-¡Todos los franchutes son iguales, hace tres años vino otro y no dio más que problemas!
Para una vez que un turista de paso daba con sus huesos de Marco Polo por el pueblo, y no parecía que a Matías le hiciera mucha gracia, por más que le fuera a hacer gasto en el bar.
-Que estábamos poco avanzados, que su país era más bonito...¡Pues quédate en él y no vengas a tocar más las pelotas!
"La Luisi", como siempre con las tonterías de su jefe, asentir por fuera y no hacer ni caso por dentro, que es la única respuesta razonable a la estupidez.
-Sí, claro.
-¡Todos iguales, joder!
-¿Pero ha conocido usted a más?
-¡No, ni falta que me hace!
-Bueno, pues me voy a la cocina para ir preparando la sopa y el pollo del hijo de la Patrie France.
-¿Qué dices Luisi?, si todavía no le he tomado comanda.
-Ya, pero sopa y pollo fue lo que pidió aquel francés de hace tres años. "Sopááá y pollóóó", eso dijo, me acuerdo como si lo estuviera viendo ahora mismo, y, según tu teoría, éste querrá lo mismo.
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