"¡No sé para qué protestan si no vale de nada!" es apreciación cotidiana de comentaristas deportivos profesionales y aficionados (aunque, por otra parte, también se escucha eso de: "debía de estar en fuera de juego, porque no protesta").
En efecto, protestar nunca vale de nada, y, como toda regla tiene su excepción, en este caso la protagoniza Miroslav Stupar, colegiado internacional que arbitró el realmente poco emocionante Francia-Kuwait del Mundial 82.
Tan poquita emoción había, que Alain Giresse marcó el 4-1. El tanto fue legal, aunque poco antes de su consecución se había escuchado un pitido -sin que nadie supiera de dónde venía- (por cierto, el partido se jugó en Valladolid, los buenos madridistas ya sabrán por donde voy....). Los kuwaitíes se indignan de lo lindo, hasta el punto que Al-Ahmad Sabah, hermano del mandamás kuwaití, baja al terreno de juego desde su palco y, tras parlamentar brevemente con sus hombres, se pone a comerle la oreja al colegiado. Dicho y hecho, el gol queda anulado. No sirvió de mucho, otro cuarto llegó y ante este sí que no hubo nada que hacer. Resultado final 4-1. Tras el partido, Stupar fue suspendido a perpetuidad por la FIFA (supongo que para dar un escarmiento ante tan peligroso precedente).
Visto lo leído, se define "Estupar" como presionar a la autoridad (de cualquier tipo) hasta hacerle cambiar una decisión en firme, siendo "Estuparse" (acaso, en los pantalones) la acción de cambiar de opinión ante la presión recibida.
No se burle, que aquí nos hemos "estupado" todos alguna que otra vez. Y, por cierto, Stupar no tiene nada que ver con "Estupor" o "Estúpido", no me sea usted mal pensando.
Pacífico sorteo de campos, lo gordo vendría después. Por cierto, el capi francés es Platini....
No hay comentarios:
Publicar un comentario