Sanzgorri ya tenía la maleta prácticamente preparada. La partida presupuestaria de lo suyo se aprobaba en un par de día, la recogida de libros se iniciaba a la semana siguiente, y en menos de un mes ya estaba él de chapuzón solidario en las cristalinas aguas del Caribe.
Entonces sonó el teléfono. Era Gómez Adriaga. Alarmado.
-¿Toda va bien?
-No, todo no va bien. Todo va fatal. Se nos ha metido la "PORDOS" por medio.
-¿La qué?
-Plataforma Obrera para el Respeto de la Diversidad de Orientación Sexual. Ellos también quieren llevar libros a Latinoamérica.
-¿Y qué tiene eso de malo? ¡Que nos subvencionen a los dos!
-Imposible. No se paga dos veces por lo mismo.
-Pero...¡Nuestro proyecto se presentó primero!
-Ya, pero estos tienen a peces muy gordos a su lado.
-¿Cómo de gordos?
-Sólo te diré que dos han nadado en la misma piscina que el Director de la Oficina de Cooperación Intenacional. Supongo que sabes por dónde voy...
-Ya. ¿Y qué hacemos? ¡Porque me prometiste que esto salía y...!
-Tranquilo, tranquilo, deja que hable con un par de esos peces tan gordos. Igual todavía tiene solución la cosa. Aunque, claro está, va a haber más comisiones que pagar.
-¡Ah, no, no, el dinero imprevisto lo sacas de tu parte!
-¡Joder, un poquito de solidaridad, que eres de una ONG!
-¡Y tú de la Oficina de Cooperación, macho, así que coopera un poco!
-Bueno, ya hablaremos.
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