San Judás Tadeo es el Santo Patrón de Gracia del Río. (¿Quién si no?)
Santo Patrón provisional, para ser más exactos. La tradición dice que una imagen del Santo apareció un día flotando el Girlachuelo. La encontró un niño, como suele ser habitual, y la llevó a la iglesia. Allí, el cura de la época, cuyo nombre se cayó al pozo de los siglos, la colocó en el altar mayor "en espera de que venga el legítimo dueño y la reclame", pero, mientras, nombró a San Judas Tadeo patrón de la localidad.
Y de esto hace ya la tira de años.
No obstante, si cualquier día aparece un paisano, y dice que la imagen es suya, que se le fue al río sin querer, hay orden tajante de entregársela sin rechistar, por mucho que el particular en cuestión debiera de tener varios siglos de edad para que tal afirmación fuera cierta. En tal caso, además, aquel lejano parroco dejó orden de que San Dimas -en la actualidad Santo Patrón reserva- pasara a ser el titular del pueblo.
La mayoría del pueblo ignora la circunstancia o no le presta la más mínima atención, aunque si es cierto que San Judas Tadeo es bastante querido en Gracia del Río, e incluso, cuando hay algún partido trascendente del Graciarriero, se le saca -mientras Don Cosme hace la vista gorda- de su parroquia y se le sienta en el banquillo (de hecho, hasta tiene su propia ficha falsa y todo)
Pero para Doña Soledad el asunto es motivo de no poco desasosiego. Muchas veces que se cruza con Don Cosme, le formula la misma pregunta con la voz entrecortada:
-Padre, ¿ha venido alguien reclamando a San Judas Tadeo?
-No, hija, no.
-¡Qué alegria! ¡No sé qué haríamos sin nuestro San Judas Tadeo! Es el patrón de los imposibles, ¿sabe?
-Sí, hija, lo sé.
Lo dicho, ningún Santo más propio para ser patrón de tal lugar.
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