Me resulta difícil creer que uno pueda ganar mucho dinero sin hacer daño a muchas personas, porque yo no he sido capaz de ganar un poco sin herir a algunas.
Me resultan difícil respetar a los que rezan sólo con sus palabras y nunca con sus actos, pues no hay mayor demostración de Amor y Fe que hacer trabajos que no se pagan con dinero.
Me resulta difícil saber quiénes son los buenos y quiénes los malos, pues sospecho que somos todos regulares.
Me resulta difícil convivir con la indiferencia ante el dolor ajeno, especialmente cuando es la mía.
Me resulta muy difícil este mundo tan falso y contradictorio, tan plagado de principios morales teóricos, pero donde la crueldad es práctica común (y aceptada).
Me resulta difícil comprender cómo la Paz deja que duerman en su seno toda ese atajo de malparidos que alimentan la injusticia.
Un día más, ¿cuántos van ya?, me gustaría que este mundo fuera diferente, o, mejor dicho, que los hombres fuéramos diferentes.
Pero no lo somos y, quizás nunca lo seremos.
Todos los hombres (y las mujeres) somos iguales.
(O casi todos).
"Gracias a nosotros, el niño tiene un trabajo digno. De lo contrario, acabará convertido en delincuente".
No, de lo contrario, ese niño debería estar en la escuela, y el razonamiento es de una lógica que me da nauseas.
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