Si por ellos hubiera sido, habrían dejado que Azarías Romera se ahogara, pero el pobre teniente de navío Di Sagra no tenía culpa ninguna, y estaba feo rescatar a uno sí y a otro no.
No obstante, pasaron unas horas antes de que los localizaran (y de que el piloto de rescate se atreviera a entrar en la zona), por lo que los tripulantes del pobre helicóptero tuvieron que esperar helados de frío y confusión, y sentados en un pedazo de la aeronave que se había negado a hundirse después de explotar.
-¿Usted cree que habrá tiburones por aquí, teniente?
-Tranquilo, no se acercarán a usted: huelen el peligro.
Cuando, por fin, Azarías Romera y compañía retornaron a la cubierta del "Don Álvaro" era casi mediodía.
-¡Espinosa, nos atacaron y nos derribaron! ¿No decía usted que estaba todo bajo control?
-Y lo estaba, hasta que usted entró en acción.
-¡No entiendo!
-Pues mire, en resumidas cuentas, que nos hemos convertido en el enemigo público número uno del Mundo Capitalista y en los héroes mundiales del Comunismo.
-¿Qué dice usted?
-Pues que cuando se supo lo del hundimiento del barco yankee, al presidente del país le volvió a aflorar en todo su esplendor el ramalazo revolucionario de tiempos pasados -que creíamos ya corregido- y dijo por la tele que él mismo había dado la orden de abrir fuego, porque estaba harto de que los "navíos gringos" violaran impunemente sus aguas territoriales. Estados Unidos y sus aliados han llamado a los embajadores a consulta y todos los líderes comunistas se están hartando de aplaudir. Por cierto, al teniente de navío Di Sagra y a usted les han concedido la "Gran Orden del Mérito Patríótico Obrero y Revolucionario", amén de otras condecoraciones a lo largo y ancho del mundo comunista. El gabinete de comunicación de la Marina ya les está preparando la agenda de su gira internacional...¡Enhorabuena, camarada!
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