Buscar en Mundo Jackson

sábado, 14 de marzo de 2009

Historias Imaginarias de un Colegio que Jamás Existió: Manolo Aberco.

Resultaba muy complicado decidir si la naturaleza había sido tremendamente generosa o tremendamente cruel con Manolo Aberco.

El dicharachero José Luis Trestuestes, mago y señor del chascarrillo de sala de profesores, lo había comparado con un coche de motor potentísimo -pero que hacía un ruido insoportable-, y tenía una carrocería espantosa.

Ni mala uva ni razón le faltaban. El benjamín Manolo tenía el mejor coco de entre los tres hermanos Aberco. Ninguna tontería, teniendo en cuenta que tanto Nacho como Javi habían abandonado el centro con expedientes académicos de leyenda. Pero también era inevitable reconocer que Manolo era feo, mucho. Y, para darle la puntilla, poseía una voz rara, desagradable y gangosa. Debía ser por eso que hablaba sólo lo inevitablemente necesario, y lo hacia entrecortado y rehuyendo los ojos de su interlocutor.

Con el papel y el boli...ahí la cosa cambiaba. Jugando en un terreno donde estaba exento de sus pesadas taras físicas, esa maquina perfectamente engrasada de imaginar, pensar y sentir que tenía por cerebro liberaba todo su brutal potencial (y toda su frustración) en forma de explosiones atómicas de amarga creatividad.

Manolo Aberco no tenía muchos amigos, que dirían las piadosas lenguas eufemísticas. Se había intentado de todo (deporte, actividades extraescolares...) pero con nulo fruto. Bien cierto era que el resto de los niños no colaboraban demasiado, pero también era innegable que Manolo poco ponía de su parte. Simplemente, todo aquello no le interesaba. Quizás, porque era tremendamente inteligente.

O tremendamente tonto.

No hay comentarios: