"Analice la Historia: los primeros homínidos pronto se asociaron con lo que tenían más cerca, formando familias, clanes, tribus. ¿La razón? Satisfacer necesidades básicas: seguridad ante ataques de animales u otros hombres, la estabilidad emocional que da tener amigos o encontrar una pareja, y asegurarse de que alguien cuidará de uno si enferma o durante la vejez.
Entonces, cuando se sintió seguro y poderoso, el ser humano decidió que quería un hogar más grande, mejores alimentos, ropa más lujosa, y eso se podía lograr a costa de los que eran más débiles que él. Se aliaron en grupos más grandes, hasta configurar los actuales países, e iniciaron las guerras y las conquistas. Los señores de las armas controlaban los recursos, eran los amos del mundo, y todos debían someterse a su capricho.
Y aquí llegamos a un momento clave: no basta con apoderarse de los recursos, hay que saber administrarlos, hay que saber hacerlos producir. El poder de la guerra no es ilimitado -los ejércitos no pueden luchar infinitamente-, es preciso entonces enriquecerse en la paz. Y es ahí cuando la gente como yo entra en juego: los empresarios, los economistas, los banqueros...Los gestores del botín de guerra, los que transformar las victorias militares en prosperidad, los que mantienen vivos los imperios.
Pero me estoy desviando del tema, perdone. El caso es que ya he demostrado que una nación no es más que una unidad colectiva de protección y promoción individual. Tradicionalmente, la pertenencia a una u otra estaba marcada por el lugar de nacimiento. Era algo lógico, los nuevos miembros de la comunidad nacen en el seno de la misma, ésta les ampara cuando son niños indefensos y, a cambio, crecen en la lealtad hacia su país. Pero, en las condiciones actuales, esto debe cambiar. Las comunicaciones de todo tipo son rápidas, seguras y económicas, las fronteras dibujadas en los mapas han dejado de tener sentido y poder, los "países geográficos" están condenados a la extinción, van a ser sustituidos por los "países económicos", por las "Empresas-Estado". ¿Quién mejor que una empresa fuerte y eficiente para darle seguridad y comodidades al ciudadano? ¿Por qué ser parte de una nación absolutamente ineficaz desde el punto de vista empresarial, lastrada por inútiles y vagos que son incapaces de producir, y a los que tengo que mantener con mi trabajo? ¡No hay mayor orgullo y sentimiento patriótico que sentirse parte de un grupo de ciudadanos que son la élite intelectual y laboral de nuestra raza!
Las "Empresas-Estado" son el futuro. De hecho, la III Guerra Mundial no se librará entre países convencionales, sino entre "Empresas-Estado", y puede que un futuro no muy lejano. No será una guerra nuclear, sino económico-comercial, y resultará la más cruel que jamás haya conocido la especie humana y la de efectos más devastadores".
(Artículo publicado por Henry W. Bolingbroke en "The New York Times" el 30 de Enero de 2029, días antes de la creación de la Empresa-Estado Bolingbroke).
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