-¡Cóño, un cura!
-Sí, Azarías, vamos a aprovechar la cena para hacer entrega al Padre Corraleda de un cheque para sus obras sociales. Lo hacemos todos los años, recuerda que somos unos empresarios con corazón.
-¡Exacto, de piedra pero corazón al fin y al cabo!
-¡Ja, ja, ja, qué ocurrente eres, macho! Mira, viene acompañado de una monjita. Antes veían dos o tres, debe ser la crisis. Después de todo, nosotros también le vamos a dar menos que otros años...¡Padre, cuando pueda...!
-Dime, Álvaro.
-Les presento: Azarías Romera, empresario lácteo, Padre Francisco Corraleda, agustino recoleto.
-¡Es un honor, Padre!
-Muy bien, muy bien...Oye, Álvaro, ¿no me podéis dar el cheque ahora y me voy? Es que mañana tengo que salir de viaje muy temprano.
-¿Cómo no, Padre? ¡A ver, señores, que vamos a proceder a la entrega de nuestro generoso donativo para las obras del Padre Corraleda! ¡Todos aquí! Fotógrafo, ¿dónde está el fotógrafo?
-Yo, a tu lado en la foto, Alvarito.
-¿Pero tú has contribuido?
-No, pero luego te doy lo que sea.
-De acuerdo.
-Oye, ¿y la foto para qué es?
-Para la Memoria Anual Corporativa. La solemos poner en las primeras páginas: "Garborsa, siempre con los más necesitados". Tenemos que luchar contra la pobreza, Azarías: los pobres no pueden comprar nuestros productos. Además, estas cosas dan imagen, ¿sabes?
-Perdón, ¿yo, donde me pongo?
-Aquí, en el centro, hermana, junto al Padre. Recogiendo también el cheque. Mire, le presento a don Azarías Romera, industrial. Eh, perdón, no recuerdo su nombre, hermana.
-Sor Camino Rivas.
-Tanto gusto.
-¿Bueno, hacemos la foto o no?
-Ya mismo, Padre. Un segundito y se va usted.
-Sí, Padre, ¡un instante para la instantánea!
-¡Qué ocurrente, Azarías!
-Gracias, Alvarito.
-Bueno, nos vamos.
-¿Sor Camino también sale de viaje mañana?
-No, solo me voy yo, Álvaro.
-Entonces, ¿por qué no se queda?
-No sé, no sé, don Álvaro.
-¡No lo piense más, sor Camino, usted se queda a cenar con nosotros!
-¿A qué hora tiene que estar de vuelta en el convento?
-Hasta mañana por la mañana a primera hora no tengo obligaciones allí, don Azarías.
-¡Anda, pase pernocta...! ¡Como en la mili!
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