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viernes, 25 de mayo de 2012

Historias Imaginarias de un Colegio que Jamás Existió: La Simple Matemática de Vivir la Vida.

Mientras entraba en el aula, José Luis Trestuestes abrió el sobre de la nómina como quien abre el "sobre-sorpresa" de una tómbola. Este mes tampoco salíó el gran premio, tocaba la miseria de siempre. Y se pintó en el rostro de Trestuestes.


Jonathan Cañamaque, alias "el Jona", el más listo que el hambre, y estas cosas no le pasan desapercibidas.

-Es la carta que te dice cuánto te pagan, ¿no?

-Algo así.

-¡Y no es mucho!

-Bueno...Suficiente.

-¿Por qué te metiste a esto, profe?

"El Jona" -como tantos-, tanto tienes, tanto vales. Lo ha mamado en casa -propia y ajena-, en la calle y en los anuncios de la tele.

-Se llama vocación -"El Jona" se quedó mirando a Trestuestes con ese gesto de incredulidad que sólo un adolecente espabilado sabe poner-. Ya, Jona, es una faena, pero no se puede hacer nada. Es una especie de enfermedad mental.

-¿Pero te compensa ganando esa porquería?

-Bueno, en el fondo es que no hace falta mucho dinero: las cosas que me hacen feliz son baratas, o no están a la venta.

 -¡Pero seguro que te encantaría tener un cochazo y un piso en la playa! ¡Eso le gusta a todo el mundo!

Acorralado, Trestuestes se revolvió en busca de una salida. Y la encontró en la pizarra.

En el encerado había un par de ejercicios de Matemáticas de la clase anterior. En uno de ellos, una larga fracción algebraica quedaba reducida a un simple: "X/2" por obra y gracia de la simplificación.

-Nunca fui muy bueno en Mates, "Jona", pero hubo una cosa que sí aprendi bien: cualquier problema complicado se soluciona más fácilmente si uno simplifica los términos. Pues con la vida he hecho un poco lo mismo: he quitado de un lado, he quitado del otro y me ha quedado un problema muy sencillo que, pienso, me da la exactamente el mismo resultado que a todos esos que tienen un montón de cosas, pero también un montón de preocupaciones.

"El Jona" se limitó a asentir y volverse dócilmente a su pupitre. Trestuestes jamás supo si porque le había entendido perfectamente, o porque no se había enterado absolutamente de nada.


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