Soacha, Colombia. Fair Leonardo Porras Bernal, hijo de Luz Marina Bernal salió de casa un 8 Enero de 2008 y no volvió. Preocupante, dado que el joven de 26 años tenía la edad mental de un niño de segundo de primaria. Tras meses de búsqueda infructuosa, el 16 de septiembre a Marina le informan de que su hijo apareció muerto con impactos de bala en la cara. También le comunican que era un guerrillero y había sido abatido por el ejército en un enfrentamiento, dato confirmado porque el cadáver portaba una pistola en la mano derecha, extremidad de la que -por cierto- era paralítico. En resumen, un narcoterrorista con una edad mental que le impide conocer el valor de dinero, y que empuña un arma en una mano que no tiene fuerza.
Los ejecutores de Fair recibieron 85 dólares, es la tarifa habitual por cada guerrillero muerto en combate. Las organizaciones de derechos humanos documentan 3183 casos como este, personas secuestradas para darles muerte, a las que el ejército presenta como insurgentes a cambio de la recompensa. Se les conoce como "falsos positivos".
A día de hoy, ni una sola persona ha sido encarcelada en Colombia como responsable de estos asesinatos, y sólo 27 militares han sido destituidos. Uno de los de mayor graduación, el general Mario Montoya, pasó a ser embajador en la República Dominicana.
El 5 de Noviembre de 2010, ante la pregunta: "¿Quién es el responsable último de lo que ha ocurrido?", Luz Marina Bernal declaró en entrevista al programa "La Tarde" de "Canal 24 horas" de Radio Televisión Española: "Pues...Yo diría que en este caso tanto el presidente en ese momento Alvaro Uribe Vélez y el ministro Juan Manuel Santos -nuestro actual presidente-. Ellos sabían a ciencia cierta lo que estaba pasando a lo largo y ancho del país".
A finales del mes anterior (octubre de 2010), don Álvaro Uribe Vélez había sido distinguido con el II premio internacional “La puerta del recuerdo”, concedido por el Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, destinado a "reconocer públicamente el trabajo y el compromiso de personas e instituciones públicas o privadas en defensa de las víctimas del terrorismo, de su Memoria, Dignidad y Justicia".
Yo le habría dado el premio a Luz María y todas sus compañeras del colectivo "Madres de Soacha", a las que dedico esta entrada con todo mi respeto y admiración.
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