Me fío de los curas que creen en Dios (y no serlo).
Me fío de los que salen hablando en la tele con los calcetines bajados. Ver esos dos dedos de carne peluda bajo el bajo del pantalón (claro indicativo de que no hay asesor de imagen), me convence de que no se han traído mentiras preparadas de casa.
Me fío de los que no se fían (demasiado) de sus hijos.
Me fío de toda la gente que me da cambio. Aunque no debería, que "donde no hay Visa, habrá sisa" (bonito y sabio refrán que me acabo de inventar, pese a que mi belleza y sabiduría son limitadas).
Me fío de los medios de comunicación en conjunto, pero no creo a ninguno por separado.
Me fío de los que confían en mí, pues nos fiamos juntos.
Me fío de ti, pero no lo suficiente como para fiarte.
No está la cosa como para fiarse. No señor.
Un poquito de "Música a Cuento", que la tengo muy abandonada. "Suspicious Minds", por Elvis I, de la dinastía de los "Bourbones".
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