-Eladio, tu amigo el de la tele.
Todos los días, a media mañana, el mismo ritual: la llamada al Bar de Matías (y se repetírá mientras "El Eladio" siga erre que erre que no se compra un móvil), el anciano poniéndose muy serio para ponerse al aparato, la mirada al cielo por la ventana del bar y, por último, la predicción -concisa y en puro castellano profundo-.
-Está pa' llover a media tarde, pero luego, na de na.
"El Eladio", miembro destacado del consejo del sabios de "El Sidrín", no tiene ni idea de Metereología, pero es el que más sabe del Tiempo del mundo. Una mirada al cielo le basta para leer, claremente redactado en las nubes, si va a llover o a hacer sol.
Y es que resulta, por supuesto, que "El Eladio" fue pastor.
Manuel Maroto Hidalgo, el tan popular, dinámico y atráctivo hombre del tiempo de la televisión regional, sabe mucho de Metereología (hasta un master y todo tiene), pero las cosas del Tiempo a veces se le resisten.
Conoció a "El Eladio" de pura casualidad, un día que hacia senderismo -feliz, contento y en pantalones cortos- a orillas del "Guirlachuelo" (a la gente de ciudad, cuando le da por ir al campo, buscan campo cerrado).
-¿"Ande" vas así vestío, que te vas a empapar, muchacho?
Maroto Hidalgo se limitó a sonreír y seguir con su ruta: aquel sol estaba ahí para quedarse, bien lo sabía él.
Tres horas después, tiritando junto a una estufa en el Bar del Matías, acodado en el quicio de la pulmonía, comprendió que aquel hombre le podía ser de mucha utilidad.
Desde entonces, la concisas predicciones de "El Eladio", convenientemente adornadas por los redactores del programa, sirven de guía metereológica a toda la región -con gran éxito de crítica y público-.
Y es que, ya ve usted, nada más ilógico que la Metereología.
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