José María Treví se auto-definía como un "hombre de empresa", aunque, en la práctica, no dejaba de ser un simple mercader. Dentro y fuera de su almacén de ferretería.
Lo llevaba en la sangre. Trataba a todo el mundo como si las relaciones personales no fueran más que meros tratos comerciales. Para él, la humanidad al completo se dividía en dos grupos: clientes con los que ser simpático y encantador, y empleados con los que comportarse como un chulo déspota.
José María Treví y su esposa Pilar tenían dos hijos en diversos grados de adolescencia: Chema y Piluca. Los hermanos Treví. Chema no había salido tan espabilado como su progenitor, y se limitaba a ser un panoli raso que seguía las corrientes del grupo sin oponer la más mínima resistencia de personalidad. Piluca era rara y manipuladora.
Los señores de Treví, más conocidos entre el profesorado como "Los Ferreteros", eran unas personas implicadas en la educación de sus hijos. Demasiado. Resultaban frecuentes sus visitas al centro, siempre en pareja, como Guardias Civiles. Sonrisas, poderosos apretones de manos y detalles en forma de caja de polvorones se alternaban con gestos de orgullo contrariado y broncas más o menos civilizadas, según el fino olfato comercial del patriarca juzgara más oportuno para sus intereses.
-Marcos, "los Ferreteros", que quieren hablar urgentemente contigo.
Aunque la esperaba, la noticia hizo que al profesor de Educación Física se le clavara una aguja en la tripa. Había reprendido a Chema el día antes por olvidarse la camiseta reglamentaria para la clase de gimnasia. Una simple amonestación verbal, dentro de la más exquisita corrección en las formas, pero con esa familia nunca se sabía...
-¿Qué tal con "Los Ferreteros", Marcos?
-Ah, muy bien, Isma. Que tengo toda la razón, que soy un gran profesional, que mano dura con sus hijos...bla, bla, bla.
-¡Eso es que el tío ve que eres más fuerte que él y se acojona!
-No, eso es que el colega sabe que su nene no es capaz de hacer ni la voltereta y que le conviene llevarse bien conmigo. Además, mi asignatura le importa un comino. Con un aprobado, le vale.
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