Buscar en Mundo Jackson

lunes, 2 de marzo de 2009

El Hombre que Tuvo una Revelador Ataque de Ansiedad en el Lavabo de la Oficina.

Salvador Galvín, auxiliar administrativo, llevaba más de dos horas atrincherado en el baño de la oficina. Ni las paternalistas recomendaciones de sus compañeros ni las severas amenazas de su inmediato superior habían conseguido meterle en razón para que saliera. No quedaba más remedio, se tira la puerta abajo y que Galvín cargue con la factura.

El brutal golpe de karate manchego contra la puerta de Sabino, el bestia oficial de administración, surtió el efecto deseado (con creces, de hecho). El panorama que se encontró la brigada cotilla que abarrotaba el aseo fue propio de los cuadros más dalinianos de Dalí:

Sentado en el frío baldosín, y acodado en la mismísima taza del inodoro, Salvador Galvín contemplaba embelesado sus propias inmundicias.

-¿Os habéis fijado que en las ciudades ya ni la caca resulta como es debido? ¡Si casi huele hasta bien! La que echaba en mi pueblo de crío si que apestaba en condiciones...

Y toda aquella gente no supo si darle por loco o darle la razón. Bueno, exceptuando, Sabino, que le dio un bofetón "a ver si se le quita así tanta tontería".

No hay comentarios: