Nick Friday no tenía la carrera de periodismo, ni tan siquiera tenía muy claro dónde estaba la facultad, pero era simpático, daba muy bien en cámara y había jugado -regular- casi una década en la NBA. Con eso le bastó para agenciarse el puesto de comentarista de partidos. No decía nada particularmente interesante, se limitaba a soltar una sarta de jerga que siempre desembocaba en darle la razón a su compañero de micrófono, a la sazón jefe de deportes de la cadena.
Pero él siempre fue un tipo ambicioso, y quería progresar. Le lamió -un poco más- el culo a su amo y consiguió que le dieran un programa de entrevistas. "Pero tendrás que prepararte un poco antes de empezar", le soltó categórico el mandamás
Y él siguió obediente el consejo: se puso gafas y se dejó algunas canas. Ya estaba listo para ser un entrevistador de prestigio.
En lo referente a las preguntas, ésas se las redactaban los que sí tenían la carrera de periodismo.
Su próxima victima era Andy "Flash" Gordon, la nueva sensación de la NBA. Recién llegado a la liga procedente de la Universidad de Duke y ya anotando 25 puntos por partido. Tanto confiaba Friday en su equipo de redacción, que se limitaba a leer las preguntas sin más.
-Andy "Flash" Gordon, bienvenido a "Directo al Corazón de la NBA".
-Gracias, Nick. Un placer.
-"Flash", háblamos de tu infancia. ¿Fue duro crecer en aquel barrio?
-Ummm...No particularmente.
-Pero, el mal camino siempre estaba ahí, tentando a muchachos como tú...
-¿El mal camino?
-Ya sabes, la droga, la delincuencia...
-¿En Watson Creeks, Colorado? ¡Como no sea que te rayen el quitanieves!
-Ehhh...Háblame de tu madre, trabajó mucho para sacar a tu familia adelante...
-Bueno, lo normal. Y mi padre también, por supuesto.
-¿Tu padre?
-Claro.
-¿Pero no os abandonó cuando tú eras un bebé?
-No, ¿quién te ha dicho esa tontería?
-¿Y la violencia de pequeño en casa?
-¿Violencia? Supongo que la de la tele...
-Pero tus padres...
-No, ya te he dicho que se llevan perfectamente.
-A los que supongo que echas mucho de menos es a tus abuelos. ¿Qué sientes cuando sales a la cancha, cuando triunfas y ellos no te están viendo?
-Pues, por fortuna, tres sí que me están viendo, y al que murió no le gustaba nada el baloncesto.
-Comprendo...Ehhh...Háblame de las lesiones, ¿cuántas veces has estado a punto de dejarlo todo, de abandonar?
-Ninguna. La más grave fue cuando me partí una pierna hace dos años, pero me recuperé, volví a jugar y ya está.
-Ya veo...
-Oye, Nick, no te ofendas, pero, ¿por qué no dejas de preguntarme idioteces y hablamos del partido del sábado contra los Lakers?
Una cosa estaba clara: unos cuantos periodistas vagos y mamones estaban a punto de quedarse sin trabajo. Es lo que tiene dar cosas por supuestas cuando se prepara una entrevista a un baloncestista afroamericano de 22 años, y uno no se documenta como es debido.
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