Seremos testigos de la dura pugna por sacar el chiste de las Navidades, seguramente a costa de lo de la crisis (con su matiz político correspondiente, según preferencia del espectador, claro está).
Para un bando (con su tono irónico correspondiente): "Oh, sí, la crisis se está notando un montón. El dependiente del gran almacén te sigue diciendo que la consola de 400 euros está agotada hasta marzo, pero ahora lo hace con cara de preocupación", o, si es más incisivo: "Señores, no se preocupen por lo de la hipoteca, que la esperanza es lo último que se pierde...y también la primera que sale por patas, por cierto".
Para el otro bando (con un tono aún más ácido): "Lo de la crisis no será para tanto, pero a mi hijo le ha llegado una carta de Melchor diciendo que -debido a recortes de personal- la entrega de los juguetes no se la puede hacer hasta el 14 de Julio. Aunque peor estoy yo. Voy tan tieso que no me puedo permitir ni un Año Nuevo, así que voy a seguir tirando con el 2008 de momento. Vamos, está la cosa que no puedo gastar ni bromas el Día de los Santos Inocentes, que me encuentro tan hasta el cuello de deudas que 'El Cobrador del Frac' me ha mandado un chrismas. Y de la empresa, nada espero. Este año no recibe cesta con comida ni la abuela de Caperucita Roja".
En cualquier caso, por favor, eviten estos tres chistes:
-Las angulas son fideos que les hemos pintado los ojos con un rotulador.
-Este será el año del consumismo (con su mismo coche, con su mismo televisor...)
-La cosa está tan achuchada, que el otro día llamé a la línea erótica y se puso mi señora.
En todas la familias hay un presunto cachondo. Paciencia.
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