-¡Qué tío el bebé!
-¡Ya te dije yo que tenía pinta de ser ruso, y esos aguantan el alcohol como bestias por genética!
En efecto, el infeliz bebito había ingerido mucho más vodka del previsto antes de caer inconsciente.
-¿Qué hacemos con él?
-¿Qué quieres que hagamos? ¡Si te parece, le llevamos a urgencias! Anda, pégale el tiro tú mismo, que yo mientras voy cavando un hoyo bien profundo en el jardín.
-¿No le enterramos vivo?
-Nah, debe de ser que me hago mayor. ¡Me entoy volviendo un sentimental!
-Entonces...Le disparo en la cabeza, ¿no?
-¡Pues claro, estúpido! ¿O acaso te crees que un bebé no es como una persona normal! ¡Y a bocajarro, para que no sufra en pobrecito!
Los miembros del Círculo, como se ve, son serios candidatos a la persona más cruel, canalla y despiadada sobre la faz de la tierra.
-Oye, ya que nos estamos poniendo blandengues, ¿por qué no montamos una pelea entre dos indigentes? ¡Con botellas rotas, como en los viejos tiempos!
-¡Buena idea!
Esos fueron los inicios de Círculo: coger a dos personas pobres de solemnidad y ofrecerle una muy sustanciosa cifra de dinero al vencedor de un combate a muerte entre ellos. No hay problema para encontrar voluntarios. Al fin y al cabo, siempre ganas: si vences, tendrás para salir de la calle. Si pierdes, te irás de este cochino mundo. También hay variante de lucha con perros -u otros animales-, pero esa les resulta menos divertida a los integrantes de Círculo.
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