Tu Fan Número 1. (4)

Definitivamente, el poder que tenía el "SuperStyle" Windson en aquel club era inmenso, casi daba hasta miedo.

Oficialmente, "Style" era "entrenador de tiro", pero todo lo que tenía que hacer era ir a un par de entrenamientos por semana y estar un rato practicando lanzamientos con "SuperStyle". No tenía que ir a ningún partido, dormía en un hotel de lujo y tenía billete de avión todos los fines de semana para estar con su familia. Y sólo por hacer eso le daban veinte de los grandes todos los meses.

Sin duda, las condiciones de trabajo que le habían ofrecido habían sido imposibles de rechazar. Y todo para contentar el caprichito del niño bonito de la entidad.

"Style" llevaba ya unos meses de esta dulce rutina, que suponía que duraría hasta final de temporada. Tarde o temprano, pensaba, el chaval se cansaría de estar con su ídolo de niñez. Entonces, él se volvería a su familia y sus restaurantes, y con un buen puñado de dinero extra.

De vez en cuando, su viejo amigo Hooks y el propio "SupeStyle" lo tentaban para que se metiera a jugar alguno de los partidillos del entrenamiento, pero él siempre se negaba en rotundo. "Eso no está en el contrato", decía con una sonrisa.

De hecho, y por sorpresivo que parezca, ni siquiera seguía mucho al equipo. Sólo había ido a un par de partidos en casa -y por contentar al club-, pero jamás veía por la tele los de fuera. Lo que sí sabía de sobra es que iban a empezar las eliminatorias por el título y estaban como un tiro. Bueno, se alegraba por ellos.

Por tanto, no se enteró de que Jim "Jimbo" Nellis se había lesionado para tres meses la noche anterior en Detroit. La temporada había terminado para él y había que buscarle un recambio.

La noticia se la dio al día siguiente Mike Hooks.

-¡Vaya, lo siento por "Jimbo", es un gran tío!

-Ya, pero lo peor es que "SuperStyle" te va dar la plasta para que entres tú en su lugar.

-¿Ya estamos otra vez? ¡¿Pero cómo hay que decirle a ese niñato que se acabó, que es absolutamente imposible que juguemos juntos?!

-Bueno, bueno, yo te lo comento para que no te pille de sorpresa.