¿Tiene usted la novela del siglo, pero no le encuentra título? ¡No se preocupe, que tenemos exactamente lo que necesita! (Y Google nos promete que, a fecha de hoy, no están cogidos).
Novela sobre una mujer madura con marido que la engaña, una hija recién separada y un hijo recién salido del armario: "Muy señora de sí misma".
Novela sobre el mundo escolar, tratado desde cualquiera de los aspectos: "Soldados de tiza".
Novela sobre la Guerra Civil, con oportuno revoltijo de amor imposible entre bandos, aguda denuncia social, moraleja anti-belicista y un malo, muy malo: "Primera línea de fuego, tus labios". Esta te la llevan al cine fijo.
Novela de adolescentes, despertar de la carne (¡qué fino!) y el vino, y picardías de esas que (casi) todo el mundo ha hecho: "Los soportales del pecado".
Novela de conspiración, misterio y una pequeña parroquia de Pisa donde custodian manuscritos secretos de un Evagenlista, ocultos en una caza de zapatos: "El Enroque Vaticano".
Novela apasionada de amor y lujo, con humilde estudiante metida a niñera que acaba prendada de su atractivo jefe millonario perdido: "Esclava de Cupido".
Novela de aventuras medievales, preferentemente ambientada en la III Cruzada y con personajes históricos a tutiplén, para que se vea que nos documentamos. Por descontado, también mucho templario: "El alfanje de Said Qa'amir".
Novela de esas en las que realemente no pasa nada, tan sólo un joven comiéndose el coco y dando vueltas por la ciudad durante 462 páginas. O sea, una de esos libros en que el protagonista acaba vomitando en un lavabo público sin saberse muy bien la razón: "El laberinto de las putas neón". Si tiene suerte y el Washington Post decide que es el "grito descarnado de una generación sin rumbo" o algo por el estilo, se va a vender como pipas en el fútbol.
Pues, hala, ya puede llamar a la editorial.
Y por el mismo precio, le regalamos la imagen para la portada de "El laberinto de las putas neón".
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