...Y no hay un solo poeta de derechas bueno, ni tampoco un solo economista de izquierdas pasable. Quizás por eso, la mejor manera de que alguien derechas se emocione con un libro de poesía es decirle que su editorial ha vendido 100.000 ejemplares; quizás por eso, los izquierdistas son unos infelices pesados que se mueren de hambre con un libro de poesía bajo el brazo.
...Y todos llevamos los defectos tatuados en el culo. Quizás por eso, vemos los de los demás, pero nunca los propios. Y cuando resultan obvios (que a veces lo hacen) le echamos la culpa a los demás, el destino o la tan socorrida educación en colegio religioso.
...Y el ser humano es un bicho egoísta que bebe demasiada culpa de vez en cuando y le acaba dando la borrachera solidario-generosa. Pero se le pasa pronto, y sin resaca.
...Y no hay triunfadores sin fracasados, y la última derrota borra de un plumazo todas la victorias anteriores. Sin duda, porque el público es un animal con 100.000 bocas y 200.000 manos, pero de corazón desagradecido y carente de cerebro.
...Y muchos me presentan su lógica perfecta y razonada, y mi cerebro dice que ese es, sin duda, el camino. Pero el imbécil de mi corazón no entiende de lógicas, y lo manda todo a hacer puñetas.
Ese es el mundo, señores, y no lo intente cambiar. Que Dios nos lo regaló, pero se olvidó de darnos del ticket.
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