El gris funcionario dejó la instancia sobre la mesa con una mueca de desagrado.
-Seguramente a este tío le enseñaron a leer en el colegio, pero me parece a mí que no le enseñaron a escribir.
-¿Tan malo es?
-Peor que eso.
-Ya.
-La cuestión es que en la escuela les enseñan bien a juntar letras para formar palabras, regular a juntar palabras para formar oraciones y muy mal a juntar oraciones para crear textos.
-¡Eso no se enseña, se tiene o no se tiene!
-¡No estoy de acuerdo! Vale que hay gente con talento, facilidad, o como quieras llamarlo, pero también se puede aprender a escribir bonitas historias.
-¿Cómo, según tú?
-Pues, de entrada, leyendo. Se lee poco.
-¡Pero si en los colegios les obligan a leer un montón de libros!
-No se consigue que un niño lea obligándole a leer, sólo logras que pase los ojos por palabras lo más rápido posible, y eso no es leer.
-Entonces, tan listo que eres, ¿cuál es la solución al problema?
-¿Qué problema?
-¡Que muchos adultos no saben escribir porque no fueron niños que leyeron!
-¿Y quién ha dicho que eso es un problema? Si realmente lo fuera, el personal estaría angustiado buscando una solución...¿Tú ves por la calle a muchas personas agobiadas porque no han escrito un párrafo en condiciones en su vida?
-¿De qué estamos hablando, entonces?
-De nada, déjalo.
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