandereta a cambio de una mierda de dinero).