Juego de Villanos, Juego de Manos.

El (Muy) Recomendando Muchacho siguió los pasos de la Eficientísima Secretaria por el largo pasillo. Al fondo, una puerta de madera digna de la tumba de un faraón brillaba en todo su esplendor barnizado.

(Toc, toc)

-¿Sí?

-Perdón, Señor García Schwess, el señor Torrijeña está aquí.

-¡Ah, sí, adelante, adelante!

La secretaría lo dejó sólo, al más puro estilo de subalterono taurino. Intimidado -quizás por primera vez en su vida- el (Muy) Recomendado Muchacho se quedó bloqueado junto a la puerta.

No se conoce a uno de los hombres que le mueve los hilos a la marioneta económica mundial todos los días.

-¡Pasa, coño, no te quedes ahí! Siéntate, ¿guisquito?

-Sí, gracias, señor García Schwess.

Aquella butaca era más cómoda que su cama, aquel despacho era tres veces su apartamento de grande, y, si comparaba las vistas de ambos, le entraban ganas de tirarse por la ventana.

-¡Así que tú eres el chaval del cabrón de Manolo Torrijeña!

-Sí, señor García Schwess.

-¡Anda que no me corrí yo juergas con el golfo de tu padre en la facultad! En fin, ya me dijo por teléfono que quieres dedicarte a esto de la economía y las finanzas.

-Sí, soy licencia en Business Administration por la universidad de Yale, he completado dos cursos de post-grado -uno en la Universidad de Munich y otro en la London School of Economics- y soy Master en Alta Gestión Financiera y Bursátil por la Universidad Central de París.

-Ya, ya veo que tienes muchos papeles...Más que yo de hecho. Un servidor, Económicas en Madrid, con calma y copiando. ¡Pregúntale a tu padre si no me crees!


El (Muy) Recomendado Muchacho entró en estado de shock. Esas cosas pasan cuando un mito se derrumba delante de tus narices.

-Pero, señor García Schwess, yo pensaba...Su currículum dice que...

-Los currículos, currícula o como coño se diga, los escribe Pinocho, chaval.

-Ya...señor García Schwess

-Bueno, supongo que lo que quieres es un empujón en tu carrera...

-Sí, señor García Schwess.

-Bueno, de momento, deja de recordarme cada minuto cómo me llamo, que ya lo sé. Y ahora te voy a dar el mejor consejo que te han dado en tu vida: te coges todos los diplomitas y les pegas fuego, luego llamas a este señor que te voy a escribir y le dices que vas de mi parte. Un añito trabajando con él y estarás listo para comerte el mundo.

García Schwess tomó una tarjeta y garabateó un nombre y un teléfono al dorso. Luego, se la lanzó al (Muy) Recomendado Muchacho.

-"El Eufemio"...No conozco a este señor. No me suena su nombre de la prensa especializada ni de mis lecturas académicas.

-Eso es porque, chaval, "El Eufemio" es un trilero, el mejor, por cierto.

-¿Un...trilero?

-Sí, coño, "¿dónde está la bolita, dónde está la bolita? ¡La mano es más rapida que la vista!"

-Pero...

-Mira, tú has venido a por un consejo y te lo estoy dando. Yo me pasé un año entero dando vueltas por las plazas del país con su padre, el "Señor Eufemio", y me enseñó todo lo que me ha hecho falta para llegar hasta aquí. Este mi consejo, haz con él lo que quieras.

Tras un discreto toque de botón, la Eficientísima Secretaría tardó exactemente cinco segundos en aparecer por la puerta.

-Sara, acompañe al señor Torrijeña a la salida.

-Muy bien, señor García Schwess. ¿Viene por aquí, por favor?

Y el (Muy) Recomendando Muchacho salió por la puerta, todavía bastante confuso por efecto de tan sorpresiva entrevista.